Hoy hemos sido turistas en territorio para turistas. A ver, seguimos siendo los exóticos de estas latitudes, pero es que no somos perfectos y, de vez en cuando, nos gustan los retos, jeje!
Bromas aparte, la verdad es que no sabíamos muy bien donde nos íbamos a meter. Animados por la Lonely Planet (y por las buenas críticas que circulan por la red) hemos decidido hacer una de esas famosas rutas escénicas: Cascades Loop.
La ruta oficial empieza en Everett, pero nosotros empezamos en Monroe y así nos quitamos los 20 minutos iniciales de posibles atascos y circulación pesada. Durante toda la subida las vistas son impresionantes y merece la pena parar en esa especie de miradores improvisados para disfrutar mejor de las vistas y hacer fotos sin problemas.
Hablando de paradas, no hay que perderse la visita al pequeño pueblo de Leavenworth, divertido y raro a la vez, porque ofrece al turista poder trasladarse durante su estancia a un pueblo del sur de Alemania. Y es que tiene cuidado hasta el último detalle: casitas perfectas, cervecerías con carteles en alemán, y hasta una pequeña plazoleta con el típico Maibaum (palo de Mayo).
Por supuesto, el pueblo no surgió de la nada: a mitad de los años 60 se decidió reactivar la economía del mismo modificando fachadas de casas y negocios en activo para conseguir atraer a los turistas. Fue tal el éxito que hoy puede presumir de haber hecho realidad el sueño de aquellos visionarios que decidieron copiar un poco la fórmula de Solvang, ese pueblo californiano de estilo danés.
A pocos kilómetros de Leavenworth, el paisaje cambia radicalmente. Seguimos rodeando la montaña, pero aquí el paisaje es casi desértico y la temperatura es muy diferente (esta mañana teníamos 6ºC y justo ahí hemos llegado a los 21ºC). Parece que las nubes descargan toda su fuerza al otro lado!
Winthrop es otro pueblo temático que siguió los pasos de Leavenworth para conseguir turistas a toda costa. Aquí dejamos la nostalgia europea para centrarnos en la época de la fiebre del oro y en el salvaje oeste americano. Muy curioso también.
Por cierto, mientras nos estábamos haciendo fotos, un señor nos ha oído hablar y nos ha preguntado de dónde éramos. Hemos empezado entonces una pequeña conversación en la que nos ha quedado muy claro que seguimos siendo los turistas más lejanos (y menos convencionales) de esta esquina del país. Supongo que esto es como si un día me encuentro en un pueblo castellano a un tipo de la isla de Java. Si. Será algo así.
Terminamos el día volviendo a las montañas. El North Cascades Park se encuentra justo en la frontera con Canadá y aquí la temperatura vuelve a caer hasta los 10ºC. Hay que aprovechar los pocos miradores que hay para hacer fotos, porque merece mucho la pena. Hemos cruzado un par de puertos de montaña, pero justo llegando al Rainy Pass, la casualidad ha querido que veamos de primera mano de dónde viene su nombre.
Hemos llegado a Marblemount casi a las 6PM, dentro del margen esperado. Aquí no funcionan los móviles y gracias a la wifi del hostal podemos comunicarnos con el mundo exterior. Esperemos que no falle nada durante las siguientes horas. Mañana nos espera una excursión muy interesante por el corazón de las montañas y tenemos que darlo todo.
Ay ay ay!!!
Es curioso, para atraer turistas tienen que imitar... y nosotros para reventar de turistas sólo tenemos que mostrar lo nuestro tal cual!
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