Hoy es lunes y eso significa que casi todo lo "visitable" estará cerrado. Por suerte, la catedral es de lo poco céntrico que está disponible. Así que allí hemos estado junto con los escasos turistas que han alargado el fin de semana como nosotros.
La Sé de Lisboa se construyó originariamente entre los siglos XII y XIII. Como el resto de la ciudad, ha sufrido mucho los terremotos, aunque el de 1755 terminó con su capilla gótica y el panteón real. Una auténtica pena. Afortunadamente, la nave principal se restauró a principios del S.XX y hoy podemos verla tal y como aparece en la FOTO de la izquierda.
La entrada a la catedral es gratis, pero la visita no quedaría completa sin ver los tesoros (que están en las salas superiores) previo pago de 4€ [entrada combinada con el claustro].
Precisamente lo que se ve en esta otra FOTO de la derecha son los restos del claustro y las excavaciones que se están haciendo en el patio. Según hemos podido leer (y ver) hay restos de la época romana - qué curioso ver trozos de calzada perfectamente conservada - y también restos de la época musulmana posterior.
El paseo por el claustro es bastante desolador, ya que todo está muy descuidado, viejo y sucio, pero quizá sea cuestión de tiempo hasta que se pueda volver a ver en todo su esplendor.
Y si no es así, quizá sea entonces cuestión de aceptar que la ciudad también tiene cierto encanto tal cual está. Porque ha sobrevivido a muchos terremotos, incendios y, sin embargo, ahí sigue en pie. Todo un ejemplo, sin duda, de lucha y fortaleza.
Aunque quien mejor recoge estos principios es la iglesia de São Domingos. Antiguo lugar de coronación de reyes portugueses, hoy sólo conserva columnas quemadas y muros decrépitos que ponen los pelos de punta. Imprescindible su visita, aunque se tenga poco tiempo, porque representa perfectamente eso de que "una imagen vale más que mil palabras"[o, como dirían aqui, "uma imagem vale por mil palabras"]
En fin, volvemos a casa con la sensación de haber visto una ciudad única porque nos ha enseñado, entre otras cosas, lo que significa vivir un terremoto. Sabemos que por su situación tarde o temprano los terremotos volverán a sacudir la ciudad pero esperemos que, pase lo que pase, ésta no sufra unos efectos tan devastadores como los que ha tenido hasta ahora.
Boa Noite, Lisboa! Boa sorte!