Que sí, que sí... que HA SALIDO EL SOL!!!
Esta mañana casi nos da algo al ver que el meteorólogo por fin ha acertado!! Así que desde muy pronto nos hemos puesto en marcha para hacer una de las excursiones más famosas que justo está en la isla de Vágar (al lado de la nuestra). El único problema ha sido que, una vez más, hemos chocado con el modo de vida feroés: el encargado de gestionar el acceso a la zona, tenía que "agrupar a las ovejas" y allí no se podía pasar hasta las 12. Lo nunca visto, de verdad.
Por suerte, a pocos minutos de allí se encuentra otra de las maravillas que no hay que perderse: la cascada de Gásadalur. Tras pasar el aeropuerto, empieza una de esas "rutas escénicas" donde casi dan ganas de parar cada pocos metros para hacer una foto. El tráfico es casi inexistente (excepto otros coches de alquiler que, por supuesto, también paran para hacer fotos). Después de un estrecho túnel de montaña, se abre el pequeño valle donde está situada esta preciosidad de cascada. Si además el tiempo es bueno, las vistas te dejan con la mandíbula casi desencajada. Decir "impresionante" es quedarse corto. Madre mía.
Hacia las 11:30 AM ya estábamos en el cutreparking de las afueras de Midvagur junto con otros 20/30 excursionistas. Pero en cuestión de minutos el parking se ha saturado y los últimos han tenido que dejar el coche en el camino de cabras que lleva hasta allí. Por cierto, hay dos maneras de llegar y sólo una adecuada para el coche (la clave para acordarse es tomar el camino de la izquierda en la intersección de la calle Hornavegur con Heidagøta - es decir, hacer lo contrario que indica el cartel de señalización).
No lo había comentado hasta ahora pero desde el pasado mes de Abril muchas de las excursiones se han hecho de pago. Esto quiere decir que, caminar por las tierras privadas del paisano de turno, está sujeto a que te puedan cobrar por ello. Lo más gracioso es que en la propia página de la oficina de turismo no aparece nada. Y sin embargo, no queda más remedio que pasar por el aro si quieres caminar un poco y tener buenas vistas. La de hoy nos ha costado poco más o menos como la visita a un museo del otro lado del charco: 200 Kr - 26,7 €. Y en un cartel a la entrada te explican que, gracias a este dinero, van a poder remodelar los caminos, los accesos, el parking, los WCs. Vamos, que visto así, todos vamos a ser mecenas de este gran proyecto. Lo que se ve en la FOTO es justo un tramo de escalones que están haciendo para que sea más sencillo subir hasta la cima del monte Trælanípa.
Porque es ahí precisamente donde todos quieren subir a hacer LA foto. Sí, sí... LA foto. Ahí es donde se aprecia la perspectiva del lago con el mar (y donde hay que tener más cuidado, porque sopla bastante viento). Nos han pillado varias nubes bajas, pero durante unos minutos se ha despejado y hemos aprovechado para hacer fotos como ésta.
Impresionante, verdad?
De vuelta a Torshavn hemos cenado la última de las especialidades culinarias de las Feroe (después del salmón y el bacalao): el cordero.
Hemos ido al restaurante Aarstova y hemos disfrutado de su menú de tres platos (salmón, cordero y postre). Buenísimo todo!! Además la camarera (muy viajada) nos ha atendido en español - nos ha contado que estuvo viviendo una larga temporada en Costa Rica y por eso se defiende en nuestro idioma -. Qué sorpresa, verdad?
Toquemos ahora madera para que mañana no se estropee demasiado el tiempo y podamos seguir disfrutando de estas maravillosas islas.
Nas nochesss!
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