Como era de esperar, el jetlag no perdona y desde las 5 am ya estabamos con el ojo abierto. En circunstancias normales, poco habría importado, pero con el palizón de ayer, el cuerpo sigue aún resentido y cansado.
Claro que eso nos ha permitido movernos por la ciudad desde bien pronto. En primer lugar, nos hemos agenciado un par de "Muni-pass" (especie de cartulina válida para utilizar los tranvias y buses de la ciudad durante tres dias consecutivos). Con esta maravilla de tarjeta, nuestro primer objetivo ha sido acercarnos hasta el famoso tramo con curvas de Lombard St. No hemos sido los únicos: varios turistas esperaban ansiosamente para hacer la foto perfecta llena de coches. Y al final ha llegado el momento, aunque nosotros hemos preferido inmortalizarlo en este video:
Despues nos hemos dado una vuelta por la zona, para terminar en la zona de la playa. Pero antes, hemos podido hacer fotos muy divertidas aprovechando la inclinacion de las calles. Es en estos momentos cuando te vienen a la mente esas persecuciones televisivas con coches de policía y malotes conduciendo a velocidad de espanto mientras sortean peatones, cubos de basura y camiones mal aparcados. Y todo ello dando botes y medio volando gracias a las interminables cuestas de casi toda la ciudad.
Por supuesto, tambien hemos probado varios trayectos de tranvías clásicos. El mejor sitio, sin duda, está en la parte exterior (porque en la interior se termina llenando de gente y no disfrutas del viaje). Las fotos y los videos quedan muy bien:
Recordatorio: en dias de lluvia, los tranvias clásicos tienen que estar bien abastecidos de arena (!!!) para frenar.
Con tanto trajín, teníamos que recargar bien las pilas (y el estómago!), asi que hemos hecho una parada técnica en Lori's Diner. Es un sitio bastante chulo, decorado en plan retro, pero con detalles especiales como este coche de los años 50. El ambiente es muy agradable y, para un par de turistas como nosotros, ha merecido la pena tomar un buen lunch americano mientras sonaba de fondo música de la época.
Por cierto, aunque pidas la cuenta al camarero, se paga a la salida, en la caja principal.
Cerca del hotel tenemos una de las zonas mas famosas de la ciudad: Chinatown. Es un conjunto muy amplio de calles llenas de locales chinos (tiendas, restaurantes, locales culturales) con bullicio a todas horas. Se entra por la Puerta del Dragón, que está en Grant St, esquina con Bush St. y, según dicen, es la comunidad china mas importante que se encuentra fuera de Asia.
Si se tiene tiempo, merece la pena perderse un poco por estas calles, para hacer fotos y mas fotos.
Con tanto paseo nos han entrado ganas de cenar, no en un chino, sino en un japones! Asi que nos hemos acercado hasta el Sanraku, un japonés muy sencillo, pero con comida buenisima.
Lo que no sabíamos es que tenía unos noodles japoneses ENORMES. Si, si... y con un grosor mayor que el del palillo para comer (ver FOTO). Ni que decir tiene que ha sido muy complicado comer este plato porque, ademas de grandes, los dichosos noodles se escurrían como si tuvieran vida propia. Con un poco de paciencia, hemos conseguido ganar la batalla y terminar con ellos, jejeje!!
Ahora a descansar. A ver si con un poco de suerte dormimos varias horas del tirón!
Debe ser emocionante estar en esos sitios que "tantas veces has estado", ese cruce de tranvías que parece que te la vas a pegar...¡Genial!
ResponderEliminar¡Se me olvidaba! la bajada de los coches es ¡ de cine!
ResponderEliminarTodos los trenes tienen areneros, y un tranvía en SFO no iba a ser menos ! Lo divertido es el pase por los cruces ... alguien mira ?.
ResponderEliminarOle ese japones con esas ....esos ... lo que sea enormes !! Y luego dicen que el tamaño no importa !!! :D :D