Lo que se ve en este plato que está cubierto de una salsa color crema son los "biscuits" de este lado del Atlántico. Cualquiera con unas mínimas nociones de inglés sabe que en Reino Unido una "biscuit" es una "galleta", pero resulta que aquí es un panecillo de masa blanda que se suele tomar de desayuno junto con una salsa espesa de carne de cerdo (sausage gravy). Ya lo vimos el primer día, pero como no sabíamos lo que era, no teníamos mucho interés en probarlo. Qué suerte tener unos amigos con los que aprender cosas desde primera hora de la mañana!
El desayuno se ha alargado mucho más de la cuenta porque, con riesgo de lluvia en todo el parque, no sabíamos bien qué zona elegir. Incluso la camarera del desayuno, Rachelle, nos ha intentado ayudar con la elección (resulta que en su día fue monitora de Scouts - jóvenes exploradores! - y conoce bien la zona).
Al final nos hemos quedado en la zona del Lago McDonald y hemos dejado el coche en el parking del hotel junto al lago para hacer la excursión hasta Fish Lake.
El comienzo ha sido algo duro, con subida continua y suelo lleno de "minas de caballo" (por decirlo de manera elegante). También gran parte del comienzo muestra los destrozos del incendio que causó una tormenta eléctrica en Agosto de 2017 (Sprague Fire). Pero tras cruzar el primer riachuelo, el bosque muestra su mejor cara, ofreciendo paisajes de cuento, como los que en su día pudimos ver en Olympic NP.
Es de las pocas excursiones en las que es más bonito el recorrido en sí que el premio final. Fish Lake se encuentra rodeado de muchos árboles y es complicado hacer una buena foto del mismo. Ha sido allí donde hemos parado para hacer un improvisado picnic sobre unos troncos, poniendo un par de ponchos sobre ellos para no mojarnos.
Por cierto, para las estadísticas: hemos tardado un par de horas en subir pero sólo una hora y cuarto para bajar. También me he resbalado un par de veces, pero en ambas he conseguido frenar a tiempo para evitar el desastre. Eso sí, a estas horas me está empezando a doler demasiado el antebrazo. Definitivamente, huele a antiinflamatorio nocturno en breve.
Una lluvia intensa nos ha pillado llegando al parking. Así que hemos aprovechado la cercanía del hotel para tomar algo y descansar un rato bajo techo.
El hotel es uno de esos edificios históricos de comienzos de S.XX que aún transmite el espíritu aventurero de los primeros exploradores y visitantes del parque. Según nos han contado, su demanda es tal que, para conseguir alojamiento, mejor hacerlo al menos con un año de antelación. Ahí es nada. Aunque en mi caso, entre el precio que tiene, la falta de conexión y la cobertura cero de la zona... casi que nos alojamos fuera del parque más tranquilos y sin ningún tipo de problema y/o presión.
Terminamos la jornada cenando en Three Forks. Ha caído de nuevo la trucha arco iris (imposible resistirse!) pero también un risotto de pollo y una hamburguesa de bisonte. Todo buenísimo. Además la camarera (cómo no!) ha sido simpatiquísima y nos ha hecho reír un montón cada vez que se acercaba a la mesa.
De verdad, que buen ambiente se respira en esta parte del país. ¿Por qué no será todo así siempre?
En fin, a descansar.
P.D: Antiinflamatorio tomado. Crucemos los dedos para que pueda dormir bien.
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