Qué bonito y agradable poder despertarse sin prisa alguna.
Aunque la previsión sólo daba cielo cubierto para esta mañana, al final ha aparecido también la lluvia durante un buen rato. No era muy molesta, asi que hemos dejado los planes como estaban. Y menos mal, porque si no, no habríamos descubierto al trío de la FOTO que estaba tocando el alperhorn (trompa de los Alpes). Que curioso, verdad? Creo que nunca en mi vida había visto uno en directo, sólo en dibujos de un antiguo cuento infantil, y la verdad es que me ha sorprendido un montón.
Y, ¿cómo suena? Prometo subir el video en cuanto la conexión lo permita. Paciencia!!
Dentro de la
Catedral de Bruselas (gótica, cómo no!) había un montón de belenes expuestos, a cual más original, y cada uno perteneciente a las distintas comunidades católicas internacionales que hay en la ciudad. Desde chinos y japoneses hasta brasileños y rumanos: allí había sitio para todos. Se notaba claramente la influencia cultural en cada uno. Sirva como ejemplo el de la comunidad española (ver FOTO): lleno de pastores, animales, casitas y... el único en el que se puede encontrar el castillo de Herodes!
Como era de esperar, el
Parc de Bruxelles estaba un tanto desmejorado (normal en un día gris de otoño), aunque para turistas y corredores mañaneros eso nunca importa. Lo que sí tenía muy buena pinta era el
Museo de Magritte, junto a la Royale Place. Atención, que su original acceso (ascensor a lo
Men in Black incluido) se hace a través del Museo de Arte Moderno.
Una vez dentro, se cuenta un poco la vida del autor por etapas, y se puede disfrutar de gran parte de su colección. A mí siempre me habían llamado la atención esos cuadros con manzanas, señores con bombín, esferas y pipas (gracias, sin duda, a aquella colección de libros de Historia del Arte que aterrizó un buen día en casa), por eso tenía tantas ganas de verlos en directo. Es un museo estupendo, para disfrutar tanto de su etapa surrealista como de las posteriores. No se podían hacer fotos dentro de las salas pero en los servicios no hay ningún cartel que lo impida (y ese espejo va a ser la única prueba de mi estancia en el museo, jeje!) Por cierto, la tienda del museo es genial.
Después de picar algo rápido, hemos visto
Notre Dame du Sablon (preciosa iglesia gótica) y al salir, ya casi sin sol, hemos vuelto a la zona del mercadillo navideño para terminar el recorrido que no pudimos hacer ayer.
Muchos puestos con cositas y mucha gente (para mi gusto demasiada). Normal para ser sábado por la tarde con buena temperatura y sin lluvia.
En la fachada de
Sainte Catherine había una proyección 3D cada 30 minutos. Hemos llegado a tiempo para verla por dentro y luego disfrutar del espectáculo. Muy bonito!
Aunque lo más divertido ha sido montar en la noria que hay al final de
Quai au Briques (estos dias está totalmente cubierto para poner los puestos navideños). Las vistas de la ciudad iluminada son una pasada.
Aunque la verdadera gozada (gastronómica) nos estaba esperando poco después en
La Brasserie de Bruxelles. Nos hemos puesto hasta arriba de mejillones al vapor. Qué buenos están, por favor!!! Claro, luego nos ha ha tocado dar un buen paseo para bajar un poco la cena.
Las luces de Grand Place han vuelto a recordarnos lo bonita que se puede poner una ciudad en estas fechas. Una pena que en otras latitudes esto se vea como un derroche, un insulto o un feo hacia otras culturas.
Si. Mejor dejo el tema, porque si no, hoy no duermo.
Hale... Zzzz!!!