Viena 2010 - 6 Nov (dia 2)

Segundo dia en Viena y seguimos con sol y calor. Según la prevision meteorologica, hay que aprovecharlo bien, porque mañana vienen las nubes y el frio. Asi que hoy tocaba sin duda la visita al Schloss Schönbrunn, el palacio de verano de los Habsburgo. Bien aconsejados por una amiga, nos hemos pillado las entradas por internet (y gracias al hotel las hemos podido imprimir!!), evitando así las colas de admision al recinto. Como curiosidad, hay que decir que de las casi 1500 habitaciones del mismo, sólo 40 estan disponibles al público (y en una de ellas, el Salon de los Espejos, el pequeño Mozart dio su primer concierto ante la realeza a los 6 años). No hay nada como una maravillosa audioguia (incluida en el precio) para enterarse de cosas asi!!!
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Despues nos hemos subido de nuevo en el metro hasta el Stadtpark, un pequeño parque creado en el S XIX, donde los lugareños desconectan de sus quehaceres rutinarios y que está magnificamente decorado con estatuas y monumentos de vieneses destacados. Quizá lo mas fotografiado sea el monumento de Johann Strauss hijo, una maravilla que con la caida del sol gana en fuerza y colorido.

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Cambiando un poco de estilo, nos hemos acercado hasta dos de las creaciones de Friedensreich Hundertwasser en Viena: la galería Kunsthauswien y el bloque de pisos Hundertwasserhaus. En la foto sólo puede verse un poquito de éste último, pero recoge bien la esencia de este creativo artista austriaco: suelos ondulados, cerámica de vivos colores, mosaicos, tejados con árboles, esquinas irregulares... La verdad es que un edificio así da mucho juego fotográfico, por eso siempre está lleno de turistas cámara en mano.
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Con tanto paseo, necesitabamos recobrar energias urgentemente, y nuestro oasis ha sido el Figlmüller, un restaurante conocido por sus deliciosos "schnitzel"(filete de ternera), y que son los mas grandes de la ciudad. Como se puede apreciar en la foto... el filete se sale literalmente del plato. El local es enorme y el trato con los comensales es exquisito.

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Por último, un paseo en tranvia para disfrutar de las vistas y luego a callejear un poco por el centro. Por cierto, hay bastantes personas disfrazadas de Mozart (o similar) que ofrecen entradas "baratas" para los típicos conciertos de música clásica "que uno no puede perderse". Estas personas atacan sin piedad al turista despistado, pero no hay nada como tener constitucion de lugareño para pasar desapercibido y evitar el acoso. Y de eso, P. sabe mucho!!

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Jejeee!!