Londres 2025 - 23 OCT (día 3)

Desde hace ya años, en Europa se ha adoptado el mismo modelo que tenían en EEUU: cuando una tormenta tiene unos parámetros fuera de lo normal, se le pone un nombre. Dicen que así es más fácil identificarla y rastrearla, tanto para las agencias meteorológicas como para el ciudadano medio. Así que hoy hemos identificado perfectamente lo que ha sido el paso de la tormenta Benjamin. Ha estado lloviendo toda la noche y buena parte de la mañana, con un viento tremendo que hacía imposible estar en la calle. Así que hemos esperado pacientemente en el hotel hasta que se calmase un poco la lluvia (porque en estas circunstancias es imposible usar el paraguas) y luego nos hemos movido por la zona de Covent Garden, donde el famoso mercado ya estaba con mucha decoración de Navidad puesta. Curioso encontrar esto cuando la semana que viene es Halloween.

Al igual que nosotros, muchos turistas habían optado por refugiarse de la lluvia en el mercado, así que estaba bastante concurrido. Casualmente el bullicio estaba bastante controlado gracias a la animación musical que estaba en la parte inferior. Hemos pillado un cuarteto de músicos y también una cantante de ópera. 

Por cierto, para futuras referencias, cuidadito con grabar un vídeo, por muy pequeño que sea, de la persona que canta ópera. Parece ser que hay que pagar cierta cantidad para poder llevarte un recuerdo audiovisual en tu teléfono. La próxima vez que no se me olvide ponerme las gafas y leer bien el cartel… ay ay!

Esta noche tocaba cena especial y nos hemos dado un bonito homenaje en Robata, un restaurante japonés que está relativamente cerca del hotel. Están especializados en cocina a la brasa y la verdad es que tanto el servicio como la comida han sido fantásticos. Hemos pedido un menú degustación bastante completo (tanto que… nos ha costado terminarlo, lo nunca visto!). Lo que se fe en la FOTO son los entrantes. Además, hemos añadido una degustación de sake y realmente ha sido todo un acierto. No somos expertos en este licor japonés pero hemos disfrutado como enanos. Muy recomendable este local.

De vuelta al hotel hemos notado la bajada de temperaturas. La tormenta venía asociada a bajas temperaturas y… tal cual. 

Buenas noches!

Londres 2025 - 22 OCT (día 2)

Qué maravilla pasear un miércoles por el centro de la ciudad sin las aglomeraciones de las tardes o del fin de semana. Mientras los niños están en clase, sus padres en el trabajo (o haciendo quehaceres diarios) y la mayoría de turistas aún desayunan en sus alojamientos, nosotros estábamos disfrutando de un Londres adormilado, resacoso y con las legañas sin limpiar. Fantástico. Así que hemos saboreado a nuestro ritmo cada rincón del paseo. Por eso cuando hemos pasado por el Museo de la Guardia Real de Caballería hemos podido ver parte del cambio de guardia diario sin problema. Ay… qué bien estaría así siempre, verdad?

La siguiente parada del día ha sido la catedral de Westminster. Ojo, que no es la famosa abadía, sino la catedral. Seguro que más de uno estará leyendo esto con cierta incredulidad pero no, no es lo mismo y están bastante separadas (a 12 minutos andando según Google). Y para dejar bien clara la diferencia entre ambas, la catedral es católica y se construyó a finales del S.XIX en estilo neo-bizantino. La entrada es gratuita (aunque para subir a la torre sí que hay que pagar una pequeña cantidad). Nosotros hemos estado viendo la basílica tranquilamente, impresionados por su distribución y decoración, con esos mosaicos bizantinos dorados tan bien hechos. 

La subida a la torre la dejamos para otra ocasión, porque hoy ya no nos daba tiempo. Y es que a las 2:30pm nos esperaba el musical Wicked en el Apollo Victoria Theatre. Desde hace tiempo queríamos verlo de nuevo y, desde que vimos su adaptación al cine, ésta era la ocasión perfecta para ello. La sala estaba hasta arriba (incluso había un montón de escolares al fondo - supongo que esto era la actividad estrella de la semana! -) y, aunque sabíamos la historia, nos lo hemos pasado genial. Porque, citando a una de sus protagonistas, “el rosa siempre va bien con el verde”, jaja!

