Londres 2017 - 14 ENE (dia 2)

Esta mañana hemos amanecido con un frío que ya estábamos echando de menos. Además el cielo estaba cubierto y amenazaba lluvia, pero por suerte la ciudad ofrece gran cantidad de actividades bajo techo. Por ejemplo, el Museo del Transporte de Londres

En uno de los laterales de Covent Garden se encuentra este pequeño - gran museo, que acoge todo tipo de transporte público que ha pisado Londres desde 1800. Así, se pueden encontrar vagones de metro y tren, autobuses, tranvías, carruajes, taxis... aunque sólo una pequeña muestra (porque la gran mayoría se encuentra en un depósito gigante que el museo tiene en Acton, a las afueras de Londres, y que está cerrado al público) 

Aparte de paneles informativos y objetos originales, quizá lo más interesante haya sido descubrir cómo surge la idea de poner los trenes bajo tierra en la ciudad: la archiconocidísima Revolución Industrial tuvo en gran parte la culpa. Londres empezó a crecer a un ritmo endiablado y cada vez más gente trabajaba en la gran ciudad. El problema era que las estaciones de tren estaban bastante alejadas de los lugares de trabajo y había que optimizar los trayectos de alguna manera. Y como los taxis de la época eran caros y los coches de caballos bastante incómodos, los ingenieros decidieron ampliar la red ferroviaria de manera subterránea inspirándose en los trabajos que se habían hecho recientemente en Paris. En 1863 se inaugura la primera linea, que se llamó "Metropolitan Railway", y cubría una distancia de 6 km. Por cierto, este nombre dejaría gran huella en este transporte internacionalmente hablando ya que, años después, cuando se inauguró la primera linea en España, directamente se empezó a llamar... METRO. 

Por cierto, la foto de la derecha es un dibujo de la estación londinense de Baker Street. Nosotros la vimos en su día y está perfectamente conservada. Eso sí, creo que aún tiene partes del techo oscuras debido a los vapores de las locomotoras.

Recordatorio: la tienda del museo es una gozada para los amantes del merchandising londinense. Hay auténticas preciosidades!

Después de comer tranquilamente y tomarnos un contundente afternoon tea, hemos dado un laaaargo paseo por el centro. Quizá sea por el mal tiempo o porque estas fechas son poco apetecibles o porque ya era de noche (el sol se pone a las 4:20PM, ejem!), pero no hemos encontrado mucho turista por la calle. O lo mismo sí que había pero nadie quería hacer fotos. Porque parecía que éramos los únicos cámara en mano. En todo caso, daba gusto plantarse en un sitio y tener las mejores vistas sin problemas. Y todo bien iluminado, eh? 

El paseo ha terminado en el restaurante japonés Roka (Aldwych), donde nos hemos dado un buen homenaje gastronómico a base de niguiris, makis, gyozas y un pollo buenísimo (estilo robata). A sugerencia del camarero - que era sevillano, qué casualidad! - hemos pedido un par de cocktails "lipstick rose" (con vodka de pétalos de rosa, frambuesas, champán y Peychaud Bitters - bebida raruna que he tenido que buscar en Google y que no sabía que existía... pero que pegaba estupendamente en la bebida, jaja!).

Creo que no hace falta decir que ha sido una comida estupenda para terminar este día tan completo. 

Hmmm... 

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