No lo dije en su momento, pero en estas islas los coches de alquiler tienen un límite diario de kilómetros. Y si te pasas tienes que abonar 1,2 coronas por cada kilómetro de más. En nuestro caso, tenemos 600 km y, gracias a que hemos estado un par de días parados por la lluvia, aún nos queda un tercio por disfrutar. Por eso nos hemos ido hoy bien lejos, hasta la punta de la isla vecina de Eysturoy, para ver uno de los pueblos imprescindibles en Feroe: Gjógj.
Para ello hemos ido por otra de esas "rutas escénicas" y hemos disfrutado como enanos de las impresionantes vistas del fiordo de Funning parando en casi todas las isletas y miradores para hacer fotos. Al llegar a Funningur, hemos subido el puerto y hemos dejado a un lado el punto más alto de las Feroe (Slættaratindur) que tiene 882m. Ha sido un trayecto un tanto incómodo para nuestro coche (que iba bastante justito) pero como no había casi nadie por la zona, hemos podido movernos con relativa tranquilidad.
En Gjógj tampoco ha habido problemas de gente ni de espacio para aparcar (aunque nos hemos equivocado de primeras y hemos dejado el coche en el parking privado de una urbanización muy mona que hay a la entrada!). Las casitas son preciosas, todas en perfecta armonía para poder pasear por la calle tranquilamente, pero si hay algo característico de este enclave es la garganta natural que le sirve de puerto protegido.
Por la parte superior de la garganta empieza una ruta (con una pinta estupenda) hasta el valle vecino de Ambadalur, pero visto el terreno embarrado y las nubes amenazantes, hemos preferido no hacerla y nos hemos quedado por la zona inferior haciendo fotos. Quizá para otro futuro viaje!
También será entonces cuando veamos Eidi, otro pueblo del norte de la isla que se nos ha quedado colgado por culpa del mal tiempo. Qué le vamos a hacer.
Hemos parado a comer algo en Hósvik y después hemos descubierto que casualmente estábamos rodeados de saltos de agua y cascadas. Qué bonito!
Y esta noche dormimos en otro hotel (fue imposible en su día encontrar el mismo alojamiento para toda la estancia). Esperemos que sea por lo menos igual de cómodo que el anterior - no así en ruidos, que el edificio es viejo y aquí se oyen bajantes de agua y, sobre todo, algunos huéspedes parlanchines en los pasillos -.
(...)
P.D: he tenido que mandar callar a las personas maleducadas que estaban a estas horas hablando como cotorras. Llevaba más de 20 minutos intentando terminar estas líneas y no conseguía centrarme por su culpa. Parece mentira que uno no sepa que tiene que bajar la voz cuando no está en su casa. En fin, que cansinos y maleducados son algunos, por favor!
Y ahora sí puedo decirlo (tras 5 minutos de silencio absoluto):
Nasnoches!!!
Nasnoches!!!
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