A la salida hemos callejeado un poco por la zona de Belgravia. Este barrio es muy muy tranquilo, con casas enormes - muchas de ellas pertenecientes a embajadas -. Hemos pasado, entre otras, por la de España, donde había algún tipo de evento porque desde la puerta principal se veía mucho jaleo de gente dentro. La parte trasera de estos edificios crean unos callejones con encanto que seguro que hoy cuestan una pasta interesante. Seguro que más de uno recuerda alguna escena rodada aquí en varias películas británicas. 

En fin, un día interesante bien aprovechado. 

Ahora a dormirrr.

Buenas noches!

Londres 2025 - 21 OCT (día 1)

No sé hasta qué punto se podría hacer un ranking de comienzos de viaje donde hayamos salido justo a la hora que habíamos planeado pero es que hoy hemos clavado no sólo esto, sino la hora de paso por el control de acceso, la hora del trenecito, la hora de llegar a la otra terminal… vamos, que nos hemos puesto las medallas casi sin quererlo. Pongo esto por escrito para que no se nos olvide que, de vez en cuando, salen las cosas como un reloj. Quizá por ello hayamos recibido un premio increíble al llegar a Londres: mientras íbamos rodando hasta el parking hemos visto por la ventanilla un parhelio!! Qué casualidad y… qué bonito!

Al llegar pronto no teníamos mucha prisa en aparecer por el hotel así que hemos pillado el metro (línea azul, Piccadilly) en vez de la Elizabeth Line. Ah… y hemos pagado directamente el trayecto acercando la tarjeta de crédito a los sensores redondos (es más cómodo y te evitas los sustos de la Travelcard a la hora de pasar el torno)

Tras comer algo rápido nos hemos acercado hasta el British Museum, que hacía mucho tiempo que no lo pisábamos (dichosos controles de acceso) y nos apetecía volver. El acceso sigue siendo gratuito pero desde hace años hay que reservar hora de entrada por internet. Pensábamos que al entrar a dos horas del cierre nos aseguraríamos una visita tranquila pero… no. Allí había un montón de gente por todos lados, al menos en la parte baja del edificio. Por cierto, en la zona de Mesopotamia, nos ha gustado mucho una zona que han habilitado con luces y sonido para entender mejor los bajorrelieves de un templo. 

Esta noche cenamos en nuestro querido North Sea Fish. Hemos tomado fish & chips, uno de raya y otro de haddock (eglefino). Muy buenos!! La única pega hoy es que, aunque la reserva era pronto, han tardado muchísimo en traernos la comida. Sólo había dos camareras para atender todas las mesas y quizá haya sido ese el problema, que no les daba la vida para dar un buen servicio. También se habrá juntado que todo estaba lleno y había muchas comandas para la cocina. Ay ay… si es que no se puede comer sano en Octubre, por favor!

Buenas noches! Zzzz…

P.D: esta mañana, en el aeropuerto, nos hemos encontrado un montón de gente con camisetas del Atlético de Madrid. Resulta que esta noche hay partido de Champions en Londres contra el Arsenal y, según le hemos escuchado a un aficionado, unas 3000 personas estarán animando a su equipo. Lo que no sabíamos es que minutos después veríamos entrando en nuestro avión al mismísimo Enrique Cerezo, el presidente del club. Qué casualidad, madre mía! Pues nada, mucha suerte!!

** ACTUALIZACIÓN [21.10.25] ** No, no hubo suerte. Anoche perdieron 4 - 0. En fin.


Irlanda 2025 - 26 SEP (día 7)

Después del jaleo de ayer para encontrar la habitación (este hotel tan moderno requiere dotes de orientación nivel experto), hoy teníamos claro los pasos a seguir para no llegar tarde al vuelo. Vale, exagero un poco, pero es que los carteles y las indicaciones deberían ser más amables con aquellos que pasamos la noche en un hotel de aeropuerto. Nuestra idea era ir andando hasta la terminal pero como hemos coincidido (sí, “casualmente”) con el shuttle en la puerta, ha sido todo casi instantáneo. Es decir, dejar las maletas al conductor, subir al autobús, sentarse, mirar el móvil, curva, recta, curva y, tachán, llegar a la terminal. Si me descuido me quedo sin foto!

