Chicago 2019 - 25 SEP (dia 9)

El desayuno de los campeones. Eso es lo que nos hemos tomado esta mañana en Yolk, un local cercano al hotel donde saben perfectamente cómo empezar el día con energía, jeje! La verdad es que cuando uno lee la carta tarda un montón en decidirse porque todo tiene una pinta de escándalo, pero al final han caído un "pot roast benedict" (huevos benedictinos con English muffin) y un "cheesy egg sandwich" (bagel de huevos, tomate, queso, bacon y salsa pesto). Hemos pedido también un par de capuchinos pero, ahora que lo pienso, habría estado bien pedir un chai tea latte. Que aquí estamos acostumbrados al sabor del que tienen en Starbucks y últimamente no está a la altura. Quizá para otra vez que hagamos escala en Chicago.

Con los diez dólares en la mano hemos llegado con ganas a la máquina de billetes del tren de vuelta al aeropuerto pero, OH SORPRESA, que ya no cuesta 10... sino 6 dólares. Ein?? También pedía el importe exacto, pero ya teníamos cambio suficiente para no volver a pasar el calvario de ayer. Que te den, máquina estúpida. 

En fin, no hemos tenido ningún problema en los accesos al aeropuerto y además hemos pasado por el famoso hall de las banderas que sale en las películas (alguien recuerda la carrera frenética de los McAllister en "Solo en casa"?)

El vuelo también ha sido tranquilo, aunque hemos dormido poquísimo. Por eso nos ha sentado a cuerno quemado llegar al coche y darnos cuenta de que aún nos quedaba mucho para llegar a casa: la rueda de atrás pinchada. Estos neumáticos modernos (run on flat) aguantan unos kilómetros estando en estas circunstancias, así que hemos podido llegar a primera hora al taller y nos lo han reparado en unos minutos. Hemos tenido suerte añadida gracias al atasco, que no dejaba circular a nadie rápido (hubiéramos sido los lentos de turno!!)

Cuando hemos entrado en casa hemos caído en la cama como troncos. Han sido 3 horas de sueño profundo que nos valdrán para llegar más o menos hasta la noche. Espero que no caigamos en la tentación de dar otra cabezada porque eso supondría volver a pasar por el calvario del jetlag y ya no estamos de vacaciones precisamente. 

Sólo de sufrir y de sufrir!

P.D: dejo aquí la canción del viaje, pegadiza como ella sola. Me encanta...

Montana 2019 - 24 SEP (dia 8)

Último día en Montana y se nota que los ánimos están un poco bajos. Tampoco ayuda mucho que haga más frío y que el cielo esté cubierto, pero bueno, durante el desayuno hemos hecho un buen paréntesis gracias a la compañía de nuestros amigos y, cómo no, los comentarios jocosos de Rachelle, la camarera que se merece un sobresueldo sólo por el buen rollo que transmite todas las mañanas. Ah. El bollo de pan de la foto es un "English muffin" y es mucho más esponjoso que los "bagels". Parece mentira que haya sido consciente hoy de ellos y de su nombre después de tantos años de desayunos en hoteles!

Tras cerrar las maletas y preparar todo, nos hemos quedado un rato más en el hall del hotel con A. y T. Hoy querían hacer una ruta en bicicleta eléctrica  de cuarenta y pico kilómetros pasando por la zona de Apgar pero aún tenían que esperar a que mejorara el tiempo (ya se sabe, nubes grises y electricidad son mala combinación!). Nosotros, teniendo el aeropuerto tan cerca y siendo tan chiquitín, podíamos ajustarnos un montón a la hora del vuelo. Al despedirnos ha quedado clara una cosa: definitivamente volveremos a encontrarnos (si todo va bien) al año que viene en otro parque. Parece que esta pequeña casualidad que comenzó el año pasado comienza a consolidarse y podría convertirse en una tradición estupenda. Ojalá!

