Después de haber estado ya en otras ciudades italianas importantes, era cuestión de tiempo que encontrásemos un hueco para poder visitar la cuna del Renacimiento por excelencia. Decir "Florencia" es decir arte y eso se palpa desde el primer momento en el que pones un pie en la ciudad. El camino desde la estación hasta el hotel ha sido de lo más entretenido, mientras la vista se perdía en las fachadas de casas, edificios e iglesias, todos interesantes y con ese encanto italiano tan especial.
Recordatorio logístico:
- vuelo a Bolonia
- autobús BLQ: aeropuerto Bolonia - Stazione Centrale de Bolonia (6€ / trayecto - se saca en la máquina automática junto a la puerta de salida, para después validarlo dentro del autobús)
- Tren Bolonia - Florencia (24€ / trayecto): dura 35 minutos y te asigna asiento y vagón automáticamente. Curiosidad: tiene el mismo formato que los billetes de Renfe!!
Tras dejar los trastos en el hotel, nos hemos ido a comer algo a la Trattoria Nella, donde hemos comido algo inaudito en España: una salsa carbonara auténtica. De hecho, la receta (de verdad) de unos típicos espaguetti con esta salsa sólo admite 5 ingredientes: pasta, yemas de huevo, queso Pecorino, pimienta negra y guanciale (una chacina de carrillos de cerdo similar a la panceta). Que en nuestro mercado no encontremos este último ingrediente justificaría su sustitución por bacon, pero lo que no puede ser es que aparezca la nata. Y no es que lo que hayamos comido hasta ahora en la península sea malo: simplemente es otra receta. Porque de "carbonara" nada de nada!
Tras este maravilloso festival de sabores, hemos aprovechado la tarde soleada para pasear un poco por la ciudad, terminando en la Piazzale Michelangelo para ver el atardecer. Se tardan unos 20/25 minutos desde el centro, y su parte final es bastante empinada con varios tramos de escaleras. No tiene pérdida, porque todo el mundo va allí antes de la puesta de sol para disfrutar de las mejores vistas de la ciudad.
Como era de esperar, había mucha gente arriba. Y, menos mal que estamos en temporada baja, porque no me quiero ni imaginar lo que tiene que ser esto en verano. Socorro!!!
Como ocurría en Venecia, en cuanto se va el sol, los turistas desaparecen y la ciudad parece distinta. Veremos qué pasa conforme avance la semana, jeje!
Tras este maravilloso festival de sabores, hemos aprovechado la tarde soleada para pasear un poco por la ciudad, terminando en la Piazzale Michelangelo para ver el atardecer. Se tardan unos 20/25 minutos desde el centro, y su parte final es bastante empinada con varios tramos de escaleras. No tiene pérdida, porque todo el mundo va allí antes de la puesta de sol para disfrutar de las mejores vistas de la ciudad.
Como era de esperar, había mucha gente arriba. Y, menos mal que estamos en temporada baja, porque no me quiero ni imaginar lo que tiene que ser esto en verano. Socorro!!!
Como ocurría en Venecia, en cuanto se va el sol, los turistas desaparecen y la ciudad parece distinta. Veremos qué pasa conforme avance la semana, jeje!
Bueno chicos, a ver qué nos teneis preparado en este viaje¡¡¡ despegamos!!!
ResponderEliminarSi la "carbonara" de toda la vida ya no es carbonara .... que rayos he estado comiendo yo los últimos 51 años ?? Ay Ay ay ... acábase o mundo !!
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