Ginebra 2017 - 7 MAY (dia 3)

Ginebra tiene 3 museos que no se encuentran en ningún otro lado: el Museo de la Reforma, el Museo Patek Philippe y el de la Cruz Roja. Precisamente este último es el que hemos visitado esta mañana para tener el pack completo.

Se tardan menos de 10 minutos en llegar desde el edificio de las Naciones Unidas (fin de parada del tranvía 15) y una vez dentro, el amable personal de recepción te chequea bien para que pases si o si por las taquillas y dejes el bolso, abrigo y demás bártulos indeseables para la visita. Vamos, que entras con la cámara (aquí si son amigos de las fotos), la entrada y poco más. 

La exposición permanente (a la que se accede con la entrada normal) se distribuye en tres grandes zonas: "Defendiendo la dignidad humana", "Reconstruyendo los lazos familiares" y "Reduciendo los riesgos naturales". Me quedo sin duda con las dos primeras zonas (la última no ha sido tan interesante) en las que se ve estupendamente la intensa labor que tiene la entidad a nivel mundial.

Después de comer algo rápido, nos hemos acercado hasta el sorprendente barrio de Les Grottes donde hemos disfrutado como enanos haciendo fotos en este original y divertido complejo residencial. A principios del siglo pasado, tres arquitectos (Christian Hunziker, Georges Berthoud y Robert Frei) quisieron construir un conjunto de casas diferente evocando un poco el estilo modernista de Gaudí. Obviamente el resultado no es 100% el mismo, pero cuando uno pasea por estas callecitas sí que tiene la sensación de estar contemplando creaciones de Gaudí o incluso de Hundertwasser (del que ya vimos edificios suyos en Viena). Visita MUY recomendable!

Y para terminar... TACHAN!!!! Gran momentazo del día!!! Tal y como dijimos ayer, he cumplido mi promesa. El famoso paraguas intercambiado, ese paradigma de la elaboración cutre y peor ensamblaje interno, ese conjunto de elementos endebles que no aguantan ni un estornudo espontáneo, ese quiero y no puedo de artefacto molecular... pues ese mismo, ese, ha llegado a su fin. Tanto él como su compañero eventual de fatigas se han quedado en la papelera de reciclaje (por supuesto) para disfrutar de una mejor y (espero) próspera vida como utensilio reciclado. Nosotros ya viajamos sin ellos deseándoles todo lo mejor. MUAC, MUAC!!! Au revoir et bon débarras!!

En fin, tonterías aparte, que ya nos vamos a casita. Gracias WIFI gratis del aeropuerto de Ginebra!! Hasta la próxima!!!

:))


Ginebra 2017 - 6 MAY (dia 2)

Como no podía ser de otra forma, esta mañana ha aparecido la lluvia y con ella hemos estado muy bien acompañados el resto del dia. Qué le vamos a hacer! Por suerte, ya teníamos pensadas varias visitas para las que la lluvia no supone ningún problema.

Por el módico precio de 18 CHF, hemos estado toda la mañana en el recinto de la catedral. Primero, visitando las excavaciones arqueológicas que están bajo la misma. Y, quién lo iba a decir, pero aquí hay restos que datan desde el S.IV. La audioguía que te dan con la entrada no es la mejor del mundo, pero al menos te deja bien claro que este enclave ha sido objeto de múltiples ampliaciones, comenzando con una modesta catedral a la que se fueron añadiendo edificios eclesiásticos y que terminaría absorbiendo a estos mismos para convertirse en lo que podemos ver hoy.

No lo había dicho, pero la catedral de Ginebra fue el foco principal de la Reforma Protestante en Suiza de manos de Calvino. No me voy a poner a relatar datos de la misma (que para eso está la Wikipedia), pero digamos como dato ilustrativo que, por ejemplo, la impresionante capilla de los Macabeos (ver foto) que hoy conocemos con estos colores tan increíbles, en realidad es fruto de una tremenda restauración que tuvo lugar en el S.XIX: durante la Reforma se hicieron varias plantas en su interior y se utilizó como almacén de sal. Cuesta imaginárselo, verdad?

