Con un poco de pena (bueno, más bien “bastante”) hemos hecho la maleta esta mañana. Último día en la zona de Torla - Ordesa. Qué rápido se termina lo bueno, ¿verdad?
Tras despedirnos de los dueños del hotel (que han sido súper majos) hemos ido al pueblo vecino, Broto, para ver una de las cascadas más curiosas que jamás hayamos visto. Nos la habían recomendado con mucha insistencia, pero no éramos del todo conscientes de lo que íbamos a ver.
La Cascada de Sorrosal es muy popular por su impresionante “vía ferrata” (con varios tramos de cierta dificultad, un recorrido bastante variado cruzando incluso la montaña junto a la cascada - atención al agujero que se ve a la izquierda del chorro en la foto! -). Pero también es interesante desde el punto de vista geológico, porque ofrece una demostración clara de que toda esta zona estaba sometida a fuertes presiones bajo la gigantesca masa de hielo glacial. Sólo hay que fijarse en las curvas de piedras prensadas que están junto a la cascada para quedarse horas alucinando con esta maravilla de la naturaleza.
Y después de esta pequeña pausa, nos hemos puesto en camino para volver a casa. Afortunadamente no hemos encontrado mucho jaleo de tráfico, así que en nada ya estábamos deshaciendo las maletas, cansados pero contentos de haber disfrutado de estos días tan intensos. Tenemos mucha suerte de vivir en un país con tanta oferta turística y, en estos tiempos “covidianos”, es lo mejor que nos podía pasar para poder seguir disfrutando de la naturaleza y sus impresionantes paisajes.
Ahora a descansar!
Buenas noches!
Zzzz...
No hay comentarios:
Publicar un comentario