Aprovechando que los astros estaban alineados, nos hemos agenciado una pequeña escapada a Roma, la bien llamada "ciudad eterna". Hace 6 años estuvimos aqui y, si hay algo que recuerdo especialmente, es un dolor tremendo de espalda culpa de las palizas que nos dábamos caminando. Menos mal que de todo se aprende y esta vez nos vamos a tomar las cosas con mas calma.
Antes de que se me olvide, el vuelo a Fiumicino ha estado muy bien. No ha habido casi retraso significativo, pero lo mejor de todo ha sido no tener delante a un maleducado como en el último viaje. Está claro: cada vez nos vamos conformando con menos cosas.
Lo que teníamos muy claro es que para esta estancia ibamos a huir un poco de los hoteles grandotes. La otra vez no tuvimos mucha suerte (digamos que el hotel tenía mas renombre que sustancia). Y, como era de esperar, hemos acertado de pleno. Está en un típico edificio italiano antiguo y ocupa sólo la segunda planta. Ademas, el trato que recibes es muchisimo mas cercano y te aconsejan desde el punto de vista del lugareño.
Y, entre los muchos consejos que nos ha dado Marco (dueño del hotel) ha sido cenar en un pequeño restaurante cercano: il Fellini. Creo que no podría haber acertado más porque ha sido increible.
La carta tiene dos opciones principales (carne y pescado) y sobre ella se basan el resto de platos (pastas, ensaladas...). Como el chef es amigo de Marco, ha salido a saludarnos y nos ha aconsejado con muy buen criterio. Claro que estabamos un poco perdidos con tanta oferta, asi que nos ha preparado el menú al gusto: entrantes variados de marisco (cocinados de diferentes maneras) y, como plato principal, un combinado de pasta y (mas) marisco típico de Napoles. No recuerdo el nombre, pero sólo con la presentación (ver FOTO) ya ha merecido la pena!!
Mención especial para el postre: milhojas con fresas y crema. Pero no unas milhojas cualquiera... porque el chef nos ha preparado el postre exclusivamente (no aparece en la carta!) y hasta nos ha firmado en el plato. Simplemente ESPECTACULAR.
Y es que, Liam V., tiene mucho futuro. Curiosa la historia de este ecuatoriano nacido en Islas Galápagos, de padre catalán y madre italiana, criado en EE.UU. pero con trayectoria gastronómica en Italia.
En fin, que hemos vivido una gran experiencia gastronómica muy muy recomendable!!
Por cierto, dando un paseo por la zona, nos hemos encontrado con una animada cena en el Café Paris, jejeje!! Viva el Karaoke nocturno!
La carta tiene dos opciones principales (carne y pescado) y sobre ella se basan el resto de platos (pastas, ensaladas...). Como el chef es amigo de Marco, ha salido a saludarnos y nos ha aconsejado con muy buen criterio. Claro que estabamos un poco perdidos con tanta oferta, asi que nos ha preparado el menú al gusto: entrantes variados de marisco (cocinados de diferentes maneras) y, como plato principal, un combinado de pasta y (mas) marisco típico de Napoles. No recuerdo el nombre, pero sólo con la presentación (ver FOTO) ya ha merecido la pena!!
Y es que, Liam V., tiene mucho futuro. Curiosa la historia de este ecuatoriano nacido en Islas Galápagos, de padre catalán y madre italiana, criado en EE.UU. pero con trayectoria gastronómica en Italia.
En fin, que hemos vivido una gran experiencia gastronómica muy muy recomendable!!
Por cierto, dando un paseo por la zona, nos hemos encontrado con una animada cena en el Café Paris, jejeje!! Viva el Karaoke nocturno!
¡Eh chicos, de mariscos nada, es un simple pato al perejil!
ResponderEliminarHappy and Merry Ten-Days-Before-Christmas!!!!!!!
ResponderEliminar(se os quiere a pesar de vuestro empeño en darnos envidia y provocarnos malas digestiones... lo digo porque comer un cisne de albal sentará muy bien allí, pero yo acabo de comerme uno y no creo que con una manzanilla pase al intestino...)
Prueba con Coca Cola .... eso lo pule todo !!
ResponderEliminarBonita presentación .... pero quien nos convence de que era marisco y no patatas lo que había dentro ?? Falta foto del cisne en bolas ! Aaaro !