Para este ultimo dia teniamos pensado seguir conociendo un poco las calles del centro de Milan, pero con la lluvia hemos tenido que acortar un poco nuestras perspectivas. Asi que hemos estado por la zona del Castello Sforzesco. Impone el tamaño de este castillo - fortaleza de finales del S.XV ligado a la familia Sforza (de ahí el nombre!), aunque desgraciadamente ha sufrido numerosos intentos de destrucción a lo largo de la historia. Por eso tiene un aspecto algo desangelado. Para colmo nos lo hemos encontrado en obras (como casi toda la ciudad...), asi que no se podía pedir mucho mas excepto hacer fotos sin andamios. En las zonas techadas se encuentran tres museos, pero no hemos llegado a entrar. Quizá en otra ocasion!
Tampoco hemos entrado en Santa Maria delle Grazie para ver el fresco de "La Ultima Cena" de Da Vinci. No ha sido por falta de prevision. Aunque parezca mentira, conseguir una entrada on-line es una auténtica odisea sólo apta para aquellos iluminados que tengan la suerte de conectarse con los planetas bien alineados. O lo que es lo mismo: la web es un desastre total, complicada de narices, farragosa y desesperante. Asi que el dia que alguien se de cuenta de esto, SOLO ENTONCES, volveremos a intentarlo. Ay ay ay!
Pero donde sí hemos estado un buen rato es en el restaurante Da Rita ed Antonio, una de esas pequeñas joyas de lugareños para lugareños donde poder sentirse como en casa. Es el típico sitio que pasaría totalmente desapercibido para un turista (casi no se ve el letrero de la puerta y las cortinas no dejan ver casi el interior del local), pero merece la pena entrar para disfrutar de la comida. Si bien el servicio ha sido un tanto acelerado, no tengo palabras para describir esa burrata con jamón serrano y sobre todo esas pizzas tan jugosas. Definitivamente, son nuestras favoritas!! En la FOTO, está la de jamón y champiñones. Creo que no ha podido haber mejor manera de despedir este viaje. Eso si, me parece que no vamos a comer ni pizza ni pasta en una larga temporada...
Antes de pasar de nuevo por el hotel, nos hemos dado un paseo por la Plaza del Duomo y, aunque el dia no acompañaba, la gente seguía como si nada, haciendo fotos, jugueteando con las palomas y disfrutando del sitio. Asi que no he podido evitar grabar un poquito para recordar este momento:
P.D. El vuelo de vuelta ha transcurrido sin novedad, es decir, sin problemas en los oidos. Espero que nunca se me olvide el nombre de estas gotas milagrosas!!