No hay nada como salir de la península para darte cuenta de que fuera de ella existen las nubes, el frío, la humedad y unas temperaturas fresquitas, propias de esta época del año. Hola Londres, hola otoño! Cuánto tiempo, por favor.
Para celebrarlo nos hemos dado un buen paseo por la zona del río, aunque esta vez hemos hecho buena parte del mismo por la zona norte (menos saturada de gente). Luego hemos cruzado por el Millennium Bridge para hacer mejor las fotos de la puesta de sol y, sobre todo, para acercarnos hasta la Tate Modern.
Hace unos días nos enteramos que en el hall de entrada habían montado un péndulo gigante en el techo y que, para poder experimentar mejor su oscilación, habían puesto una moqueta enorme donde poder tumbarse. Puede sonar a tontería supina, pero creo que todos los que estábamos allí hemos disfrutado mucho cuando la bola pasaba por nuestras cabezas y hemos hecho tropecientas fotos desde todas las perspectivas posibles.
En la zona del fondo también han montado una estructura de tuberías de color naranja y en ella han colgado varios columpios para que dos, tres y hasta cuatro personas puedan disfrutarlo a la vez. Aquí había mucha cola (normal) y, como tampoco teníamos todo el tiempo del mundo, hemos pasado un poco del tema. Pero tenía una pinta estupenda. No sé, quizá en otra ocasión, jaja!
Terminamos el paseo en la zona de Monument, cerca ya de la Torre de Londres. Aquí se encuentran los restos de una antigua iglesia, St Dunstan in the East que, tras los bombardeos de la II Guerra Mundial, se quedó como testigo mudo de la barbarie en este pequeño parque público al que da nombre. La iglesia (que se había levantado sobre una iglesia sajona del S.X) ya había sido reconstruida tras el gran incendio de 1666. Y pasear por este pequeño espacio abierto en medio de tantos edificios es bastante raro, pero bueno, supongo que entre semana quizá haya muchos trabajadores estresados que vengan aquí café en mano buscando un momento de paz y desconexión laboral.
Nosotros sólo hemos estado un rato haciendo fotos mientras se iba haciendo de noche, pero parece que en esta época del año mucha gente viene disfrazada para colgar su foto especial en Instagram o compartirla en Facebook.
Tras un largo paseo de vuelta nos hemos dado un buen homenaje gastronómico en el Yauatcha del Soho. Ya habíamos estado aquí otras veces pero jamás nos habían aconsejado tan bien como hoy. El camarero (supersimpático) ha conseguido que probemos cosas tan espectaculares como los dumplings de venado de la foto (madre mia que bueniiiiisimos!).
Ahora a dormir, que estoy que me caigooooo...zzzz...zzzz...
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ResponderEliminarNo disimules no disimules, seguro que al ver ese hermoso péndulo pasando por encima de tu "chola" has pensado : mira que si se suelta de la "guita" ¡No me extrañaria que con el "conque" del columpio dentro de poco deis otra vueltecita por ahi!