Más cosas. Es muy interesante subir a las torres de la catedral si se puede y se tienen ganas. Desde ahí tendremos (sin duda!) las mejores vistas de la ciudad. Se accede por la torre sur y, una vez vista ésta, hay unos accesos en la parte final del tejado que te llevan hacia la torre norte. La bajada se hace también por esta última.

No sé si ha sido culpa del mal tiempo pero no nos hemos encontrado a casi nadie por aqui. De hecho, existen semáforos para regular la subida y bajada de algunos tramos,... y casi ni nos han hecho falta. Que sensación de exclusividad tan absurda, jaja!

Terminamos con la visita al Museo de la Reforma, un lugar extraño para peninsulares como nosotros pero no por ello menos interesante. Está lleno de documentos, libros y testimonios de la época, aunque también incluye un curioso tratamiento de las diferentes ramas del protestantismo tal cual lo conocemos hoy. Quizá por eso no he podido evitar saltarme la restricción de "FOTOS NO" y conseguir (por fin) esta buena explicación esquemática de las creencias cristianas de hoy en dia. Ya lo estoy viendo: en el próximo viaje a EEUU no nos va a toser nadie, jajaja!

Después del ajetreo cultural, nos hemos acercado al Auberge de Saviese para tomar una maravillosa fondue suiza. Siguiendo las recomendaciones que nos habían dado en el hotel, la hemos pedido "half & half" (mitad y mitad) para probar la mezcla de quesos Vacherin y Gruyère. Bueniiiiisimo. Y ha entrado estupendamente (no se podía esperar otra cosa, con este tiempo invernal / otoñal que estamos teniendo). Afortunadamente, a diferencia de la que tomamos el año pasado en Basilea, aquí no había patatas, sino sólo pan (mejor, porque la otra vez casi reventamos!!). 

El último tramo del día cultural lo hemos dedicado al Museo Patek Philippe. Se conoce como "museo del reloj" y aunque la mayoría de objetos expuestos son efectivamente relojes, aqui también se pueden encontrar algunos broches y pendientes. Las normas de acceso son un tanto peculiares: lo primero que hay que hacer tras comprar la entrada es dejar absolutamente TODO lo que tengas en unas taquillas de la planta inferior. Bolsos, mochilas, abrigos... en fin, todo menos la entrada en la mano, claro. Y una vez dentro, la sensación que tienes es la de estar visitando una joyería de lujo. No es para menos: hay relojes preciosos de un valor incalculable. Algunos incluso con pequeños autómatas!! Muy recomendable.

El lado incómodo de la visita ha ocurrido justo al final, cuando nos íbamos. Porque ha sido cuando nos hemos dado cuenta de que en la civilizada y derrochadora Suiza la gente es igual de cutre. O despistada. O yo que se. Los paraguas se dejaban en la entrada, justo antes de subir las escaleras para acceder a la taquilla. Cuando hemos llegado había cientos de ellos. Hemos puesto los nuestros de manera discreta tras un panel metálico, pero al salir... ya no estaban. Vamos, que alguien se los ha llevado sin ningún tipo de pudor. Quiero pensar que esta persona ha sido víctima de una situación igual y a su vez otra y anteriormente otra. Quiero pensar que todo ha sido un despiste inicial de una viejecita (por ejemplo) que no ha visto bien con tanto paraguas y esto ha provocado un efecto en cadena digno de los antros más cutres de la península. Si. Quiero ver esto de manera positiva. Porque de otra manera, me parecería deprimente. 

Así que con nuestros dos nuevos paraguas (de peor calidad, por cierto) nos hemos ido hasta la siguiente parada, junto a la sede de las Naciones Unidas. Seguía lloviendo y el viento aumentaba por momentos. Así que intentando sacar fotos de la famosa "Broken Chair" el mío se ha dado la vuelta y, como en una de esas películas de Peter Sellers, casi no ha habido forma de ponerlo en su estado original. Las varillas se han deformado de mala manera. Siniestro total. Por suerte no se ha roto la tela y no han salido goteras. He decidido tomármelo con humor: este paraguas terminará su andadura antes de subir al avión de vuelta. Un peso menos!!!! 

