Creo que con el cansancio que teníamos no hemos sido conscientes del ruido que ha tenido que haber esta noche. Amigos del descanso, ya sabéis que esto se conoce como "la ciudad que nunca duerme" y esto ocurre absolutamente todos los días y a todas horas.
Pero como una de las ventajas del jetlag es que caes en la cama fundido y te despiertas muy pronto como si no hubiera pasado nada, aprovechas mejor el día. En nuestro caso, hemos salido a dar un paseo por las frías calles neoyorkinas para después llegar al Madison Square Garden y ver el partido de los Knicks contra Atlanta Hawks. Nos lo hemos pasado como enanos. Como ya he dicho en otras ocasiones, esto no tiene nada que ver con un partido en la tele: aquí se vive y se respira un ambiente especial que no puede superarse.
A pesar de un comienzo un tanto regular, de repente los locales se han animado y nos ha ofrecido un espectáculo increíble. Incluso han ganado!! jejee!!! Por cierto, hoy hemos estrenado oficialmente las camisetas de los Knicks que compramos en el viaje anterior. Ahora ya podemos animarles como unos auténticos lugareños. Ole y ole!
Cuando hemos salido del estadio la calle ya estaba hasta arriba de gente. Da igual la temperatura, parece ser. Además, como en cualquier gran ciudad, muchas tiendas abren los domingos y eso atrae aún a más gente.
Times Square sigue como siempre, aunque ahora esos que van disfrazados de personajes infantiles tienen su propio espacio delimitado (me suena que hace meses hubo una polémica con este tema). Aún así, qué chulas son las vistas de esta emblemática plaza.
Cerca de aquí se encuentra el B.B.King Blues Club & Grill, uno de los locales más genuínos del centro para disfrutar de buena comida y música en directo. Los fines de semana actúa una banda que hace versiones de clásicos del soul y de la Motown. Nos han animado la cena con canciones de Percy Sledge, Ike & Tina Turner, Four Tops, The Temptations, Jackson Five, Diana Ross... y muchos más que ahora mismo no recuerdo. Pero vamos, que ha sido todo un espectáculo, incluso en un momento dado uno de los cantantes ha bajado del escenario y ha seguido cantando entre las mesas.
En fin, un día muy intenso. Aunque quizá el único momento del día en el que se nos han puesto los pelos de punta ha sido justo antes del partido, cuando se ha cantado el himno nacional. Dejo aquí una pequeña muestra de lo que supone esto para lugareños y foráneos, porque merece la pena:
Qué quieres que te diga killa, igualico que aquí lo del himno, toos callaos y de puntillas pa que el corazón se mocione y saluando a la bandera, ya te digo, igualico!
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