"Cuando abro cada mañana la ventana de mi cuarto es como si abriese el mismo libro en una nueva página"
(Mario Quintana)- -
Escribo estas líneas mientras cae el atardecer sobre este barrio periférico de Chicago y hago un esfuerzo casi titánico por no caer dormida encima en cualquier rincón de la habitación. Llevamos despiertos casi 20 horas y aún queda un poquito más hasta que podamos dormir definitivamente. Es duro, pero mejor hacer el esfuerzo y así no sufrir demasiado con el jetlag el resto de días.
Y es que hoy comenzamos unas esperadísimas vacaciones en tierras estadounidenses. Tras varios meses de preparación, llega el momento de disfrutar todo lo que hemos estado viendo en papel e internet. Repetimos plan con nuestros amigos también (ole!!) y ahora sólo queda cruzar los dedos para que las nubes nos dejen tranquilos durante estos días. A ver si hay suerte.
Hablando de suerte, de momento no podemos quejarnos. Es la primera vez que no tenemos ni un problema para entrar en el país. Cuando después de poner los pasaportes y las huellas dactilares ha salido el papelito blanco sin la famosa "X gigante", casi me da algo. Después el policía que nos ha puesto el sello en el pasaporte nos ha deseado un estupendo viaje. Toma ya. Me he pellizcado un par de veces por si acaso pero, efectivamente, no ha sido un sueño.
Luego hemos esperado al shuttle del hotel y, menos mal que lo hemos visto a tiempo, porque los del hotel no habían puesto por ningún lado cómo se organizaba el tema (ni siquiera funciona bien llamarles por teléfono!).
Ahora sólo queda ya descansar.
Qué sueño... ofu...
Pues a dormir y soñar con los angelitos que mañana empieza lo "gueno"
ResponderEliminar