Hemos aterrizado en Chicago mucho antes de lo estimado, pero nuestras expectativas de llegar pronto al centro se han visto truncadas durante un buen rato a la hora de sacar los billetes de metro. Ninguna de nuestras tarjetas funcionaba en las dichosas máquinas expendedoras y tampoco teníamos el dinero exacto en metálico para ellos. Parecía una broma de mal gusto, pero después de volvernos locos, hemos entrado a una tienda para cambiar un billete de 20$. Quiero ver yo esto en Madrid, a ver qué risa les entra a los turistas. 

Recordatorio: en Chicago, billete de 10$ en mano!!!! 

Afortunadamente hemos llegado a tiempo al Catch 35, el restaurante donde teníamos hecha la reserva para cenar. Ya descubrimos este sitio hace 4 años (de vuelta de otro viaje) y creo que hemos comido igual o mejor que la otra vez. Buenísimas las vieiras y las colas de langosta (sólo faltaba el babero para sentirnos como en la costa Este, jaja!). Viva la cena de aniversario!

Después hemos dado un pequeño paseo por la zona del río. La temperatura era muy buena - nada que ver con lo que hemos tenido estos días en Montana - y daban ganas de quedarse un ratito más sentados en los bancos de madera. Pero... había que volver a descansar porque mañana tenemos una larga vuelta por delante hasta llegar a casa.

En fin, qué poco dura lo bueno. 

Night night!!

Montana 2019 - 23 SEP (dia 7)

Lo que se ve en este plato que está cubierto de una salsa color crema son los "biscuits" de este lado del Atlántico. Cualquiera con unas mínimas nociones de inglés sabe que en Reino Unido una "biscuit" es una "galleta", pero resulta que aquí es un panecillo de masa blanda que se suele tomar de desayuno junto con una salsa espesa de carne de cerdo (sausage gravy). Ya lo vimos el primer día, pero como no sabíamos lo que era, no teníamos mucho interés en probarlo. Qué suerte tener unos amigos con los que aprender cosas desde primera hora de la mañana!

El desayuno se ha alargado mucho más de la cuenta porque, con riesgo de lluvia en todo el parque, no sabíamos bien qué zona elegir. Incluso la camarera del desayuno, Rachelle, nos ha intentado ayudar con la elección (resulta que en su día fue monitora de Scouts - jóvenes exploradores! - y conoce bien la zona).

Al final nos hemos quedado en la zona del Lago McDonald y hemos dejado el coche en el parking del hotel junto al lago para hacer la excursión hasta Fish Lake

El comienzo ha sido algo duro, con subida continua y suelo lleno de "minas de caballo" (por decirlo de manera elegante). También gran parte del comienzo muestra los destrozos del incendio que causó una tormenta eléctrica en Agosto de 2017 (Sprague Fire). Pero tras cruzar el primer riachuelo, el bosque muestra su mejor cara, ofreciendo paisajes de cuento, como los que en su día pudimos ver en Olympic NP. 

Es de las pocas excursiones en las que es más bonito el recorrido en sí que el premio final. Fish Lake se encuentra rodeado de muchos árboles y es complicado hacer una buena foto del mismo. Ha sido allí donde hemos parado para hacer un improvisado picnic sobre unos troncos, poniendo un par de ponchos sobre ellos para no mojarnos. 

Por cierto, para las estadísticas: hemos tardado un par de horas en subir pero sólo una hora y cuarto para bajar. También me he resbalado un par de veces, pero en ambas he conseguido frenar a tiempo para evitar el desastre. Eso sí, a estas horas me está empezando a doler demasiado el antebrazo. Definitivamente, huele a antiinflamatorio nocturno en breve.

Una lluvia intensa nos ha pillado llegando al parking. Así que hemos aprovechado la cercanía del hotel para tomar algo y descansar un rato bajo techo. 

El hotel es uno de esos edificios históricos de comienzos de S.XX que aún transmite el espíritu aventurero de los primeros exploradores y visitantes del parque. Según nos han contado, su demanda es tal que, para conseguir alojamiento, mejor hacerlo al menos con un año de antelación. Ahí es nada. Aunque en mi caso, entre el precio que tiene, la falta de conexión y la cobertura cero de la zona... casi que nos alojamos fuera del parque más tranquilos y sin ningún tipo de problema y/o presión.

