En este viaje nos vamos a tener que adaptar a las horas de luz para tener buenas fotos, asi que toca madrugar de nuevo (hoy mas suave que ayer, claro!). Tras darnos un buen paseo de casi media hora, hemos llegado a la primera parada del dia: el Coliseo!! Hemos hecho un poquitin de cola para finalmente acceder a él y conseguir la maravillosa audioguia.
Desde el primer momento el edificio impresiona - y eso que está en ruinas! -, pero mientras vas avanzando y aprendiendo cosas, empiezas a disfrutar cada vez mas de la visita. Resulta que su nombre en realidad era "Anfiteatro Flavio", pero se terminó popularizando el nombre de "Colosseum" por una estatua enorme que estaba junto a él (el coloso de Nerón).
Viendo la distribución del edificio (y sobre todo la parte central), es imposible no recordar miles de escenas de la película "Gladiator". En un lado tienen reconstruido parte de lo que sería el suelo de madera que casi siempre estaba cubierto de arena, pero lo que se ve en la FOTO es una sección de los túneles que había debajo, donde gladiadores y animales esperaban ansiosos su turno para salir ante el público. Qué ingeniosos estos romanos!
Por cierto, a mitad de la visita, nos hemos encontrado casualmente con C, S y la peque!! Al final han decidido verlo hoy, qué gracia. Por supuesto, nos hemos hecho mas fotos para el recuerdo.
Al salir, y tras aguantar las bromitas de los tipos vestidos de romano que había en la calle, no he podido resistirme y me he hecho un par de fotos con ellos (5 euritos me ha costado la tontería!).
Tras pasar junto al Arco de Constantino, por fin hemos entrado al Foro Romano. Es enoooorme!!! Solo quedan restos de lo que en su dia fue el centro comunal de la ciudad (o, dicho de otra manera, donde hacían vida social los lugareños), pero está claro que en su dia tuvo que ser impresionante. Muy recomendable, aunque cansa una barbaridad verlo todo bien.
A unos 10 minutos del Coliseo, se encuentra la Iglesia de San Pietro in Vincoli que, alejada del trajín de la Via Cavour, parece querer ocultarse del mundanal ruido. Por fuera parece una mas del mismo estilo local y por dentro no dice mucho a simple vista. Sin embargo, si se llega hasta el final, en un lateral se encuentra una de las esculturas mas emblemáticas de Miguel Angel: el Moises. Forma parte de la tumba del Papa Julio II y, como era de esperar, te quedas embobado mirándola mientras pasan los minutos. Que suerte haberla podido ver!!
Tras cenar algo rápido, hemos caminado un buen rato hacia el sureste. A unos 20 minutos del Coliseo está la gigantesca fachada de San Giovanni in Laterano. Decir que te sientes como una pulga es poco. Madre mia!!!
Aunque lo que más me ha impresionado sin duda es la última parada del paseo: la Scala Santa. Esta escalera de mármol de 28 peldaños perteneció al palacio de Poncio Pilatos y por aqui subió Jesucristo el Viernes Santo antes de ser juzgado. Desde que se trajo a Roma en el S.IV se convirtió en lugar de devoción inmediato, pero no sería hasta siglos despues cuando se habilitó el edificio para dar respuesta a la cantidad de devotos que acudían al lugar. La escalera ha tenido que cubrirse de madera para protegerla del desgaste de los que suben arrodillados a modo de penitencia.
Me he quedado muy impactada por la escena que he visto. He hecho una simple foto, pero lo que se me ha grabado en las retinas quedará para siempre.
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