Desde hace tiempo tenemos la posibilidad de saber a golpe de click qué canción escuchamos, dónde se ha hecho la foto que nos han enviado o simplemente buscar más información sobre algo que vemos en televisión. Sólo necesitamos tener a mano conexión y un buscador cualquiera. Pero… ¿es posible conseguir información en una zona boscosa sin cobertura alguna?
La ruta de las Gorgas de Alba podría ser una buena respuesta a la pregunta: incluye un sendero botánico con paneles informativos sobre los diferentes tipos de árboles que podemos encontrar durante todo el trayecto. Tendremos zonas de piedras, zonas de bosque cerrado, subidas y bajadas de terreno, pero con cada árbol nuevo que veamos, ahí estará su información a golpe de… toc toc!
Por cierto, la ruta se encuentra en una zona frondosa del valle, así que conviene abrigarse bien especialmente si se quiere empezar a primera hora de la mañana.
También conviene dejar el coche junto al Hotel Turpí (bueno, un poco antes de llegar, a la izquierda de la calzada) y luego bajar unos metros hasta el comienzo de la ruta (fácilmente identificable por los paneles y por unos palos de madera a modo de puerta). El final de la ruta será justo donde se deja el coche.
En el bosque podremos encontrar acebos, pinos, abedules, hayas, algún olmo, enebros, saúcos, tejos entre otros. En esta época del año, la mezcla de árboles de hoja caduca y perenne es todo un espectáculo.
Aunque el hito de la ruta llega rato después, cuando la vista y el oído se quedan casi hipnotizados ante la caída de agua de las Gorgas De Alba. Hay dos miradores, pero el mejor (sin duda) es el superior, donde parece que cualquier ángulo se queda corto para fotografiarlas.
Hemos tenido suerte y, durante el rato que hemos estado en el mirador, no hemos coincidido con ningún excursionista (que hoy sí que había más que en días anteriores). Así que ha sido como asistir a un espectáculo con pase privado, jeje!
Al terminar la ruta hemos parado a comer algo en unos bancos exteriores del hotel. Y, casualidades de la vida, nos hemos encontrado con un gato!! Esta vez sí era doméstico y ha sido justo lo que necesitábamos para asentar bien las diferencias con el de ayer: cola más estrecha, bigotes transparentes y… atendía a nuestras llamadas perfectamente (que ayer parecía que el otro gato no entendía este tipo de comunicación).
Como era de esperar, el gato (como buen gato) sólo se ha acercado para pillar algo de comer. Y, tras varias pruebas de ensayo - error, hemos descubierto su debilidad por las palomitas de maíz. Vamos, que se ha terminado el final de la bolsa que teníamos en la mochila. No se puede pedir más entretenimiento a la hora de comer!
Hablando de comida, terminamos hoy cenando de nuevo en
“El Veedor de Viandas”, la vinoteca que nos ha enganchado tanto en esta escapada pirenaica. Hemos pedido otros pinchitos y… no, no nos han defraudado. La verdad es que es difícil equivocarse con una oferta tan deliciosa como la que tienen. Y si además el trato es bueno, pues no es de extrañar que repitamos (al igual que otros clientes a los que llevamos viendo toda la semana!)
En fin, toca dormir ya.
Buenas noches! :)
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