Chamonix 2018 - 14 JUL (dia 2)

Comenzamos nuestra pequeña incursión en los Alpes franceses con una excursión que creo que es indispensable: "el Balcón Sur". Es más, si sólo se viene aquí un día y se quiere caminar, éste es el recorrido a hacer porque no tiene mucha dificultad y las vistas son espectaculares. También hay que tener un día despejado para ello, pero bueno, estando en montaña esto siempre es un poco lotería. 

Se puede comenzar en dos sentidos (desde la zona de Brévent o desde la de Flégère), dependiendo de lo que queramos distraernos con el paisaje (!!!). Es decir, que si elegimos éste último, vamos a estar viendo el Montblanc todo el rato. Pero bueno, nosotros lo hemos hecho justo al revés porque nos venía mejor desde Chamonix y tampoco ha sido para tanto. 

Hemos tardado como unas tres horas, a un ritmo muy tranquilo para hacer fotos sin problemas y disfrutar bien del paisaje. Hemos tenido subidas muy empinadas, pero también hemos atravesado una zona de nieve (un poco sucia con barro y restos de pastos) y hemos subido un tramo de escaleras de bloques de piedras y madera, con escalones que llegaban hasta la rodilla. Y sin embargo, lo peor ha sido entender los mapas de zona que te dan en la oficina de turismo. No hemos sido los únicos: en los cruces de caminos siempre te encontrabas a otros excursionistas con la misma cara de intranquilidad, intentando seguir bien las inexistentes indicaciones. De verdad, ¿tanto costaba señalizar bien los tramos para evitar confusiones? Que no es de recibo tener que interpretar cada tramo una y otra vez. Ains!!

Al llegar a Flégère las nubes ya se empezaban a acumular. Hemos subido hasta Index en telesilla para comer en el pequeño merendero de la zona y luego hemos estado haciendo unas cuantas fotos. Aquí la temperatura era muchísimo más baja y el viento ya empezaba a soplar con alegría. 

Por cierto, en lo alto, a casi 2800 metros, hemos visto gente haciendo escalada. Unos valientes, sin duda. Y luego hemos bajado hasta Les Praz, el pueblo que está junto a Chamonix, para pillar uno de los autobuses públicos (y gratuítos) para volver al hotel.

Hemos visto parte del partido de tenis de Nadal (muy interesante, pero un poco de pena al final) y parte de la "petit finale" de Bélgica contra Inglaterra. Y tras una buena ducha, hemos cenado en "Bighorn Bistro & Bakery". Tienen una carta pequeña, pero muy interesante y selecta. Lo que hemos pedido estaba todo impresionante (nachos, hamburguesa de salmón y arroz con salmón y verduras en tempura). Por cierto, la música es BRUTAL. Cómo se agradece tener buen rock clásico y blues mientras comes!

En fin, mientras escribo estas líneas está cayendo una tormenta de estas que tanto asustan cuando estas entre montañas. Menos mal que estamos a cubierto. Esperemos que mañana amanezca de nuevo despejado.

Y esperemos que podamos dormir con tanto ruido!

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