Lisboa 2015 - 8 MAR (dia 3)

Esta mañana hemos comprobado lo útil que son los elevadores para acortar el tiempo de los desplazamientos por la ciudad. El de Lavra (el funicular más antiguo de la ciudad) nos ha dejado a media altura en el monte del castillo. El de Castelo (ascensor gratuíto en funcionamiento desde 2013) nos ha vuelto a dejar en la parte baja en cuestión de segundos. Y el de Santa Justa nos ha subido hasta Chiado.

Precisamente, lo que se ve en la FOTO es la pasarela superior de este último elevador. Quizá sea el más bonito estéticamente hablando: está construído en hierro y es de estilo neogótico. Desde aquí se puede subir al mirador de la terraza exterior pero, sinceramente, no merece la pena pagar un extra absurdo para tener unas vistas casi idénticas a las de la pasarela y peores que las del mirador de ayer. Mejor emplear ese dinero en una cerveza bien fresquita!

Recordatorio: funicular y ascensor incluidos también en la tarjeta VIVA VIAGEM 24h.

Tras callejear un poco por la zona de Chiado y Bairro Alto, hemos llegado hasta São Roque. Si uno se fija en su fachada (simple a mas no poder) seguramente no llegue a entrar. Afortunadamente, existen las guías de viaje: esto no hay que perdérselo! Los domingos, además, se puede ver gratis el Museo de Arte Sacro (está en el edificio contiguo) y desde éste se puede acceder también al interior de la iglesia.

Por cierto, el guía que estaba en la puerta de entrada, nos ha dado una breve (pero intensa) introducción sobre el museo, la iglesia y el contexto histórico-cultural en el que se fundaron. Muy MUY interesante.

Después de comer nos ha entrado un antojo tremendo: queríamos tomar de nuevo los pastéis de Belém! Otra vez? Otra vez?! Pues va a ser que si. Minutos después ya estábamos en el tranvía para llegar a la pastelería más famosa de la zona. Aunque hoy había una cola casi interminable para entrar. Menos mal que existe otra puerta para gente que quiere sentarse dentro y, aunque hemos tenido que esperar un poquito, al final no ha sido mucha molestia.

No pongo foto de los pastelitos, pero puedo asegurar que estaban igual de deliciosos que ayer. Ufff!!! y más UFFF!!!

A la salida, ya empezaba a anochecer y la temperatura a bajar. No lo había dicho, pero todos estos dias hemos podido estar en manga corta tranquilamente.

En el centro hemos pillado un par de tranvías de nuevo casi por vicio (esto de tener la tarjeta de transporte hace que te animes a probarlos una y otra vez). Precisamente desde el último hemos pillado a un grafitero en plena faena. No hay que asustarse: estaba pintando en un panel preparado especialmente para ello. Menos mal, porque hay zonas demasiado saturadas de pintadas que ya pierden toda la gracia.

Buenas noches!

2 comentarios:

  1. ¡ Ay ay cómo os vais a poner con tanto pastéis! y además no estáis subiendo ningún ciento de escalones , todo tranvía, elevator, vereis vereis...

    ResponderEliminar
  2. Ay, como se nota que sois filólogos ! Con lo bonita que esta la sala de máquinas del elevador de Santa Justa y ni una sola foto !!! :-P

    ResponderEliminar