Huesca 2020 - 17 SEP (dia 4)

 

Con esta mariposa niña coridón terminamos esta pequeña escapada por el Pirineo Aragonés. Si esta situación covidiana sigue alargándose en el tiempo, tendremos que aprovechar las excelencias de este país en el que vivimos y disfrutarlas lo mejor posible. 

Han sido sólo 4 días, pero los hemos vivido con tanta intensidad que en realidad parece que hayamos estado fuera de casa más de una semana. Además, hemos comido estupendamente (y eso siempre es importante).

Y aunque las fotos hayan quedado algo deslucidas tras un verano tan seco, hemos visto florecer los azafranes silvestres (crocus nudiflorus) - que salen todos los años por estas fechas.

En fin, ahora a deshacer las maletas y a esperar hasta otra posible escapada, sea donde sea. 

Mientras tanto... a seguir cuidándose, comiendo buenos alimentos y cultivando las relaciones sociales un poco a distancia. 

Buenas noches!


Huesca 2020 - 16 SEP (dia 3)

 

Hoy hemos estado prácticamente todo el día caminando en la zona de Piedrafita de Jaca, en el Valle de Tena. Se nota que este valle es mucho más turístico que el de ayer porque, entre otras cosas, el comienzo de la excursión tiene un parking mejor preparado y más grande (punto en el GPS: Parque Faunístico Lacuniacha) y hay más gente aún siendo miércoles. También hemos hecho una ruta muy conocida que sube al ibón y arco de Piedrafita, eligiendo el tramo largo y circular. 

Recordatorio: la ruta está muy bien señalizada, aunque hay tramos con piedras grandes (pasado el ibón) que coinciden con marcas de marcha nórdica y pueden dar lugar a equivocación.

Ver la pista forestal de gravilla justo al comienzo no es precisamente lo que uno quiere cuando sale a caminar. Afortunadamente, tras la subida inicial aparece el cartelito amarillo indicando el primero de los tres atajos que hay entre las curvas de la pista. Excepto que haya algún impedimento físico, hay que seguirlos todos. Destaco sin duda el último, que transcurre por el barranco del Boj y que dan ganas de quedarse allí haciendo fotos y más fotos porque es una auténtica preciosidad. Hemos tenido mucha suerte al atravesarlo porque no nos hemos encontrado con casi nadie. Supongo que éstas son las ventajas de no pasar por aquí durante el fin de semana!

La llegada al ibón ha sido un poco agridulce: aunque el entorno en sí es muy espectacular con la Sierra de la Partacua de fondo, el nivel de agua era casi ridículo (ver FOTO). Nos hemos quedado parados unos minutos sin casi poder articular palabra. Ya nos habían dicho que desde hace meses no llueve pero ver esto así, tan deslucido, no deja de ser preocupante. Espero que vuelvan las nubes bien cargadas a darle un poco de color y vida al valle (ojo, que también el embalse de Búbal, que en su día tenía agua para dar y tomar, hoy estaba irreconocible...)

El camino continúa a la izquierda del ibón por un sendero curioso a media altura que ofrece vistas de todo el valle. Y al final de un pequeño llano, aparece la señalización que indica la empinadísima subida hasta el arco geotectónico. Un premio para los valientes que gritan desde allí "siiiiii!!!!", "uohhh!!!""tomaaa yaaa!!!" y luego cuelgan sus fotos en la redes, pero nosotros tenemos que cuidar las rodillas y nos conformamos con esta maravillosa foto del arco que hemos hecho aprovechando la hora de comer. 

La bajada ya no implica paisajes impresionantes: transcurre casi todo el rato entre árboles, cosa que se agradece en días de calor y sol abrasador. Al final aparece otra pista forestal bastante llana que lleva directamente al parking de Lacuniacha. 

Justo en los últimos metros ha empezado a llover con moderada intensidad. Ha sido poco tiempo, pero nos hemos mojado. Esperemos que esto sea el comienzo de una esperadísima temporada de lluvias que tanta falta hace!

De vuelta en el hotelito, hemos cenado tan estupendamente como en días anteriores. No han faltado los tomates de Jaca! No pongo foto por no repetirme pero, de verdad, es que están bueniiiiiisimos.

Ahora a descansar... que nos espera un largo día mañana. Ains!

Huesca 2020 - 15 SEP (dia 2)

Hoy nos hemos acercado hasta el Valle de Igüer que está en el Parque Natural de los Valles Occidentales. Aunque habíamos consultado varias veces la previsión meteorológica, no teníamos muy claro si volverían las nubes a descargar como esta noche pasada. Afortunadamente, al llegar al parking de La Cleta (punto a poner en el GPS) se han disipado las dudas y los chubasqueros se han quedado en el coche. Y quizá deberíamos haber dejado también los cortavientos, porque ha hecho calor, pero ya sabemos que aquí puede cambiar el tiempo en minutos, así que mejor no arriesgarse.

El valle ofrece una ruta principal circular de unos 7 km. Al principio transcurre por la zona del río, donde se pueden encontrar un montón de vacas devora-hierba por todos lados. Impone un poco verlas tan cerca, pero lo mejor es pasar de ellas y seguir caminando con paso firme.

