Años 90, comedia de televisión y millones de fans por el mundo. El fenómeno que supuso la serie “Friends” fue algo inusual hasta la fecha. Nos gustaban las historias diarias de sus seis protagonistas y seguro que más de uno en algún momento llegó a imaginarse en esos apartamentos neoyorquinos. Pues es precisamente eso lo que intenta ofrecer “The Friends Experience”, una exposición de objetos y sets de rodaje para todos los fans de la serie.
Se pueden hacer fotos sin problema durante todo el recorrido aunque hay determinados sitios que tienen también foto oficial - ojo, que les puedes dejar la cámara para que te la hagan sin coste -. La fuente de la introducción de la serie, el sofá atascado en las escaleras, los apartamentos, el Central Perk,… todo está ahí para disfrute personal. Y aunque hay una hora fija de entrada, al final el ritmo va marcado por la cantidad de fotos que hagas en una zona u otra. No hemos tenido sensación de agobio pero a veces sí hemos tenido que esperar un poco para tener la foto que queríamos. Al final del recorrido puedes pedir un cafe (y galletas) en el mítico Central Perk - digo “pedir” porque no hay mucha más opción en el espacio tan reducido de mesas que tienen -.
Al salir hemos comido - super bien! - en un Carrot Express. No pongo foto de las lentejas o la crema de zanahoria que hemos comido porque no tiene tanto glamour cinematográfico. Pero sí continúo con el tema de Friends, porque hemos dado un paseo después hasta el edificio que sale en la serie, donde se supone que están los apartamentos de los protagonistas. Se encuentra en el numero 90 de Bedford St y, como era de esperar, había más personas haciendo fotos (supongo que desde la muerte de Matthew Perry, Chandler en la serie, esto ha vuelto a ganar relevancia). Aquí ya estuvimos hace años pero me apetecía volverlo ver aprovechando la visita de esta mañana.
Aunque creo que me apetecía aún más ver el edificio del Hotel Continental que pertenece a la saga de John Wick. Recientemente hemos visto todas las películas además de la serie y sabíamos que los exteriores se encontraban al sur de Manhattan. Aquí nos ha costado un poco más encontrarlo porque Google Maps no deja bien clara la ubicación. Se trata del edificio Beaver pero es más fácil encontrarlo como Cocoa Exchange. Es un edificio triangular, estilo Flat Iron, en el cruce de Beaver St con Pearl St y, si no tiene mucho trajín de gente o coches, la foto queda preciosa. Nos hemos dado un buen paseo hasta allí pero ha merecido la pena.
Hemos cenado hoy en un japonés de la zona de Koreatown: Ramen Koku. La idea era tomar algo caliente y contundente. Hemos pedido un par de boles de arroz con pollo, verduras y no sé cuántas cosas más. Estaba todo bueno; la única pega es que se han puesto un poco pesados con el tema de la dichosa propina (que hoy no se la merecían tanto) y al final hemos entrado en un bucle muy tonto en el que no ha habido más remedio que pasar por el aro. Que en este país los camareros vivan de las propinas es algo que puedo llegar a aceptar pero que me exijan dejarla porque sí y señalando con el dedo donde tengo que poner la cantidad… pues va a ser que no. En fin, supongo que será algo cultural del camarero.
Terminamos este día tan intenso con el mejor broche que podíamos tener: el concierto de Andrea Bocelli en el Madison Square Garden. Son muchas cosas las que podría decir pero voy a resumirlas en una palabra: ES-PEC-TA-CU-LAR. Con canciones como “La Donna è mobile”, “Nessum dorma”, “Funiculi funiculà”, “Miserere”, “Granada” nos ha hecho vibrar hasta la médula. Además, estaban como invitados su gran amigo Zuchero y sus hijos Mateo y Virginia.
Los aplausos del público han conseguido que hubiera un par de bises, que debe ser lo estándar, pero faltaba el toque final con la última canción: “New York, New York” de Sinatra, con la que el público ya no sabía como aplaudir de la emoción. Qué pasada, por favor.
Durante todo el trayecto de vuelta al hotel seguíamos como subidos en una nube mientras intentábamos asimilar todo lo que habíamos vivido en el concierto. Ha sido una suerte haber podido estar hoy aquí.
Y ahora… a ver si dormimos!
Estar en el lugar adecuado y en el momento oportuno....¡No tiene precio!!
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