Los pseudoparaguas nos han acompañado también hasta Le Bistrot de Charlotte, el restaurante donde hemos cenado. Los hemos dejado también en la entrada del restaurante sin miedo, pensando que lo mismo a la salida nos encontraríamos otros diferentes pero aquí la gente es más tranquila y no se despista con sus pertenencias. 

Hemos cenado muy bien, con una ensalada riquísima de entrante y luego tartar de salmón y lasaña vegetal. De postre, tarta de limón con merengue y sorbete de fresa. Muy bueno todo!!

Ahora a descansar de este día tan intenso. 
Que sueño, por favor.
Zzzz...


Ginebra 2017 - 5 MAY (dia 1)

Ginebra (la ciudad, no la bebida!) se encuentra en la esquina suroeste de Suiza, a los pies del lago Lemán y, no se en otras épocas del año, pero hoy nos ha permitido disfrutar de una de las aproximaciones al aeropuerto más bonitas que jamás hayamos tenido. Porque, lo que se ve desde la ventanilla, aparte del estupendo verde, es un fondo de montañas nevadas perfectamente situadas donde el Mont Blanc es el auténtico protagonista. Ha sido un auténtica gozada!! Otra cosa ha sido el aeropuerto, bastante normalito y feote, pero entiendo que no se puede pedir todo.

Por cierto, al salir del avión, justo en el finger, estaban dos policías haciendo inspección de pasaportes. No lo había visto nunca. A mí me han parado y me han hecho unas cuantas preguntas de rigor, al igual que te hacen al llegar a EEUU, pero al menos aquí no te piden las huellas ni te mandan al "cuartito de pensar" si les pareces un sospechoso digno de ser investigado a fondo.

IMPORTANTE!!! -> en la zona de recogida de equipajes, y en el lado izquierdo de la salida, se encuentra una máquina con un cartel donde pone "FREE TICKET". Si aprietas el botón, saldrá un papelito que te dará derecho a viajar en tren gratis hasta el centro de la ciudad en los próximos 80 minutos. No es genial?? El trayecto son 6 minutos y no hay paradas intermedias (te montas y voilá!, bienvenidos a Ginebra, jeje!)

Más tarde, en el hotel, te dan una tarjeta para utilizar todos los transportes de la ciudad de manera gratuita. Esto incluye tranvía, autobús y un pequeño barquito con el que puedes cruzar rápidamente el lago (sí, lo hemos probado y es bastante eficaz)

Después de dar un pequeño paseo por las calles del centro, hemos ido a cenar al MIYAKO, un restaurante japonés muy chulo. Tiene varias zonas (incluida una con tatami), pero nosotros hemos elegido la del teppan-yaki. Eso significa que cualquier cosa que pidas que necesite pasar por la plancha, te lo harán al momento delante de tí. En nuestro caso, hemos pedido vieiras y pollo - Buenísimo todo!! 

Por cierto, que nadie se eche las manos a la cabeza con los olores en la ropa: los extractores, además de discretos y silenciosos, funcionan estupendamente. 

No queríamos terminar el día sin pasear un poco por la ciudad (que lo mismo mañana no podremos por culpa de la lluvia). La verdad es que se agradece tener un lago donde poder ver el reflejo de las luces. Incluso el famoso Jet d'eau también se ilumina!!

Hablando de paseos, por aquí también lo hizo en su día la emperatriz Isabel de Austria (más conocida como "Sisi") aunque tristemente fue lo último que vió antes de perder la vida. Una placa junto al lago recuerda el lugar donde un anarquista italiano le clavó un pequeño estilete en el corazón. 

En fin, ahora toca dormir bien y prepararse mentalmente para la jornada lluviosa que previsiblemente nos espera mañana.

Musica, por favor... ;)