Terminamos la jornada cenando en Three Forks. Ha caído de nuevo la trucha arco iris (imposible resistirse!) pero también un risotto de pollo y una hamburguesa de bisonte. Todo buenísimo. Además la camarera (cómo no!) ha sido simpatiquísima y nos ha hecho reír un montón cada vez que se acercaba a la mesa. 

De verdad, que buen ambiente se respira en esta parte del país. ¿Por qué no será todo así siempre?

En fin, a descansar.

P.D: Antiinflamatorio tomado. Crucemos los dedos para que pueda dormir bien.




Montana 2019 - 22 SEP (dia 6)

Creo que hoy hemos tomado una de las mejores decisiones de este viaje: repetir la excursión hasta Alavanche Lake con nuestros amigos ha sido increíble. Sólo que hoy el sol ha brillado y hasta hemos alcanzado los 21ºC. 

Para no repetirme, pongo este collage de fotos de los mismo sitios que ayer (cuenca de Avalanche Creek, Avalanche Lake, los tablones del Trail of the Cedars y McDonald Lake - cómo no! -). Queda claro que en cuanto se van las nubes, el parque adquiere unos matices preciosos y la experiencia que uno tiene es totalmente diferente.

También ha ocurrido que el trayecto se nos ha hecho mucho más corto. Incluso habiendo más gente (lógico al ser domingo) hemos estado bastante tranquilos, disfrutando mucho más y prestando más atención que ayer bajo las nubes grises. Quizá por estar más receptivos de repente hemos notado que nos estaban observando y, efectivamente, al girarnos hemos cruzado miradas con un grupo de 5 ciervos que se movía sigilosamente entre los árboles. Deben de estar acostumbrados al paso continuo de gente por el sendero porque han seguido a lo suyo casi sin inmutarse. 

Al terminar las dos excursiones, nos hemos acercado hasta la orilla del lago McDonald para hacer fotos y tomarnos tranquilamente un helado de huckleberries (los arándanos pequeñitos y dulces de las Rocosas). Estaba bueníííísimo. Y sentados al borde del embarcadero hemos disfrutado del buen tiempo y de las vistas. La verdad es que daban ganas de parar el reloj y quedarse ahí una larga temporada. 

Por cierto, creo que hoy en la foto se aprecian mejor los colores de las rocas del lago. Teniendo el sol de espaldas era complicado no sacar la sombra de nuestras cabezas!

Para cenar hemos elegido el restaurante "Vaqueros", un mejicano cercano al hotel donde hemos comido estupendamente. Si tuviera que destacar algo, serían las fajitas de pollo y los tacos de pescado. Madre miaaaa!!! También han sido un acierto las bebidas con huckleberries (en especial esa Margarita gigante).

Tras unas cuantas risas, nos hemos vuelto al hotel. Creo que ha sido un día difícil de olvidar y estoy convencida de que ellos han sentido exactamente lo mismo. 

En fin, ahora a descansar, que nos lo hemos ganado.

Buenas noches!

Montana 2019 - 21 SEP (dia 5)

Descorrer las cortinas y ver el suelo mojado se está convirtiendo en una rutina algo cansina. Las nubes se resisten a abandonar el parque y hoy la previsión para la mañana era lluviosa en todas las zonas. Así que, dadas las circunstancias, nos hemos quedado junto al Lago McDonald para hacer una de las excursiones más populares.

Avalanche Lake trail fue el primer sendero oficial creado en el Glacier NP. Debe su nombre al Dr Lyman Sperry, uno de los primeros exploradores del parque, que observó durante su estancia a finales del S.XIX demasiadas avalanchas en esta cuenca del río. Lo curioso es que más de un siglo después, la sensación que uno tiene al caminar por aquí es que las avalanchas siguen sucediéndose con bastante regularidad: hay muchísimos troncos caídos por todas partes! 