Una vez dentro del aeropuerto ha sido fácil orientarse (señores del hotel, aprendan un poco cómo se hacen las cosas). En el control de equipajes tampoco hay que sacar líquidos ni equipos electrónicos, así que hemos conseguido llegar con un margen bastante amplio a la puerta de embarque. No ha sido así para la pobre chica que estaba llorando en el mostrador: creemos que había llegado tarde para el embarque del vuelo anterior a París y, con la puerta cerrada, ya poco había que hacer. Para evitar estas cosas… hay que salir siempre pronto de casa o del hotel!

Nuestro vuelo ha sido bastante tranquilo. Tanto que, cuando hemos querido darnos cuenta, ya estábamos aterrizando. Nos traemos muchos recuerdos vividos, muchos paisajes preciosos (gracias nubes irlandesas por respetarnos tanto) y muchas ganas de volver. Lo que no nos hemos traído son los fantásticos bastones cortesía de LIDL que por 14€ nos han ayudado durante las excursiones. Se los hemos regalado a mi amiga K. porque como equipaje de mano no nos dejan subir con ellos al avión. Espero que pueda disfrutarlos tanto como nosotros.

Ahora toca lo de siempre, deshacer la maleta y demás mientras suena, indiscutiblemente de fondo, nuestra banda sonora del viaje: ENYA. Pues nada… a topeeeee… [música aquí]


“So the world goes round and round
With all you ever knew
They say the sky high above
Is Caribbean blue”


P.D: Qué bonita ENYA más allá de Orinoco Flow!!! :D

Irlanda 2025 - 25 SEP (día 6)

Tantos días haciendo base en Arklow y aún no lo habíamos pateado. Pues nada, hoy tocaba conocer nuestro pueblo del sur del condado de Wicklow. O, al menos, intentarlo un poco, porque entre otras cosas queríamos ver la preciosa iglesia anglicana que todos los días distinguimos desde la distancia y, vaya, estaba cerrada. Afortunadamente la iglesia católica del otro lado de la calle principal estaba abierta y con evento: los niños de la escuela vecina celebraban el comienzo del curso escolar. Muy simpático ver a unos cuantos pequeñajos cantando “it’s me, it’s me who builds community…

La N11 nos ha llevado hasta Bray, donde mi amiga K. nos esperaba con los brazos abiertos después de… uff, 8 años sin vernos en persona! Aunque tenemos mucho contacto gracias a la mensajería instantánea y a las redes sociales, es siempre mucho mejor verse en persona y compartir una buena comida. Porque aquí nuestra anfitriona nos ha preparado un estofado irlandés que estaba buenísimo y, de postre, esta pavlova que se ve en la foto. Nos habría gustado estar más tiempo juntos pero le esperaban en el trabajo a las 5PM. La hemos acercado en coche y allí nos hemos despedido hasta la próxima, sea donde sea. 

No habíamos tenido en cuenta que más o menos a esa hora la M50 de Dublin se atasca de mala manera (es la hora punta de salida del trabajo!!). Cuando hemos visto en el GPS que había más de 35 minutos de retención nos hemos echado las manos a la cabeza. Teníamos margen para devolver el coche pero… ¿a quién le apetece quedarse atrapado entre tráfico foráneo? 

Por una vez el GPS ha dado con la solución ideal: atravesar la ciudad por la carretera junto a la costa. Aunque creo que con las prisas no habíamos leído bien la “letra pequeña” de la sugerencia porque hemos tenido que pagar un par de peajes (para cruzar el puente y para meternos en un túnel subterráneo). Visto lo visto, no nos ha dolido mucho. En casos así casi que merece la pena pasar por caja, hacer el viaje con menos coches alrededor y tener mejores vistas. 

Hemos ido primero al hotel para registrarnos y dejar las cosas en la habitación. Luego hemos llenado el depósito de gasolina y hemos devuelto el coche sin mayor problema. El shuttle nos ha dejado en la T2 (desde donde saldremos mañana) y de ahí hemos ido andando al hotel (porque está a 5 minutos andando).

Ha sido un día sin mucha naturaleza pero muy intenso igualmente. A ver si podemos descansar bien en este hotel porque mañana toca madrugar bastante.

