La ventaja principal de hacer noche en Everett es que puedes acercarte hasta la Boeing sin pillar atascos de ningún tipo. Nosotros teníamos visita a las 10AM, pero como hemos llegado con tanto tiempo, nos han ofrecido la visita de las 9:30AM. Estupendo!
La entrada incluye visita a la fábrica y acceso a la exposición "The Future of Flight". Es precisamente esto último lo que hay que poner en el GPS para que te lleve correctamente y no te veas haciendo la ruta poligonera de turno.
Justo al entrar en el edificio de la entrada hay muchas taquillas: es OBLIGATORIO dejar todas tus pertenencias alli (léase bolso, mochila, móvil, cámara de fotos...). Así que cuando empieza la visita te sientes muy raro. Unos minutos antes de la hora asignada, un aviso por megafonía avisa para que todo el mundo se prepare en la puerta. Tras ver un video promocional en el que se te suben los ánimos hasta el infinito y más allá, te subes al autobús y empieza el camino hasta la fábrica. Mientras tanto, la guía te empieza a contar cosas sobre el edificio, la empresa, los modelos de avión que vas a ver. Muy interesante!! Hemos visto la zona de los aviones grandes: B747, B767, B777 y B787. Toda una experiencia!!
Se me olvidaba. En la parte de la exposición sí se pueden hacer fotos y hasta puedes montar en un simulador de la patrulla acrobática de los Blue Angels.
Después de picar algo, hemos parado en el mirador por excelencia de la ciudad. Está en Kerry Park y, como se puede comprobar en la FOTO, merece la pena ver de primera mano uno de los skylines mas reconocibles del país. Que chulo!! A pesar de lo que decían, nos ha resultado bastante fácil dejar el coche casi junto al mirador (imagino que será distinto en verano, un fin de semana o al atardecer). Para los que vimos en su dia la serie "Frasier", en todo momento se nos viene a la cabeza la canción con la que su protagonista, Kelsey Grammer, terminaba cada capítulo: "Hey baby I hear the blues a-calling, tossed salad and scrambled eggs, quite stylish!!" Para los que no se acuerden o no pudieran verla, aqui la dejo... jeje!
Tras dejar el coche de alquiler, hemos llegado al hotel. Hemos tenido un pequeño inconveniente con la habitación (la ventana daba a una terraza con un generador enorme!), pero nos han cambiado sin problema a otra mucho mejor. Bien, bien!!
El centro de Seattle recuerda un poco a San Francisco: calles con cuestas imposibles a prueba de coches y de piernas. Sin embargo, aquí parece que no hay tanta vidilla en los muelles. Hemos visto la noria a lo lejos, pero con tanta obra y carretera fea, hemos vuelto a pasear por el interior. Así hemos llegado hasta el Gum Wall, un callejón de lo más peculiar, lleno de chicles pegados en la pared. Había leído hace unos meses que se había limpiado la zona, pero parece ser que hay muchos que se resisten a que desaparezca este "arte improvisado" (por llamarle de alguna manera).
Hmm, desde lejos no impresiona tanto, no? Si. Podría ser un cuadro puntillista! jeje!!
Más artesanal y sano resulta pasar por Beecher's, una tienda mítica en la ciudad, donde puedes comer mientras disfrutas de la elaboración artesanal de sus quesos. El local de Pike Place Market es pequeño, pero hemos tenido suerte y hemos pillado sitio junto a la cristalera. Muy curioso todo!
Por cierto, cada uno de sus quesos tiene un nombre especial y el que hemos probado con cangrejo (Flagship) estaba riquísimo.
En la planta 73 del Columbia Center se encuentra un mirador 360º de la ciudad. Hemos aprovechado los últimos rayos de sol para ver cómo todo se iba llenando poco a poco de pequeñas luces. Muy bonito. Y al fondo, cómo no, la emblemática Space Needle, el símbolo indiscutible de la ciudad.
Por cierto, para subir al mirador, hay que comprar un ticket en la máquina que hay junto al hall de entrada y todo se hace con tarjeta siguiendo las instrucciones del cartel de la pared. Después hay un ascensor hasta la planta 40 y allí hay que recorrer un tramo de pasillo hasta el otro ascensor que lleva hasta la 73. No está mal el sistema para evitar aglomeraciones innecesarias en el edificio.
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El centro de Seattle recuerda un poco a San Francisco: calles con cuestas imposibles a prueba de coches y de piernas. Sin embargo, aquí parece que no hay tanta vidilla en los muelles. Hemos visto la noria a lo lejos, pero con tanta obra y carretera fea, hemos vuelto a pasear por el interior. Así hemos llegado hasta el Gum Wall, un callejón de lo más peculiar, lleno de chicles pegados en la pared. Había leído hace unos meses que se había limpiado la zona, pero parece ser que hay muchos que se resisten a que desaparezca este "arte improvisado" (por llamarle de alguna manera).
Hmm, desde lejos no impresiona tanto, no? Si. Podría ser un cuadro puntillista! jeje!!
Más artesanal y sano resulta pasar por Beecher's, una tienda mítica en la ciudad, donde puedes comer mientras disfrutas de la elaboración artesanal de sus quesos. El local de Pike Place Market es pequeño, pero hemos tenido suerte y hemos pillado sitio junto a la cristalera. Muy curioso todo!
Por cierto, cada uno de sus quesos tiene un nombre especial y el que hemos probado con cangrejo (Flagship) estaba riquísimo.
En la planta 73 del Columbia Center se encuentra un mirador 360º de la ciudad. Hemos aprovechado los últimos rayos de sol para ver cómo todo se iba llenando poco a poco de pequeñas luces. Muy bonito. Y al fondo, cómo no, la emblemática Space Needle, el símbolo indiscutible de la ciudad.
Por cierto, para subir al mirador, hay que comprar un ticket en la máquina que hay junto al hall de entrada y todo se hace con tarjeta siguiendo las instrucciones del cartel de la pared. Después hay un ascensor hasta la planta 40 y allí hay que recorrer un tramo de pasillo hasta el otro ascensor que lleva hasta la 73. No está mal el sistema para evitar aglomeraciones innecesarias en el edificio.
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Boeing , cangrejos, dos tipos de marcha un tanto parecidos porque los dos llegan a su meta aunque con un "poquito" de diferencia!
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