Y también hay mucha gente a lo largo del camino, así que es recomendable madrugar para evitar aglomeraciones y para poder dejar el coche en el parking, por supuesto.

La excursión se hace muy agradable y se termina en menos de 2 horas incluso parando a hacer fotos. Y el regalo que espera al final, esa maravillosa vista del lago, no tiene precio. Incluso con nubes es alucinante. Por cierto, el camino llega hasta la otra punta del lago, pero es recomendable ir por la orilla (si el nivel del agua lo permite) para hacer mejores fotos.

Hemos terminado la excursión en el famoso Trail of the Cedars (camino de los cedros), el paseo más sencillo de todo el parque. Durante poco más de un kilómetro, se puede caminar entre árboles enormes por unas pasarelas de madera que están a casi un metro del suelo. En varias partes del recorrido hay carteles con el nombre de los árboles más importantes y algunos paneles explicativos. 

Recordatorio: Generalmente, como lo primero que uno se encuentra es la zona de los maderos, la gente suele quedarse aquí antes de subir al lago. Por eso lo mejor es hacerlo al revés y así se evitan aglomeraciones innecesarias. A nosotros nos ha funcionado de maravilla.

El enorme Lago McDonald domina toda la zona oeste del parque. El agua está tan cristalina porque debido a las bajas temperaturas es muy difícil que se forme plancton. Gracias a esto se ve sin problema su famoso fondo de piedras de colores. Rojos, azules, verdes, marrones... una locura visual. Precisamente éstos indican la cantidad de hierro de su composición (las rojas, por ejemplo, tienen bastante) y aunque en su día pertenecieron a grandes bloques, los glaciares se encargaron de romper, arrastrar y mezclarlo todo para que hoy podamos disfrutar de este espectáculo. La foto no hace justicia a la realidad del ojo (tampoco se podía hacer gran cosa con tanta nube) pero creo que está bien para hacerse una idea. Qué preciosidad de lago, por favor.

Hoy la cena ha sido en el Nite Owl, uno de esos sitios típicos de pueblo que salen en las películas donde es raro encontrarse con extranjeros. Pero es un sitio en el que comes muy bien en plan casero (de aquí) y todo el personal es súper amable. Hemos pedido un solomillo de ternera y una hamburguesa de pescado. 

Como era de esperar nos hemos echado unas risas con la camarera. La verdad es que no sé si es cosa de este pueblo o en general de todo el estado de Montana, pero aquí son muy simpáticos y se expresan de una manera muy divertida que te hace sonreir a la primera. 

Terminamos el día acercándonos al aeropuerto para recibir a nuestros amigos A. y T., con los que estaremos compartiendo parte de las vacaciones. Ha sido estupendo vernos las caras de nuevo, aunque precisamente las suyas reflejaban el cansancio propio de un largo viaje desde la costa Este con escala en Denver. Espero que esta noche puedan descansar bien y levantarse mañana con energía para disfrutar del parque a tope. También espero que la previsión se cumpla y mañana salga el sol todo el día!

A dormir... zzzz...

Montana 2019 - 20 SEP (dia 4)

No sabemos cómo pero ha ocurrido: en un arranque de entusiasmo, nos hemos venido arriba y hemos decidido ir al Logan Pass entrando desde el Este. Dos horas y pico al volante en cada sentido, atravesando además la reserva india de los Blackfeet. Qué locura! Pero, sinceramente, ha merecido mucho la pena el esfuerzo.

Para empezar, conducir por la reserva es toda una experiencia: una carretera casi trazada con escuadra y cartabón, sin señalización vertical, donde lo más interesante es ver lo plano que es todo y lo lejos que quedan las Rocosas desde allí (ojo, que hemos tenido que dar un rodeo por Browning y Babb para evitar las obras de las carreteras 49 y 89... ejem!). 

La entrada desde el Este se encuentra en St. Mary y conducir por la famosa "Going-to-the-sun road" es alucinante - no me extraña que en este país se considere una de las experiencias imprescindibles para hacer dentro de un parque nacional. Qué maravilla de vistas, por favor.