Buenas noches!

Irlanda 2025 - 24 SEP (día 5)

Caminando, que es gerundio.

Y en un paraje de confianza. Porque, como no podía ser de otra manera, hemos vuelto a Glendalough para hacer una de las rutas más famosas del parque. Supongo que en verano, además, será una de las más concurridas. Pero ahora mismo las condiciones han sido óptimas, sin demasiada gente y parando a hacer fotos a nuestro ritmo.

La ruta en cuestión es “Spinc y Glenealo Valley” (en los mapas, la ruta de color blanco). Es un sendero circular que permite tener buenas vistas del Valle pero, en vez de hacerlo en sentido horario (que parece que es el recorrido oficial) lo hemos hecho al revés y… ha sido la mejor decisión que podíamos haber tomado. Hemos dejado el coche en el aparcamiento de Upper Lake (5€) y desde allí hemos bordeado el lago por una zona boscosa preciosa hasta el fondo del Valle, para luego subir por una especie de escalones de piedra hasta donde estaba el límite de la antigua presa llegando finalmente al pequeño puente que cruza el río. 

Hasta este punto hemos estado prácticamente solos. Tras dejar atrás los límites de piedra, nos hemos adentrado en una zona de barro y vegetación bastante alta pero, Oh maravilla!, aquí sí que estaba bien pensada la solución: unos tablones de madera perfectamente ensamblados salvaban el terreno y permitían llegar hasta la parte alta del Monte Spinc. Incluso tiene en algunas zonas un par de tablones extra para permitir con mayor comodidad el paso de personas en los dos sentidos. De hecho, los hemos usado un par de veces porque a partir de esta zona ya sí nos hemos empezado a cruzar con bastante gente (los que habían empezado la ruta en el otro sentido, claro).

También nos hemos cruzado con ovejas y con muchísimos ciervos. Son preciosos. Estaban pastando o tomando el sol, sabiendo que los excursionistas no nos salimos del camino de madera (más nos vale!). En un momento dado, mientras estábamos haciendo fotos, a una distancia no muy lejana nos ha pasado un grupo de seis o siete ciervos. Me sorprende cómo se mueven con agilidad por toda esa maraña de hierba alta y lodazal sin quedar atrapados. Nosotros no duraríamos ni un par de metros sin atascarnos. Fijo.

Pero nuestro sendero no terminaba en la Ciudad Esmeralda de Oz, sino en un entramado de vallas con carteles enormes indicando que había que desviarse hacia la derecha porque estaban de obras (léase “estamos arreglando el camino que tanto os gusta”). Así que un simple trayecto de 10 minutos se ha convertido en un desvío de 40 / 45 minutos con bajadas y subidas bastante pronunciadas. Ufff… esto sí que ha sido un reto. Al menos, en nuestro sentido y con bastones, era más llevadero pero los excursionistas del sentido contrario tenían unas pendientes muy muy exigentes. Hemos visto a más de uno pasarlo realmente mal. 

La parte final del camino ha sido muy llevadera, volviendo a zona boscosa y caminando cerca del rio (en temporada alta esto seguro que está hasta arriba de gente). 

Contentísimos con todo lo que habíamos hecho, nos hemos montado en el coche con una sonrisa de oreja a oreja. Esto era justo lo que necesitábamos para ponerle punto y final a nuestra aventura en las Montañas de Wicklow. 

Tras llegar al hotel y prepararnos, hemos cenado en The Pottery, donde nos esperaba una cena estupenda con vieiras de entrante y luego un par de platos de pollo (y algo más, jaja) y pasta con cangrejo salvaje (o algo así). De postre, el “lemon posset” que se ve en la foto (que para entendernos sería como una pequeña tacita de natillas de limón acompañado de palmeritas). Estaba muy bueno!!

Ahora a dormir. Que el día ha sido muy intenso y hay que descansar urgentemente.

Buenas noches!

Irlanda 2025 - 23 SEP (día 4)

Como un viejo amigo de toda la vida, un libro de cabecera o el arco iris después de la lluvia: Glendalough es uno de los parajes que nunca defraudan. He estado aquí varias veces y, casi siempre, con mal tiempo. Y aún así hay algo en el ambiente que te atrapa y te hace querer quedarte un poco más.

