Estocolmo 2016 - 3 JUN (dia 1)

Cuando miras al calendario y ves que queda poco para que entre el verano, aparecen demasiadas sensaciones encontradas. Pero cuando se trata de viajar, lo bueno de esta época del año es que sabes que las compañías aéreas van a ofertar destinos interesantes difíciles de rechazar, jeje!

El vuelo a Estocolmo dura poco mas de 3h y media (casi nada!) y te permite aprovechar bien la (larguísima) tarde de luz que hay por estas latitudes. En teoría el sol se pone a las 21:45h pero a las 23h sigue habiendo claridad en el cielo... y hacia las 3AM vuelve a la carga!! Sobra decir que, si uno tiene problemas con la luz para conciliar el sueño, no debería olvidarse un buen antifaz para dormir, porque aquí el concepto de persiana creo que no existe.

La mejor manera de llegar a la ciudad desde el aeropuerto es el servicio de tren Arlanda Express. En poco más de 15 minutos te deja en el centro, sin atascos de turno ni rollos extraños. Los billetes se pueden comprar con antelación (y descargar el código en el teléfono) o en las terminales (tiene dos paradas, Sur y Norte).

Por cierto, hoy 3 de Junio (y con un calor bochornoso), los universitarios celebraban el fin de curso. Por toda la ciudad había camiones con chavales (si, si, CAMIONES --> ver foto!), gritando y bailando al ritmo de la música que llevaban puesta. Habíamos visto muchos tipos de celebraciones, pero vamos, algo tan agreste en un entorno como éste... no nos lo esperábamos. Qué cosas.

Después de hacer el check-in (y de dar gracias por volver a casa para recoger las tarjetas olvidadas, ejem!), hemos dado un pequeño paseo hasta la hora de la cena. Aunque no ha habido que hacer hambre, porque estábamos casi desmayados. Asi que la supercena en el Wedholms Fisk ha sido todo un éxito. Que rico todo, por favor!! Hemos pedido el menú degustación y, lo que se ve en la foto, son los entrantes que paso a enumerar de derecha a izquierda: vieira con espárrago blanco, sopa de pescado con alioli, salmón ahumado con crema de alcachofas y... ostra francesa con huevas de trucha. Ufff!!! Justo este pequeño plato ha sido el más difícil de probar pero, como bien se suele decir, "cuando perdiz, perdiz", así que nos la hemos comido como unos campeones. Aquí más que nunca me he acordado de esa frase que dijo Woody Allen en una de sus películas: "No comeré ostras. Quiero que mi comida esté muerta. Ni viva, ni herida: muerta!"

Aunque nos habríamos quedado algo más en el restaurante, teníamos que ajustar bien el tiempo porque esta noche había reserva en uno de los sitios que siempre había querido visitar: el Icebar de Estocolmo. Y, por supuesto, no ha defraudado en absoluto. Nada mas entrar, te dan una capa de color azul oscuro, con una capucha enorme y guantes negros (estar a -7ºC tiene su preparación). Después se pasa por una zona controlada por puertas automáticas y en unos segundos... tachán!! Bienvenidos al auténtico bar de hielo! Cada entrada da derecho a 45 minutos de estancia y una consumición (en vaso de hielo, cómo no!!). Las paredes, de hielo también, van cambiando de color gracias a un sistema de iluminación al más puro estilo futurista polar. Además hay posibilidad de hacerse fotos hasta la saciedad, sentarse en los bancos de hielo, y echarse muchas risas. Muy divertido, de verdad. Por cierto, hemos probado un par de bebidas muy ricas: Moose Calf (con manzana y sirope de canela) y Crow Chick (con naranja y blue curaçao)

De camino al hotel íbamos observando la luz del cielo. Ya nos pareció curioso el tema solar en el viaje que hicimos a Copenhague, pero ahora no es invierno y estamos llegando al máximo de luz del año en esta zona. Qué raro se nos va a hacer esa claridad casi contínua en el cielo!!

:)

1 comentario:

  1. Icebar 1 Brrrrr aachiiiis!se te pueden helar las tripas!!!
    Cuando he visto , sin leer el texto, la foto del camión, por un momento me he quedado sin respiración, parecia de los años 43/5...

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