Pero a pocos kilómetros de Logan Pass nos ha entrado un escalofrío al ver nubes blancas por todos lados. Horreur! En el centro de visitantes no podían asegurarnos si esto iba a ser algo pasajero, porque la previsión era bastante irregular, pero ya que habíamos llegado hasta allí, no teníamos nada que perder así que hemos salido a caminar hacia Hidden Lake en medio de la niebla. 

No han pasado ni 5 minutos cuando nos hemos encontrado con un enorme claro que nos ha permitido hacer unas fotos increíbles de la zona. 

Porque las nubes tienen su encanto y le dan un toque de personalidad único a las fotos. Si. Hasta que llegas a Hidden Lake y te encuentras un exceso de generosidad tal que hace que sea casi imposible de distinguir agua de tierra. Vamos, que se nos han chafado las vistas desde el mirador y ni siquiera hemos podido divisar la famosa Bearhat Mountain triangular que deberíamos tener justo delante. Hemos esperado un buen rato, pero el panorama no ha mejorado ni a la de tres. Aún así, insisto, el esfuerzo ha merecido muchísimo la pena!

Tampoco nos ha importado el frío (entre 5ºC y 9ºC durante todo el camino), aunque sí nos ha obligado a comer a la vuelta en Logan Pass porque no se podía parar más de unos minutos durante todo el recorrido.

De vuelta por la carretera principal, hemos parado en varios miradores. Quizá el más interesante sea el que tiene vistas directas al Jackson Glacier (el séptimo en tamaño de los 25 que hay en el parque). Da un poco de pena ver las fotos de hace casi un siglo y comparar el aspecto de entonces con el de ahora, pero lo preocupante es que, si esto sigue así, en pocos años el parque se quedará definitivamente sin ninguno. Por cierto, dato interesante para los curiosos: aquí hay menos glaciares que en el Parque de las Cascadas del Norte - que tiene más de 300!!! -. 

En este mirador nos hemos encontrado con este bichejo tan peculiar. Es una oruga oso lanuda (woolly bear caterpillar) y, según parece, los lugareños asocian el tamaño de su sección naranja con el pronóstico del próximo invierno: cuanto más pequeña sea, más frío hará. Y, a juzgar por la foto, parece que en esta zona se avecinan unos meses de algo más que chaquetita y guantes. 

Otra curiosidad: como esta oruga sólo se encuentra en zonas frías, lo normal es que no le de tiempo a completar en un verano todo su proceso de alimentación para llegar a pupa, así que suele hibernar año tras año hasta completar su objetivo (algunas han llegado a superar los 10 años...). Ah. Y se convertirá finalmente en la polilla tigre Isabella. Qué cosas, verdad?

En el centro de interpretación de St Mary se encuentra una pequeña zona bastante interesante dedicada a las diferentes tribus nativas que habitaron un día junto a este parque. Para todas ellas (Blackfeet, Kootenai, Salish y Pend d'Oreille) estas montañas eran sagradas - incluso sus plantas y animales -. Los Blackfeet se referían a ellas como "la columna vertebral del mundo" y, después de haber pasado por su reserva, realmente se puede ver así desde el Este.

Ah. La foto de la derecha está hecha desde uno de los miradores del enorme lago de St. Mary que tiene las mejores vistas del pequeño islote Wild Goose. Atención cinéfilos: aquí se rodó la escena inicial de "El resplandor" de Kubrik!!! 

Terminamos este intensísimo día cenando en Three Forks Grille. Hemos tomado una ensalada de remolacha, queso y arándanos con vinagreta de huckleberries y después trucha arcoíris con ensalada de lentejas. Buenísimo todo!

Antes de llegar al hotel, hemos aprovechado los últimos minutos de sol para conducir por las calles de Columbia Falls. No es que tenga algo especial, pero nos apetecía ver uno de esos pueblos que aparecen muchas veces en las películas.

En fin, mañana más!
Buenas noches!!

