Esta mañana el sol ha salido con fuerza, asi que el paseo por el centro de la ciudad ha sido de lo más agradable. Y no hemos sido los únicos: parecía que la gente nos acompañaba a cada paso. También habia varias actividades a las que asistir, entre ellas, una exposicion de comics, animaciones infantiles, y hasta un concierto en una iglesia. No está mal para ser “un domingo cualquiera”. La imagen es precisamente de este concierto, en el que una orquesta interpretaba fragmentos de zarzuelas conocidas.
La visita a la Seo será para otra vez (no ha habido suerte y nos la han cerrado casi al llegar), pero eso no nos ha bajado los ánimos para comer en otro de los sitios emblemáticos de la zona: el Tragantúa. Chipirones, berberechos, croquetas, tostas y unas cervecitas para calmar los estómagos mas exigentes! El trato es francamente bueno y el precio para todos los bolsillos. En este local hay fotos de ilustres clientes entre los que destacan Millán Salcedo, Enrique Bunbury y hasta Carlos Herrera!
Tras otro paseito y el bus urbano, hemos llegado a la estación con tiempo suficiente para descansar en la Sala Club de la estacion (incluida en el billete). No está mal para terminar el viajecito! Y luego ya en el tren nos han dado una merienda de esas “minimalistas” para ponernos a todos contentos, jeje!
Por cierto, es la primera vez que escribo desde un tren, mientras el resto de pasajeros leen, duermen o tambien están con sus portátiles. Sin duda, las comodidades de un vagón de AVE están a años luz de las del avion (al menos tal y como lo conocemos hoy). Aunque lo mismo dentro de unos años esto tambien se lowcostiza (valga el palabro) y se termina estropeando. Esperemos que alguien con dos dedos de frente sepa mantener el invento convenientemente!
La visita a la Seo será para otra vez (no ha habido suerte y nos la han cerrado casi al llegar), pero eso no nos ha bajado los ánimos para comer en otro de los sitios emblemáticos de la zona: el Tragantúa. Chipirones, berberechos, croquetas, tostas y unas cervecitas para calmar los estómagos mas exigentes! El trato es francamente bueno y el precio para todos los bolsillos. En este local hay fotos de ilustres clientes entre los que destacan Millán Salcedo, Enrique Bunbury y hasta Carlos Herrera!
Tras otro paseito y el bus urbano, hemos llegado a la estación con tiempo suficiente para descansar en la Sala Club de la estacion (incluida en el billete). No está mal para terminar el viajecito! Y luego ya en el tren nos han dado una merienda de esas “minimalistas” para ponernos a todos contentos, jeje!
Por cierto, es la primera vez que escribo desde un tren, mientras el resto de pasajeros leen, duermen o tambien están con sus portátiles. Sin duda, las comodidades de un vagón de AVE están a años luz de las del avion (al menos tal y como lo conocemos hoy). Aunque lo mismo dentro de unos años esto tambien se lowcostiza (valga el palabro) y se termina estropeando. Esperemos que alguien con dos dedos de frente sepa mantener el invento convenientemente!