Lisboa 2015 - 9 MAR (dia 4)

Hoy es lunes y eso significa que casi todo lo "visitable" estará cerrado. Por suerte, la catedral es de lo poco céntrico que está disponible. Así que allí hemos estado junto con los escasos turistas que han alargado el fin de semana como nosotros.

La de Lisboa se construyó originariamente entre los siglos XII y XIII. Como el resto de la ciudad, ha sufrido mucho los terremotos, aunque el de 1755 terminó con su capilla gótica y el panteón real. Una auténtica pena. Afortunadamente, la nave principal se restauró a principios del S.XX y hoy podemos verla tal y como aparece en la FOTO de la izquierda. 

La entrada a la catedral es gratis, pero la visita no quedaría completa sin ver los tesoros (que están en las salas superiores) previo pago de 4€ [entrada combinada con el claustro]. 

Precisamente lo que se ve en esta otra FOTO de la derecha son los restos del claustro y las excavaciones que se están haciendo en el patio. Según hemos podido leer (y ver) hay restos de la época romana - qué curioso ver trozos de calzada perfectamente conservada - y también restos de la época musulmana posterior. 

El paseo por el claustro es bastante desolador, ya que todo está muy descuidado, viejo y sucio, pero quizá sea cuestión de tiempo hasta que se pueda volver a ver en todo su esplendor. 

Y si no es así, quizá sea entonces cuestión de aceptar que la ciudad también tiene cierto encanto tal cual está. Porque ha sobrevivido a muchos terremotos, incendios y, sin embargo, ahí sigue en pie. Todo un ejemplo, sin duda, de lucha y fortaleza. 

Aunque quien mejor recoge estos principios es la iglesia de São Domingos. Antiguo lugar de coronación de reyes portugueses, hoy sólo conserva columnas quemadas y muros decrépitos que ponen los pelos de punta. Imprescindible su visita, aunque se tenga poco tiempo, porque representa perfectamente eso de que "una imagen vale más que mil palabras"[o, como dirían aqui, "uma imagem vale por mil palabras"]

En fin, volvemos a casa con la sensación de haber visto una ciudad única porque nos ha enseñado, entre otras cosas, lo que significa vivir un terremoto. Sabemos que por su situación tarde o temprano los terremotos volverán a sacudir la ciudad pero esperemos que, pase lo que pase, ésta no sufra unos efectos tan devastadores como los que ha tenido hasta ahora.

Boa Noite, Lisboa! Boa sorte!

Lisboa 2015 - 8 MAR (dia 3)

Esta mañana hemos comprobado lo útil que son los elevadores para acortar el tiempo de los desplazamientos por la ciudad. El de Lavra (el funicular más antiguo de la ciudad) nos ha dejado a media altura en el monte del castillo. El de Castelo (ascensor gratuíto en funcionamiento desde 2013) nos ha vuelto a dejar en la parte baja en cuestión de segundos. Y el de Santa Justa nos ha subido hasta Chiado.

Precisamente, lo que se ve en la FOTO es la pasarela superior de este último elevador. Quizá sea el más bonito estéticamente hablando: está construído en hierro y es de estilo neogótico. Desde aquí se puede subir al mirador de la terraza exterior pero, sinceramente, no merece la pena pagar un extra absurdo para tener unas vistas casi idénticas a las de la pasarela y peores que las del mirador de ayer. Mejor emplear ese dinero en una cerveza bien fresquita!

Recordatorio: funicular y ascensor incluidos también en la tarjeta VIVA VIAGEM 24h.

Tras callejear un poco por la zona de Chiado y Bairro Alto, hemos llegado hasta São Roque. Si uno se fija en su fachada (simple a mas no poder) seguramente no llegue a entrar. Afortunadamente, existen las guías de viaje: esto no hay que perdérselo! Los domingos, además, se puede ver gratis el Museo de Arte Sacro (está en el edificio contiguo) y desde éste se puede acceder también al interior de la iglesia.

