El Parque Nacional de Hohe Tauern es la mayor reserva natural de los Alpes. Se extiende por el sur del pais, incluyendo los bundesland de Carintia, Salzburgo y Tirol. Ayer estuvimos en una de sus zonas mas famosas, la de Grossglockner (el pico más alto del país y esa maravilla de carretera en zigzag), pero hoy nos hemos acercado hasta la cascada de Krimml (ver FOTO) y nos hemos quedado... sin palabras.
Una vez más, es importantísimo llegar pronto para pillar buen sitio en el aparcamiento (hay 4, siendo el P4 el más cercano). La entrada cuesta 3 euros y se compra en la taquilla mas cercana a la cascada (NO en el centro de interpretación - allí se venden sólo las entradas combinadas).
Pinchando en la foto se puede ver perfectamente lo que supone esta caída de agua alpina: son las cataratas más grandes de Europa, con una caída de unos 380m. Una pasada. Pero de verdad!
La subida consiste en un camino en zigzag (sin escaleras!) que tiene varios miradores. Según el plano que te dan a la entrada, hay 11 puntos de interés hasta llegar a la cima, pero no todos requieren el mismo esfuerzo: a partir del 8, la pendiente aumenta de forma considerable y empieza el verdadero reto personal.
Y, aunque muchos se terminan conformando con cualquier foto hecha desde los primeros puntos del trayecto, puedo asegurar que nada es comparable a la satisfacción de llegar hasta el punto 11, hasta el final, hasta el comienzo de la caída del agua. Es entonces cuando te das cuenta de que todos los miradores son parte de un todo gigante y que todos son necesarios para comprender la grandeza de este impresionante capricho de la naturaleza. Además, con unas vistas privilegiadas del valle, se pueden hacer unas fotos estupendísimas. Creo que con estos comentarios queda claro que hay que subir hasta arriba SI o SI. Pero ya mismo!!
Tras pagar el correspondiente peaje del Gerlos Pass que da acceso a la zona (de postal) de Tirol, hemos llegado a Innsbruck con un margen bastante amplio para pasear un poco por la zona del centro.
Lo más interesante es justo lo que se ve en la foto, el Goldenes Dachl (o tejado de oro). Data del S.XV y se mandó construir para que los soberanos del lugar pudiesen ver desde allí el día a día de los ciudadanos y, sobre todo, para que pudiesen ver en primera fila los torneos que se celebraban en la plazoleta que está justo delante.
La cena de despedida del viaje (si, si... que mañana hay que hacer la maleta, snif!) ha sido en el gasthof Weisses Rössl. No teníamos reserva, pero ha habido suerte y nos han dado una mesa en la terraza interior (con esta buena temperatura, se agradece). Hemos tomado un par de schnitzels y, de postre, lo que se ve en la foto: crêpes de albaricoques. Bueniiiiisimos.
Creo que ha sido una buena cena y creo también que una de las mejores despedidas. Mañana, después de casi una semana fuera de casa, cambiaremos el paisaje de montañas y naturaleza salvaje, por una autopista llana y gris que nos llevará al aeropuerto de la capital.
Ay, qué poco dura lo bueno!!
Chicos sois unos privilegiados , lo que vuestros ojos están viendo en estos dias es de una belleza impresionante! " Y vió que era bueno..."
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