Fundado por San Kevin en el S.VI, este asentamiento comenzó como un modesto lugar donde el renombrado ermitaño impartía sus enseñanzas diarias. Conforme pasaron los años (y ya después de su muerte), aquello dió lugar a uno de los enclaves monásticos más importantes de la Edad Media en Irlanda. Para entonces ya contaba con varios monjes, muros de protección, un pequeño poblado anexo y acceso a una de las rutas comerciales más importantes del país. A pesar de los continuos intentos de saqueos, los monjes consiguieron mantenerse hasta que llegaron las consecuencias de la invasión Normanda en Inglaterra y se redistribuyeron las tierras eclesiásticas. Los monjes fueron obligados a marcharse a Dublin y la zona cayó en el olvido (también los ingleses quisieron dejar su huella y arrasaron con todo lo que pudieron - y en años posteriores, gracias a nuestro “queridísimo” Enrique VIII, todo lo que se asociaba a la Iglesia Católica tenía los días contados, pfff…)

Cuento todo esto porque es importante entender cómo algo de este calibre termina hoy en estas condiciones. Las decisiones políticas de la época (como las de ahora) son siempre cortoplacistas y sin analizar bien las consecuencias a largo plazo. Es que si no hubiese pasado esto, hoy estaríamos visitando un enclave único en vez de las ruinas de un pasado brillante. Y esas torres redondas tan características no serían sólo un debate sobre su uso (campanario, almacén,…) sino que tendríamos muy claro para qué servían realmente. 

En fin, que me lio. Glendalough, qué bonita eres. Hoy hemos visto el centro de visitantes (con su correspondiente video informativo), la zona eclesiástica y después hemos hecho una ruta por el valle (que aquí hay unas cuantas y los caminos están despejados y MUY bien indicados por un sencillo código de colores. El final de esta ruta termina en las ruinas de lo que fue en su día un pequeño pueblo minero. Resulta que alguien avispado montó a principios del S.XIX una explotación de plomo en el valle que estaría abierta hasta bien entrado el S.XX. Aquí llegaron a vivir hasta 70 personas incluidos mujeres y niños. Mirando bien lo que queda en pie no quiero ni imaginarme lo que sería levantarse aquí todos los días rodeado de todo ese tinglado de ruidos, maquinaria infernal y gente cansada con el cuerpo y los pulmones al límite.

Y ¿dónde hemos cenado hoy? Pues en The Old Ship Inn, exactamente igual que ayer. Porque no hay nada mejor que tratar con cariño tanto a parroquianos como a foráneos y precisamente la recompensa es que volvemos a repetir. 

Por cierto, se me olvidaba comentar la anécdota del día. Mientras esperábamos para entrar en el centro de visitantes, P. le ha preguntado a uno de los trabajadores algo sobre Glendalough y, Oh sorpresa, resulta que habla español muy bien porque estuvo de Erasmus en Córdoba, conoció allí a la que hoy es su mujer y estuvo luego viviendo 12 años en España. Increíble!!!

Buenas noches!!

Irlanda 2025 - 22 SEP (día 3)

 

You can’t always get what you want  
You can’t always get what you want…


Así empezaba aquella famosa canción de los Rolling Stones. Ay. Cuánto me he acordado hoy de ella. Pfff. Porque nos hemos levantado pronto, con toda la intención del mundo para llegar a primera hora al aparcamiento de Glenmacnass Waterfall, y cuando llegamos allí… esto… ¿dónde está el sendero a seguir? ¿Hola? Es que no dábamos crédito. Por supuesto, no teníamos cobertura de ningún tipo para buscar en internet. No había carteles informativos, ni siquiera un triste poste ni nada de nada. Es como si el camino en cuestión hubiese sido borrado (o más bien devorado) por una espesa vegetación de más de medio metro que lo cubría absolutamente todo. Un Jumanji amenazante del que podía salir cualquier cualquier criatura salvaje. Bueno… dejémoslo en tranquilas ovejas que pastaban a sus anchas mientras analizaban nuestra perplejidad. 

