Último día del viaje y nos toca volver a Viena desde Innsbruck. Para el que no se sitúe mucho, digamos que cada una está en el extremo contrario del país (una especie de Coruña - Barcelona pero en versión más reducida y sin mar). Y con casi 500 km de separación por carretera, hay que pasar por el sur de Alemania para agilizar un poco el tema.
Lo de "agilizar" es literal. En esta época del año, las autopistas austriacas se vuelven muy cansinas por culpa de carteles luminosos como el que se ve en la FOTO de la izquierda. Desde hace ya unos años el gobierno de este país ha puesto en marcha un plan para reducir las emisiones de gases, así que cuando los niveles llegan al límite, aparecen esos "100 IG-L" (Immissionsschutzgesetz Luft) por todos lados. Esto quiere decir que una carretera que por lo general tiene un límite de 130... de repente se queda en 100. Un tostón interminable, vamos. Así que los desplazamientos en estas condiciones se hacen larguíííísimos. Y para el que vaya de listillo, un aviso: hay cámaras por todos lados controlado la velocidad, además de policías y guardias de tráfico. Las multas tampoco son una tontería (2000 - 3000 euros!), asi que lo mejor que se puede hacer es tomárselo con tranquilidad y cruzar los dedos para que no te pillen en un arranque de desesperación. Para cuándo todo el mundo con un coche eléctrico y/o híbrido??
Por suerte las emisoras de radio acompañan muy bien en el viaje (Viva Radio Arabella!!) y, bueno, también es de gran ayuda recordar momentos vividos en estos días anteriores.
Se me olvidó comentarlo el primer día: en muchos tramos de la autopista, hay carteles grises como el de la FOTO de la derecha. Son recordatorios de actuación en caso de niebla. En algunos tramos hay puntos blancos dibujados en el margen izquierdo. En caso de niebla, ayudan a mantener la velocidad: si ves máximo dos puntos, hay que conducir a 60 km/h - si ves sólo un punto, hay que ir a 40 km/h. Muy útil, verdad?
Lo peor del viaje, sin lugar a dudas, han sido los últimos kilómetros antes de llegar al aeropuerto: vaya atasco!!!! Muchos coches e infinidad de camiones que pueden llegar a ser una pesadilla. Hemos salido con bastante margen de tiempo desde Innsbruck pero, ¿qué habría pasado si nos fiamos de los tiempos que marca el GPS y ajustamos más? uffff!!!! Casualmente en esos momentos sonaba en la radio "Always look on the bright sight of life" de los Monty Python - buenisimo el guiño!!!!
Así que, como bien dice la canción, vamos a mirar el lado positivo de las cosas y a continuar nuestra vida hasta el siguiente viaje.
;)