Montana 2019 - 19 SEP (dia 3)

Ha estado lloviendo un montón esta noche. Lo sé de buena tinta porque el jetlag ha querido que fuese testigo de primera. Y aunque la previsión para hoy era muy irregular para la zona Oeste del parque, nuestro plan B consistía en acercarnos hasta el otro lado del parque, la zona de Two Medicine, donde todo pintaba mucho más amable y... hemos acertado de pleno. Ole!

El único inconveniente es que el desplazamiento es bastante largo, pero si eso significa que podemos hacer al menos una excursión con tranquilidad, pues no hay dolor. Bueno, decir "tranquilidad" en territorio de osos grizzlies es un poco arriesgado, lo se, pero la cantidad de carteles que hay por todos lados no hace más que recordarnos, que estemos donde estemos, siempre hay que estar alerta y actuar con cabeza. 

Ah. Y ver los avisos por internet antes de salir del hotel!

Two Medicine (como muchos otros lugares de este parque) tiene un nombre que hace referencia a su origen nativo americano. La tribu de los Blackfeet (Pies Negros) consideraba esta zona como mágica y sagrada. Era precisamente aquí donde los guerreros descansaban y se reponían de sus diferentes dolencias en los dos "sanatorios" que había junto al lago. Por supuesto de aquello sólo queda el espectacular paisaje porque de lo demás no hay ni rastro. 

Sí que es cierto que tanto el valle como la zona del lago tienen algo especial. Es difícil de explicar, pero realmente mires donde mires el equilibrio y la armonía fluyen. 

De entre todas las posibles excursiones, hemos elegido la de Aster Park. Hemos ido a nuestro ritmo, como siempre, disfrutando del paisaje cámara en mano. No hemos encontrado casi animales - sólo un par de pájaros de la zona, Grey Jay y Steller's Jay - así que nuestras pisadas era el único sonido que teníamos de fondo durante toda la excursión. Bueno, exceptuando las proximidades de Aster Falls, donde la cascada no ha dejado casi opción sonora! Tenía poca agua (supongo que en primavera esto tiene que ser un espectáculo) pero aún así el entorno es precioso.

Y fotogénico! Esta zona del río es la que más se parece a uno de esos cuadros de paisajistas norteamericanos del S.XIX. Me encanta!!!

Teníamos planeada otra zona para caminar, pero como hemos estado tan entretenidos, lo dejaremos para otra ocasión (bien en este viaje o bien en uno próximo), porque aún nos quedaba un largo camino de vuelta hasta el hotel. 

Hemos cenado en Backslope Brewing, un local de hamburguesas y cervezas artesanas que está muy muy bien. La que se ve en la foto es la vegetariana... y estaba espectacular, con un toque picante en su justa medida. 

Por cierto, la anécdota del día: una clienta, haciendo maniobras para aparcar, ha encajado su coche en una enorme roca que hay a la entrada del local. Como esto no deja de ser un pueblo, se ha armado un gran revuelo en el local. Afortunadamente, un grupo de fornidos lugareños veinteañeros han conseguido ayudar a la pobre mujer (que estaba desesperada pensando en lo que se le venía encima). Y luego han conseguido bebida gratis, jeje!

En fin, un día muy completo. Ahora a dormirrrr...

Montana 2019 - 18 SEP (dia 2)

El zumbido de un mosquito impertinente me ha despertado de mala manera a las 2 AM. Quizá para otras personas esto sea una tontería, pero en mi caso, que soy fuente inagotable de recursos para estos bichos, esto ha hecho que me active y ya no haya podido pegar ojo. Por supuesto tenía dos picaduras (cómo no!) y muchas ganas de cargármelo, pero me he quedado con las ganas porque de repente ha desaparecido entre algún mueble de la habitación. Grrr...

El lado positivo es que nos hemos arreglado prontísimo, hemos desayunado en el primer turno y hemos pillado el shuttle del aeropuerto a la T2 sin problemas. El vuelo ha salido puntual y se nos ha pasado rapidísimo gracias a la increíble oferta de películas que había disponibles via APP de la compañía y WIFI del avión. Una maravilla ver "Sonrisas y Lágrimas" volando a 9.000 metros del suelo! Además, aquí también te dan bebida y unas galletillas gratis. 

