Qué maravilla tener que madrugar cuando ha habido cambio de hora de invierno.
Esta mañana hemos visitado uno de los refugios subterráneos utilizados durante el Blitz (bombardeos casi continuados que sufría el país por parte de la Alemania Nazi en la II Guerra Mundial). Se encuentra junto a la estación de Clapham South y para poder verlo se necesita basicamente... muchisima suerte. No exagero nada si digo que llevo años intentando conseguir una entrada. Los pases están limitadísimos y sólo tienen lugar determinados días del año. Así que, como decía, hay que tener toneladas de suerte y que se alineen los planetas, por ejemplo.
Aunque empezaba a las 10 am, había que estar 15 minutos antes para el chequeo, asignación de pulseritas naranjas, y breve explicación de las normas (qué se puede y qué no se puede hacer). También te repiten hasta la saciedad que hay 180 escalones de bajada que después serán de subida - y son todos seguidos, sin descansillos, en una escalera de caracol -. Obviamente después de todo lo que nos ha costado venir hasta aquí, esto no nos iba a echar para atrás (= "Mayra, hemos venido a jugar"). Así que, sin dolor ni miedo nos hemos adentrado hacia las profundidades del refugio. Por cierto, el punto de encuentro está en la puerta principal de la estación, pero la bajada se hace desde una pequeña puerta escondida a pocos metros tras una estructura redonda y blanca que se conoce como "The Drum".
Sí. Se pueden hacer fotos. Todas las que quieras. Pero hay que tener en cuenta que el grupo es de unas 15/20 personas y, como los túneles son estrechos, no siempre se puede conseguir la mejor perspectiva. Aún así, repito, merece muchísimo la pena!
Durante los 75 minutos que dura el tour, te explican perfectamente cómo los alemanes empezaron a bombardear la isla de mala manera y cómo sus habitantes buscaban refugio donde podían, generalmente en una estación de metro. Hasta que una bomba cayó en una calle y provocó la muerte de unas 70 personas que estaban escondidas en los túneles. La gente empezó a protestar y a exigir una protección decente que estuviese bajo tierra. El gobierno entonces habilitó 8 refugios con una capacidad máxima de 8000 personas. El que hemos visto hoy es el que mejor se conserva y el único que se puede visitar.
Durante los bombardeos aquí abajo no sólo se podía dormir, sino que había una cantina donde servían comida, servicios (12 duchas, ojo!!), zona de baile, servicio médico y hasta un superintendente que organizaba un poco esta pequeña ciudad subterránea.
Tras finalizar la guerra los túneles se quedaron para oficinas ministeriales durante un corto periodo y después hizo las veces de motel barato para eventos concretos... hasta que un incendio ocurrido en 1956 obligó a cerrar definitivamente el recinto. Muchos años después es cuando se rehabilitó todo de nuevo y se decidió organizar estas visitas. Gracias desde aquí a la mente pensante del proyecto.
Dejo aquí un pequeño video de la época donde se presenta la apertura de estos refugios. Las imágenes hablan por sí solas:
...
En fin, que nos ha encantado todo lo que hemos visto, porque hemos aprendido de primera mano muchísimas cosas. Por momentos podías imaginarte cómo podría ser el estar allí durante horas, mientras una tenue luz iluminaba tu pequeño cubículo de literas y el ruido del metro rellenaba cualquier intento de silencio. Qué tiempos tan duros, por favor.
Termino ya estas líneas con un simpático mensaje que hemos visto en el tablón de avisos del metro:
"HELLO WEEKEND. Be the reason why someone smiles today"
Saludos, Fin de Semana. Que seas la razón por la que alguien sonría hoy.
Me encanta :)