Por cierto, el guía que estaba en la puerta de entrada, nos ha dado una breve (pero intensa) introducción sobre el museo, la iglesia y el contexto histórico-cultural en el que se fundaron. Muy MUY interesante.

Después de comer nos ha entrado un antojo tremendo: queríamos tomar de nuevo los pastéis de Belém! Otra vez? Otra vez?! Pues va a ser que si. Minutos después ya estábamos en el tranvía para llegar a la pastelería más famosa de la zona. Aunque hoy había una cola casi interminable para entrar. Menos mal que existe otra puerta para gente que quiere sentarse dentro y, aunque hemos tenido que esperar un poquito, al final no ha sido mucha molestia.

No pongo foto de los pastelitos, pero puedo asegurar que estaban igual de deliciosos que ayer. Ufff!!! y más UFFF!!!

A la salida, ya empezaba a anochecer y la temperatura a bajar. No lo había dicho, pero todos estos dias hemos podido estar en manga corta tranquilamente.

En el centro hemos pillado un par de tranvías de nuevo casi por vicio (esto de tener la tarjeta de transporte hace que te animes a probarlos una y otra vez). Precisamente desde el último hemos pillado a un grafitero en plena faena. No hay que asustarse: estaba pintando en un panel preparado especialmente para ello. Menos mal, porque hay zonas demasiado saturadas de pintadas que ya pierden toda la gracia.

Buenas noches!

Lisboa 2015 - 7 MAR (dia 2)

El Monasterio de los Jerónimos es una de las paradas obligatorias cuando se visita la ciudad. Se encuentra en el barrio de Belém y el tranvía 15 de Praça do Comércio tiene parada casi en la puerta. Recomendadísimo estar a primera hora para evitar colas innecesarias.

Su iglesia es gratuíta (dentro está la tumba de Vasco de Gama!), pero lo interesante es sin duda el claustro - una auténtica joya (ver FOTO). Por cierto, para ver éste último, existen varias modalidades y en todas se incluye una audioguía un tanto caótica (debe de ser la primera vez que se nos quitan las ganas de saber más cosas de un sitio). Ojo: mejor ver el claustro en primer lugar.

Al otro lado de las vias del tren (opción de paseo hasta puente elevado o túnel subterráneo junto a los jardines) se encuentra la famosísima Torre de Belém. En su día sirvió como centro de recaudación de impuestos para entrar en la ciudad pero hoy debe de ser uno de los lugares más abarrotados de turistas de la zona. Por ello es MUY interesante tener en cuenta lo siguiente:

- Comprar la entrada combinada "monasterio + torre" evita hacer cola.
- La subida al torreón está bastante limitada porque su acceso es bidireccional y está regulado por un semáforo bastante rudimentario. Una vez se pone en verde, lo mejor es subir hasta el final, sin parar en los pisos intermedios o el ascenso se puede hacer pesadísimo.

Tras comer un rico bacalao en O Navegador, hemos continuado el paseo por la zona del río hasta el Monumento a los Descubrimientos. Esta impresionante construcción tiene unos 50m de altura y está dedicada a todos aquellos que participaron en el desarrollo de la época de los descubrimientos (reyes, patrones, marineros...). Hasta hoy pensábamos que era una construcción conmemorativa sin más pretensiones pero nos hemos encontrado con una puerta y unas escaleras que dan acceso a una sala de exposiciones temporales (parte inferior) y un ascensor que da acceso a la terraza superior (con vistas de 360º!). Que cosas!!!

Aunque sin duda, el mayor descubrimiento del dia (y creo que del viaje) han sido los pastéis de Belém. Aunque por toda la ciudad las pastelerías ofrecen dulces parecidos, los auténticos se encuentran junto al Monasterio de los Jerónimos. El local es enorme y siempre está lleno de gente, pero hay buena rotación y en poco tiempo es posible conseguir una mesa. Ya nos habían dicho que estaban muy buenos pero lo que jamás pensamos es que iban a estar TAN pero TAN deliciosos. Alucinante. Hemos pedido un par cada uno para probarlos pero... hemos terminado repitiendo casi lo mismo!! Madre miaaa... qué buenos están!!!!

