"Las personas viajan a destinos distantes para observar, fascinadas,
el tipo de gente que ignoran cuando están en casa"
(Dagobert D. Runes)
Cuando hace tan sólo unas horas estaba haciendo esta foto, me he quedado un par de minutos pensando en lo bonitas que se ven siempre las nubes desde arriba. Ya no es que parezcan bolas de algodón de mil formas, es que dan ganas de tocarlas. Al menos, mientras la ilusión óptica lo permita. Pero bueno, como decía las nubes me parecen preciosas y además siempre que las veo así significa que estoy (estamos!) de viaje. Aunque hoy toca moverse a un sitio mucho más cercano que la última vez, esa inquetud por descubrir algo nuevo e interesante siempre está ahí.
Por eso, cuando hemos aterrizado en Düsseldorf (diuuuuuseldorf!), nos hemos ido rápidamente hasta la terminal de trenes del aeropuerto siguiendo las buenas indicaciones de los carteles.
Recorrido: Terminal C -> Terminal A/B -> Parking -> Estación de Tren
De una terminal a otra se puede ir andando. Pero desde la Terminal A/B hay que coger el famoso "skytrain" (a 10 metros del suelo, con ventanales panorámicos y rapidísimo). Precio... poco más de un euro.
Una vez en la estación de tren, nos hemos puesto a trastear en la máquina de los billetes. Un jaleo, de verdad. Y justo cuando estábamos intentando alinear botones y tipo de billete, se nos ha acercado un tipo bastante simpático. "A donde vais? - A Colonia. - Ah, qué casualidad. Yo también voy para allá! Justo sale ahora en 2 minutos el tren. Venga, si queréis podemos compartir un billete de zona, de estos que valen para 5 personas". Nos hemos quedado un tanto sorprendidos, pero el hombre parecía buena gente y nos hemos montado sin dudarlo. Increíble el buen rollo de este país.
Nosotros usamos este tipo de billetes hace unos años, cuando quisimos visitar el castillo de Neuschwanstein. Vale para un máximo de 5 personas y puedes utilizar todos los medios de transporte de la zona correspondiente en el día que se valida. Es uno de estos inventos que facilita viajar, especialmente si vas en grupo.
Así que casi ni hemos mirado el andén, ni el tren ni nada. Bueno, sí que hemos comprobado que, efectivamente, la dirección era la correcta y que todo estaba en orden. Le hemos pagado la parte correspondiente del billete (que venía a ser casi lo mismo que si lo hubiéramos comprado en la máquina). El hombre nos ha asegurado que, por trabajo, hace este trayecto un montón y que en seis paradas (y 40 minutos) llegaríamos a la estación central de Colonia.
Y así ha sido. Además el hombre (superamable!!) nos ha guiado hasta el ascensor que bajaba a la planta principal de la estación. La verdad es que no sabíamos bien cómo agradecerle toda esta atención que había tenido con nosotros. Pero bueno, al llegar al rellano principal ya nos hemos parado para despedirnos y seguir cada uno por nuestro lado.
Aunque el que ha seguido caminando ha sido él. Bueno, más bien ha salido disparado, casi corriendo. Ha sido un final un poco feote, pero hay que entender que no todos vamos de turismo y el trabajo es el trabajo. Y más cuando te dedicas a sacar rentabilidad a tu billete compartido durante todo el día, buscando gente despistada que esté dispuesta a pagarte el billete una y otra vez. Porque, efectivamente, aquí el colega de la maleta negra vieja y roída, se ha parado junto a unas chicas que estaban sacando billetes en la estación de Colonia y se ha ido con ellas... para empezar otro viaje de billete compartido. Con un par, si señor.
Así que ya ha dado igual el check-in del hotel, el paseo por el centro, o las salchichas de la cena en el Meister Bock de la estación. Nos hemos quedado pilladísimos con la estrategia de este personaje. Porque... si un billete de éstos cuesta 45 euros y al día hace unos 10 trayectos mínimo con 2 personas, no hay que ser un lumbreras en matemáticas para ver este supernegocio no declarable que, además, no es delito. Parece ser que compartir un billete de éstos entre personas que no se conocen es algo relativamente habitual.
Pero bueno, una cosa sí que es cierta: si no hubiera sido por este encuentro casual, habríamos perdido un montón de tiempo sacando el billete y quizá nos habríamos plantado en Colonia tardísimo. No hemos perdido dinero (eso, en tal caso, lo ha hecho la compañía de trenes) y no hemos tenido ningún problema. Vamos, que bien visto, es como si hubiéramos contratado un servicio de guía local a nuestra disposición.
Sí. Mejor verlo así, jaja!
En fin, vaya comienzo de fin de semana. Buenas noches!