Chamonix 2018 - 19 JUL (dia 7)

Seguimos descubriendo todo lo que el valle ofrece y hoy nos hemos ido hasta Les Bossons para ver de cerca el glaciar que lleva su nombre. Eso si, antes nos ha tocado esperar un buen rato al autobús de la línea azul (de verdad, no sé cómo quieren incentivar el transporte público gratuito con esta birria de frecuencias de 30 minutos, que no hacen más que desesperar al turista y hacerle perder el tiempo). 

La última parada de esta línea azul es precisamente la que está a escasos metros de un telesilla bastante viejuno (o "retro", que dirían los modernos) que te lleva hasta casi el final del glaciar. Va muuuuy lento, así que el trayecto es súper agradable y en días tan soleados como el de hoy, dan ganas de quedarse ahí un rato más dando vueltas y vueltas!

El telesilla te deja junto a un bar-restaurante desde el que comienzan varias excursiones de diferente duración. Cada una te permite fotografiar el glaciar desde una perspectiva única aunque, a juzgar por los paneles explicativos que han colocado los dueños del bar, cada vez hay que subir más para obtener algo decente. 

A la derecha se ven dos fotos hechas desde el mismo sitio con una diferencia de 21 años. En 1992 aún existía una gruta que permitía ver el glaciar desde dentro; en 2013... no queda ni rastro. Quien diga que no existe el calentamiento global solo tiene que ver las fotos de la zona de los últimos años y juzgar por sí mismo. A mí me ha dejado muy impresionada saber que el bar se puso de manera estratégica para que los excursionistas pudieran tomar algo casi a pie de glaciar... y ahora tienen que levantar la cabeza en un ángulo un poco incómodo para poder ver algo. Qué penita, por favor. 

Hemos estado ahí un buen rato, escuchando de manera casi hipnótica el incesante ruido que hace el agua del deshielo. Quizá por ello no hayamos percibido los crujidos del glaciar (en el de Argentiere era más que evidente!) que en esta época del año tienen lugar. Dicen que el glaciar avanza, pero yo sólo veo caer agua mientras comparo fotos históricas y me cuesta creerlo. También hemos venido en verano - a lo mejor en unos meses la nieve logra disimular mejor este panorama tan desolador. Estaré atenta y buscaré fotos el próximo invierno.

Por cierto, en este glaciar tuvieron lugar dos accidentes de avión en 1950 y 1966, ambos de la compañía Air India. Desde entonces (y debido al deshielo) el glaciar suele "vomitar" piezas de avión de vez en cuando. Muchos lugareños tienen restos a modo de trofeo en sus casas y los dueños del bar han montado una pequeña exposición muy interesante con algunas piezas, fotos y paneles explicativos sobre el glaciar, su historia, y ambos accidentes. 

** Noticia de hace unos años relacionada con el tema del glaciar y los restos que se van encontrando los excursionistas casualmente: http://www.desnivel.com/alpinismo/alpinista-frances-encuentra-un-rtesoror-en-el-mont-blanc

Por la tarde, y sin ningún tipo de pretensión, hemos subido al Plan de l'Aiguille, esta vez sin hacer esperas a la puerta del edificio del telecabina. Bueno, que nadie piense que en algún momento esto mejora. Desde las 8AM, se reparten los famosos tickets de plástico. Y en nuestro caso, antes de comer hemos pedido directamente el número (el 70!!). Por eso hemos llegado a tiempo para entrar y no tener que estar achicharrados bajo este sol abrasador. Bien por la planificación!

Hemos estado pateando un poco por los alrededores, incluso nos hemos acercado hasta el Lac Bleu. Por cierto, esta excursión está perfectamente guiada por puntos redondos amarillos. Ya era hora de tener un poco de ayuda visual!

La cena de hoy ha sido una auténtica sorpresa. Habíamos leído muy buenas críticas del Le Fine Bouche, pero ya sabemos que hasta que no lo pruebas no te haces a la idea de lo que hay realmente. Y no ha habido que esperar mucho: la ensalada que hemos pedido como entrante, al igual que aquel anuncio de la TV, "nos ha realmente conquistado". Maaaaaadre mia, qué cosa más rica. Luego hemos pedido una cazuelita de queso fundido (con patatas, jamón, y otro embutido) y unas chuletillas de cordero. De postre, tarta de arándanos y tiramisú. Vamos, que nos hemos dado un buen homenaje culinario. 

Ahora a dormir bien y a descansar en la recta final del viaje. Ay, qué poquito nos queda ya... jo!



1 comentario:

  1. Esto de "casualmente" ¿ os habeis encontrado en esos mundos alpinos a una profe...? Increible!

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