… But if you try sometimes 

Well, you might find

You get what you need…

Entonces nos ha venido la iluminación: si no encontramos el sendero, nos inventamos el nuestro. Dicho y hecho, nos hemos puesto a andar por el único camino disponible, el de coches y bicicletas, el de asfalto y, a partir de ese momento, el nuestro. Y como si fuésemos los protagonistas de nuestra propia historia novelada, nos hemos dado una caminata buenísima. Los pocos conductores con los que hemos coincidido nos han saludado, como dándonos ánimos. Divertidísimo! Creo que ha sido lo mejor que hemos podido hacer. Por cierto, desde esa perspectiva nos hemos dado cuenta de que casi todo el terreno estaba completamente saturado de agua por las lluvias de las últimas semanas así que, de haber existido un camino despejado, éste habría estado hecho un auténtico lodazal.

Después de comer, hemos vuelto al hotel por la carretera más increíble por la que hayamos conducido jamás, con cambios de rasante de auténtica locura y unos árboles en el lateral cuya parte superior se juntaba a modo de túnel natural. Qué pasada. Para posteriores referencias, se trata del tramo entre Copse y Ballyhad Lower, tras haber dejado Rathdrum en dirección Glendalough, de Sur a Norte. Y, sí, esto hay que experimentarlo al menos una vez en la vida!!


Como teníamos tiempo, nos hemos acercado hasta el estanque de patos de Arklow que está cerca de la costa y hemos estado paseando por allí. Hay un par de rutas para aquellos que quieran estirar las piernas a la sombra (todo está lleno de árboles) y también hay una zona para hacer ejercicio al aire libre (estiramientos, elíptica, etc). Para ser un pueblo de poco más de 14.000 habitantes, está muy bien pensada esta zona junto al mar.

Terminamos el día con otro par de Guinness (por supuestísimo!) y un par de platos calientes de pollo y pescado. Hemos comido super bien en The Old Ship Inn, donde uno de los camareros, después de preguntarnos por nuestro país de procedencia, se ha puesto a decir frases en español (muy bien pronunciadas, por cierto). Que además haya dicho “hasta luego” en vez de “adiós” es señal de que conoce el idioma más allá de nivel turista, jeje!

En fin, a dormir ya!!

Buenas noches!

P.D: Para los curiosos, la canción de los Rolling Stones es “You can’t always get what you want”

-> traducción: “No siempre puedes conseguir lo que quieres / no siempre puedes conseguir lo que quieres / pero si lo intentas, a veces, es posible que encuentres / justo lo que necesitas”

 [PINCHA AQUÍ PARA VÍDEO]

Irlanda 2025 - 21 SEP (día 2)

Sin prisa por levantarnos después de la paliza de ayer, nos hemos puesto en marcha un poquito tarde para lo que suele ser habitual en nosotros. El Parque Nacional de las Montañas de Wicklow nos pilla a una media hora del hotel y teníamos ganas de hacer hoy una ruta por ahi. Cuando hemos llegado hasta la zona de aparcamiento (que estaba bastante concurrido) nos hemos dado cuenta de que las condiciones para caminar no eran las mejores: muchísimo viento y, por tanto, sensación térmica bastante baja e incómoda. Así que, después de pensarlo bien, hemos decidido aceptar la situación, dejarlo para otro día y buscar un plan alternativo sobre la marcha.

Lo bueno de conducir por la Irlanda rural es que los trayectos son muy agradables y preciosos. Ha sido muy entretenido acercarnos hasta el pequeño pueblo de Hollywood, sí, “Hollywood”, el original y el que dió nombre al famosísimo barrio de Los Angeles. De aquí salió en 1850 Matthew Guirke, un hombre que huía de la devastadora “Great Famine” (la gran hambruna irlandesa) y que cuando tuvo la oportunidad de nombrar un asentamiento en California eligió su pequeña localidad natal. 

Aquí comienza uno de los caminos de peregrinación del país, St Kevin’s Way, que termina en Glendalough, pero por aquí también pasó una de las etapas del Tour de Francia en 1998 (casualmente… estaba por estas tierras en ese año, así que lo sé de buena tinta!). Fue precisamente a raíz de este evento que los lugareños quisieron darse a conocer y colocaron unas letras muy grandes, imitando a las que hay al otro lado del charco, con el nombre del pueblo. Es gracioso verlas rodeadas de vacas y de pasto verde pero las fotos quedan muy simpáticas.