Por cierto, los pastelillos tienen fórmula secreta y sólo tres personas la conocen (suena un poco al tema de la Coca-Cola, verdad?). Es más, las tres personas nunca viajan juntas y comen siempre cosas distintas. No sé hasta qué punto será todo esto cierto: de todas formas, ¿a quién le importa esto cuando el resultado es tan pero tan increíble? Viajeros del mundo, venid a Lisboa a probar esta maravilla, por favor!!!

Con el tranvía 15 hemos vuelto al centro y, para aprovechar los últimos momento de sol, hemos subido a varios miradores: São Pedro de Alcántara, Santa Luzia y Graça. Cada uno ofrece diferentes perspectivas de la ciudad, pero sin duda el mejor ha sido éste último donde hemos podido disfrutar perfectamente de la puesta de sol con el castillo a la izquierda, el puente "25 de Abril" al fondo y el resto de ciudad con sus colores cambiantes. Como muestra, esta FOTO que se ve a la izquierda. Ha sido sencillamente espectacular.

Por cierto, para subir al primero de los miradores, hemos probado uno de los funiculares que tiene la ciudad: el elevador da Bica. El trayecto que hace es relativamente corto (quizá no llegue a los dos minutos), pero merece la pena probarlo teniendo la tarjeta de transporte (si no, cada viaje sale por 3,60€... ejem!). Obviamente, cada vez que se pone en funcionamiento, todo el mundo saca la cámara para retratar el momento. En nuestro caso, hasta hemos hecho videos:



Ahora a descansar, que ha sido un día muy intenso!!

:)

Lisboa 2015 - 6 MAR (dia 1)

Señoras, señores... POR FIN nos animamos a visitar a nuestros vecinos de península. No es que tuviéramos nada en contra, pero aqui nos ha pasado como el que vive en una ciudad llena de museos y nunca los ha visto "porque total, los tiene ahí al lado y ya sacará un hueco en cualquier momento". Pero bueno, todo llega y encima con buen pie: el vuelo y el cambio horario hacen que parezca un traslado casi instantáneo. 

Por cierto, el aeropuerto está a tan sólo 8km de la ciudad y desde hace unos pocos años, hay línea de metro directa al centro. Podíamos haberla pillado pero, por logística y por aquello de tener un contacto mejor con el entorno (léase "hacer fotos"), nos hemos animado con el AeroBus (3,50€ / trayecto).

Tras un check-in bastante rápido y divertido (gracias Frederico por las risas!), hemos salido por el centro a disfrutar del día pero, casi sin quererlo, nos hemos topado con el famoso tranvía 28. Turístico a más no poder, te lleva por las zonas más emblemáticas y suele estar MUY saturado. Con esto quiero decir que es más que probable que uno termine de pie junto a otros tantos turistas casi sin poder moverse y obviamente sin disfrutar del trayecto. Ni que decir tiene que esto es foco indiscutible de carteristas así que ojito con bolsos y mochilas varias. En nuesto caso, hemos estado la mitad del trayecto de pie, pero ha merecido la pena la experiencia.

Recordatorio: la tarjeta VIVA VIAGEM (recargable) te permite disfrutar de metro, tranvía y bus durante 24 horas por 6 euros. 

Empapados por el espíritu local, hemos entrado en O Chiado, un pequeño local situado en la zona Baixa. Lo importante es llegar pronto, porque hay poquitas mesas y mucha demanda pero, una vez cumplido esto, sólo queda disfrutar de la comida - hemos probado un bacalhau à brás espectacular! Además los camareros son majísimos (y con mucho sentido del humor!)

Para terminar el dia (y también para bajar la cena, jeje!) hemos dado un paseo por la zona Baixa hasta Plaça dó Comércio. Entre el buen ambiente y la buena temperatura, creo que no había mejor forma de comenzar esta escapada.

Mañana más y mejor! :D