Londres 2019 - 13 ENE (dia 3)

Esta mañana, a pesar de que estaba nublado y medio lloviendo, hemos salido a dar una vuelta. Hace años, antes de volver al aeropuerto, solíamos entrar al British Museum y pulular un poco por sus salas para después comprar algún libro interesante. Pero desde que pusieron los controles de acceso, las colas son interminables y, la verdad, para lo que queremos hacer no merece la pena. Quizá un año de estos tengamos la paciencia necesaria para volver a entrar, pero de momento... va a ser que no.

Después de picar algo, hemos pillado las maletas en el hotel y otra vez en metro al aeropuerto. Aún queda un año para que se inaugure la esperada "Elizabeth Line", pero parece que se les ha ido un poco de las manos y sigue posponiendo su fecha oficial de apertura. Digo esto porque, en vez de un trayecto de 45 / 50 min, pasaríamos a uno de 20 / 25 min. No hay color, verdad? Pues eso mismo. 

Las vistas desde la ventanilla nos recuerdan una vez más lo bonito (y cómodo) que es viajar en avión. También significa que mañana hay que madrugar de nuevo para volver a la rutina pero un fin de semana en Londres siempre ayuda para recargar pilas.

Hasta la siguiente!!!

:)

Londres 2019 - 12 ENE (dia 2)

Desde que me lo comentaran hace meses, sabía que la próxima vez que surgiera la oportunidad visitaríamos sin duda Strawberry Hill House. Esta impresionante casa de verano se encuentra en el distrito de Richmond, en las afueras de Londres, y está decorada con un estilo neogótico precioso. Hemos tenido la suerte además de verla llena de cuadros, tal y como estuvo en su día, gracias a una exposición temporal en la que se han recuperado gran parte de los tesoros que una vez decoraron sus paredes. Ha sido un auténtico disfrute ver esta casa en todo su esplendor. Por si a alguien le interesa, la exposición estará hasta el 24 de Febrero.

Recordatorio: Para ir a Strawberry Hill, los trenes salen desde Waterloo Train Station (en las máquinas expendedoras, seleccionar los billetes de i/v que NO estén restringidos)

De regreso al centro, hemos dado un buen paseo por la zona del South Bank. A pesar del cielo gris y de las microgotas de agua, todo estaba muy animado, con gente por todos lados, las atracciones a tope y los espectáculos callejeros a pleno rendimiento. Lo único que no encajaba en la ecuación era la vista del fondo: tanto el Parlamento como el Big Ben siguen con sus correspondientes andamios. Una pena. Aún quedan dos años para que la torre vuelva a ver la luz, pero lo del Parlamento va para largo (se espera que la reforma integral del edificio dure unos 10 años!!)

Por primera vez en mucho tiempo hemos visto abierto el Mercado de Borough. Ole y ole. Este mercado milenario (si, si, "milenario" de verdad, porque lleva funcionando en este emplazamiento desde por lo menos el año 1014) está lleno de pequeños puestos de comida de lo más variado y selecto. Éste es el sitio para comprar todo aquello que es casi imposible ver en una tienda normal: salami de la Toscana, quesos "raros" franceses o tubérculos de Sudamérica (como la mashua). 

Merece la pena perderse entre tantos productos, aunque supongo que en algunos momentos esto debe de parecer un auténtico hormiguero de gente fluyendo de unos puestos a otros. Una suerte haberlo visto en temporada baja... y justo a última hora!

Terminamos el día cenando en el increíble Gauthier del Soho. Se trata de un restaurante que ocupa una pequeña casa de tres plantas. Nos han puesto en la parte de arriba y hemos tomado el menú de invierno que, entre otras cosas, incluía un espectacular risotto de trufa negra. Maaaadre mía, qué cosa más buena! Es sin duda el plato estrella. También hemos tomado tartar de zanahora, bacalao y pato... pero vamos, nada comparado con el risotto.

De vuelta al hotel ya casi no caían gotas. Parece que la previsión ha acertado una vez más. Esperemos que se mantenga y que mañana podamos pasear sin problemas.

A dormirrr...!

Londres 2019 - 11 ENE (dia 1)

Lo que podría haber sido un bonito comienzo de fin de semana, se ha ido un poco al garete cuando la voz del piloto nos ha confirmado que había un problema en bodega con los contenedores y que, aunque era solucionable, no podía decirnos cuándo estaríamos listos para salir. La verdad es que siendo un avión grandote (un A340) teníamos suficiente entretenimiento a bordo en las pantallas y, tanto nosotros como el resto de pasaje, podíamos evadirnos lo suficiente como para no pensar en el problema. Así que en el fondo, no ha sido especialmente incómodo.

Una hora después ya estábamos en el aire y nos hemos mirado con cara de preocupación porque, si no queríamos perder nuestra reserva de cena a las 8PM, dependíamos de nuestra pericia para correr a lo "Carros de Fuego" y darlo todo en cada traslado.

Así que hemos salido los primeros del avión, corriendo por los pasillos para pillar cuanto antes el tren automático entre terminales, para después hacer los trámites del pasaporte, comprar los billetes de metro... y finalmente estar sentados en el vagón de metro 25 minutos después. Ofú, que estrés.

Ha ayudado mucho el rapidísimo check-in del hotel. De hecho, hemos podido salir con tiempo suficiente para llegar a la Cantina Laredo a las 7:57PM - ole y ole!!

Y, no se si ha sido casualidad o es que hacía mucho que no pasábamos por aquí, pero nunca habíamos comido tan bien en este restaurante mexicano. Todo estaba riquísimo!! Guacamole, tostas, pescado y el entrecot que se ve en la foto. En fin, MUY recomendable para comer bien y de calidad.

Ahora a descansar, que nos lo hemos ganado...!