Aquí también hemos visto esta mítica cabina de teléfono irlandesa. Hoy está muy alejada de su cometido principal (como en casi todos los países, vamos) y en este caso concreto sirve como escaparate / vitrina de información turística - gracias a esto nos hemos enterado de que esto es algo más que siete calles que se cruzan y que aquí se han rodado escenas de varias películas. En una localidad con escasos 100 habitantes creo que estas cosas son las que te ponen en el mapa nacional e internacional. 

Bien por su iniciativa!

De vuelta a Arklow, hemos cenado en Christy’s, otro pub cercano al de ayer. Se nota que hemos llegado pasada la hora punta porque estaba muy muy tranquilo. Hemos pedido un par de platos y un par de pintas (imposible resistirse). La carne estaba buenísima. 

Ya sólo estaría genial para terminar el día que los huéspedes del hotel se portasen mejor y no montaran tanto escándalo como el de anoche. Entiendo que podrían ser los invitados de la boda y que había mucho que celebrar… pero esa educación dónde queda, por favor…

Hale, a dormir ya.

Buenas noches!





Irlanda 2025 - 20 SEP (día 1)

En estos tiempos tan modernos donde todo son estadísticas, números y demás gaitas (además de videos cortos instantáneos), me voy a sumar a la moda de los rankings. Y todo porque, si tuviera que hacer una lista con los 5 madrugones más tremendos para pillar un avión, el de hoy sería definitivamente… el número uno!!! No sólo porque el vuelo ha sido a primera hora, sino porque además se juntaba una huelga de personal de seguridad. Total, que hemos dormido nada y menos, para llegar con el cuerpo del revés al aeropuerto y darnos cuenta de que compartíamos penas con mogollón de sufridores que habían pasado por la misma tortura. Menos mal que una vez estás en vuelo y miras por la ventanilla todo se diluye. En fin.

Hace mucho tiempo que no alquilamos coche en el pais y se nota que muchas cosas han cambiado. La recogida del vehículo es mucho más cómoda y la tecnología permite cosas que antes, con tu mapa de papel, no podía ni imaginar. Otra cosa es que luego el teléfono enganche o no con el coche (menudo jaleo nos ha liado el Qasquai antes de salir del parking - por suerte, somos dos y nos vamos a terminar apañando con mi maravillosa colaboración de copiloto pro-activo… pfff)

Tras unos minutos de adaptación a las indicaciones del GPS en este país (que no son tan estupendas como en el nuestro), hemos llegado a Powerscourt, uno de los sitios más famosos del sur de Dublin. La verdad es que el día no acompañaba mucho pero, quizá por eso, haya sido buena elección (así hay menos probabilidad de sufrir aglomeraciones). De hecho, no hemos tenido ningún problema de acceso ni de aparcamiento. La zona de la cascada, la más alta de Irlanda, estaba tan despejada que costaba creérselo. Puede que las fotos no hayan quedado tan bonitas pero las nubes también tienen su encanto. 

En cuanto a la casa y los jardines la verdad es que está todo muy cambiado. La última vez que estuve aquí, hace más de 20 años (cojú cojú), en la zona interior no había tiendas de ropa artesanal ni tampoco estaba la zona acristalada de jardinería. En cuanto a los jardines en sí, siguen tan bonitos y majestuosos como siempre, aunque he echado de menos un pequeño puente de madera de color rojo en la zona japonesa. No sé si se fue a la porra definitivamente porque todos queríamos hacernos fotos allí. Hmmm, investigaremos!

Cuando hemos llegado a Arklow, nuestra base de operaciones del viaje, ya estaba lloviendo. Nos hemos librado de la lluvia milagrosamente hasta justo ese momento, así que no podíamos quejarnos. De lo que no nos hemos librado es del jolgorio que hay en todo el edificio porque hoy se celebra aquí una boda. Y como todo el mundo está a tope con los festejos ya veremos si la noche promete o no. Pfff. De momento hemos recargado pilas en The Old House con una estupenda comida acompañada de estas impresionantes pintas de Guinness. Pero qué maravilla, por favor. Cuánto tiempo sin probarla!!!

Hale… a ver si nos dejan dormir los vecinos. 

Buenas noches!