El Glacier Park International Airport se encuentra al norte de Kalispell (Montana) y, a pesar de ser pequeñito, tiene bastante movimiento de pasajeros en verano gracias a su cercanía al Glacier National Park. El aeropuerto tiene también algo que no había visto nunca antes: una rampa (!!!) en vez de escaleras para desembarcar del avión. Una maravilla, oiga. Hemos bajado con una sonrisa mientras caían ya las primeras gotas de agua (la previsión pinta algo fea estos días). También hemos tenido que esperar un buen rato en la zona de alquiler de coches, porque unos minutos antes había aterrizado otro vuelo y la terminal estaba bastante concurrida. 

Cuatro horas de vuelo y un cambio de uso horario se merecen una buena comida cuanto antes. A pocos minutos del aeropuerto hay un Applebee's y allí hemos tomado nachos, salmón y pollo con pasta. Todo estaba muy bueno y nos han atendido estupendamente (no entiendo las críticas negativas en internet), pero lo que más gracia nos ha hecho es esta limonada de arándanos azules. A primera vista, parece un zumo de "Frigurón" (el mítico helado de Frigo) pero en cuanto la pruebas te das cuenta de que aquello es más que un color y que realmente sabe a arándanos. Hmm...

Aprovechando el tiempo libre que nos quedaba hasta la hora de check-in del hotel, nos hemos acercado al parque, al Glacier NP. Un cartel junto a la garita confirma que durante 15 días parte de la carretera principal (Going-to-the-sun road) estará cerrada al tráfico por mantenimiento. Esto ya lo sabíamos desde hacía semanas, así que no nos ha pillado por sorpresa. No podremos atravesar el parque rápido, sino que tendremos que rodearlo (y perder más tiempo en los trayectos) si queremos ir a otras zonas, especialmente a la parte alta de Logan Pass. 

Por cierto, nos vamos a alojar estos días en Columbia Falls. Aquí tenemos todo lo que necesitamos para organizarnos con tranquilidad y aprovechar bien la estancia. Eso sí, visto el panorama, tendremos que decidir sobre la marcha dónde ir y qué hacer en función de las nubes. Crucemos los dedos para que todo salga bien!

Buenas noches!

Chicago 2019 - 17 SEP (dia 1)

"Cuando abro cada mañana la ventana de mi cuarto es como si abriese el mismo libro en una nueva página" 
(Mario Quintana)

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Escribo estas líneas mientras cae el atardecer sobre este barrio periférico de Chicago y hago un esfuerzo casi titánico por no caer dormida encima en cualquier rincón de la habitación. Llevamos despiertos casi 20 horas y aún queda un poquito más hasta que podamos dormir definitivamente. Es duro, pero mejor hacer el esfuerzo y así no sufrir demasiado con el jetlag el resto de días.

Y es que hoy comenzamos unas esperadísimas vacaciones en tierras estadounidenses. Tras varios meses de preparación, llega el momento de disfrutar todo lo que hemos estado viendo en papel e internet. Repetimos plan con nuestros amigos también (ole!!) y ahora sólo queda cruzar los dedos para que las nubes nos dejen tranquilos durante estos días. A ver si hay suerte.

Hablando de suerte, de momento no podemos quejarnos. Es la primera vez que no tenemos ni un problema para entrar en el país. Cuando después de poner los pasaportes y las huellas dactilares ha salido el papelito blanco sin la famosa "X gigante", casi me da algo. Después el policía que nos ha puesto el sello en el pasaporte nos ha deseado un estupendo viaje. Toma ya. Me he pellizcado un par de veces por si acaso pero, efectivamente, no ha sido un sueño.

Luego hemos esperado al shuttle del hotel y, menos mal que lo hemos visto a tiempo, porque los del hotel no habían puesto por ningún lado cómo se organizaba el tema (ni siquiera funciona bien llamarles por teléfono!).

Ahora sólo queda ya descansar.

Qué sueño... ofu...