Por cierto, también hemos visto a los ganaderos encargados de ellas - que han conseguido reunirlas rápidamente para que pasten en la misma zona -. 

No lo había dicho aún, pero este valle es el resultado de la tremenda acción de los glaciares que en su día cubrían la zona. Además del circo glaciar del fondo, por todos lados se ven las tremendas tiras de piedras prensadas, tanto en el suelo como en las enormes paredes del valle. Es muy fácil quedarse hipnotizado mirándolas pero imaginarse una enorme masa de hielo por aquí es algo que desgraciadamente cuesta bastante estos días. Ojalá cambiara un poco la tendencia climática y volviera algo de nieve duradera. Sí, ojalá. Dejémoslo ahí.

La bajada del Cerro Peñarruaba es preciosa. Ofrece vistas de todo el valle antes de enlazar con el Valle de Rigüelo (que está contiguo). Desde el mirador se puede disfrutar de las vistas coronadas por la Punta Rigüelo y los Lecherines (ver FOTO). 

La verdad es que nos ha encantado. Sólo le ha faltado un poco de verde para darle más alegría a la excursión, pero éste es el resultado de un verano sin casi lluvia en la zona y con temperaturas muy altas. Creo que tendremos que hacer un futuro viaje pero en el mes de Mayo o Junio.

Antes de volver al hotel, hemos aprovechado el camino de vuelta para parar en algunos pueblecitos y pedanías que abundan por la zona. Quizá el más interesante sea el principal, Aísa, cuyas callecitas y casas empedradas son una gozada (ver FOTO). Pero también es curioso ver (por fuera sólo, desgraciadamente) las pequeñas iglesias románicas de estos lugares. Algunas están abandonadas pero otras se conservan estupendamente. Hemos visto incluso una en Abay que es del S.XII, ahí es nada!

Tras la ducha y un buen momento de relajación, hemos bajado a cenar con muchísimas ganas. Hemos pedido cabrito confitado y realmente ha sido un acierto: nos ha encantadoooo!!! Decir que estaba buenísimo es quedarse corto. Realmente han sabido darle el toque correcto y conquistarnos de lleno.

Ahora toca descansar y seguir disfrutando de estas pequeñas vacaciones en los Pirineos. 

Viva la desconexión nacional! ;)

Huesca 2020 - 14 SEP (dia 1)

Parecía que no iba a ser posible pero por fin salimos del túnel mochila en mano y nos disponemos a viajar de nuevo. Aleluya. Tras meses de confinamiento, incertidumbre y desasosiego generalizado, parece que los astros se alinean y nos dejan acercarnos a las montañas... que no es poco. Está claro que hay un antes y un después en toda esta historia que comenzó hace seis meses y, si algo hemos aprendido, es que ya no se puede planificar ningún viaje con tantísimo tiempo porque las circunstancias podrían cambiar de un día para otro sin miramientos. Hoy más que nunca hay que vivir al día. Y así lo haremos, qué remedio.

Pero, bueno, que el ánimo no decaiga: somos unos afortunados porque vivimos en un país donde hay mucho que ver y además es muy variado: playas, ciudades, pueblos con encanto, montañas... y una gastronomía que cuanto más viajas más valoras. De hecho, hemos parado a comer a las afueras de Zaragoza y nos hemos quedado sorprendidos con el menú del día que ofrece el Restaurante Torrejón: buena variedad y de calidad. Lo que se ve en la foto es un puré de patatas que está de escándalo. Si en algo tan sencillo le ponen tanto empeño, creo que a partir de ahora se va a convertir en un sitio de referencia para futuros viajes.

Siguiendo en dirección norte (y con unos inusuales 30ºC en el exterior) hemos llegado hasta esta pedanía alejada del mundanal ruido que nos servirá de campamento base para nuestras excursiones por la zona. Ya sabemos que es un sitio ideal para desconectar - estuvimos aquí hace 7 años -, así que seguro que cumplimos nuestro objetivo con creces. Algunas cosas han cambiado por culpa de la situación covidiana actual, pero no todo tiene que ser malo y seguro que estos días descubrimos cosas nuevas interesantes.

La cena... en fin, qué decir de la cena. Mientras estábamos de camino, los dueños del hotel nos han enviado un whatsapp con el menú de esta noche: 4 opciones de primero, 7 de segundo... más 10 posibles postres. Así es imposible fallar. Y si encima coincide que es época de tomates, el triunfo es absoluto. Lo que se ve en la foto es la variedad de Jaca y, bueno, no tengo palabras ni adjetivos para describirlo. Hay que probarlo!! Digamos que se ha hecho un silencio enorme y los dos nos hemos mirado con cara de "ofú, cuánto tiempo sin probar algo así..." - Maaaadre mía.

Ahora a descansar, que mañana nos espera un día muy intenso.

Buenas noches!!

P.D: El paisaje desértico y árido que hemos visto en buena parte del viaje nos ha hecho recordar con bastante fuerza "L'Estasi dell'Oro" de Ennio Morricone. Tanto ha sido así que se ha convertido en la banda sonora del viaje, mientras nos imaginábamos corriendo colina abajo como el mítico Tuco (el feo!)...