Esta mañana, quizá en un arranque nostálgico europeo, nos hemos ido a desayunar a The Crumpet Shop, un local de Central Market donde sirven "crumpets". Y esto que es? Pues ni más ni menos que un bollito redondo achatado muy rico que hacen en Reino Unido. No se ve bien en la foto porque los hemos pedido con huevo, salmon, jamon y queso, pero creo que por el tamaño uno se puede hacer a la idea más o menos del concepto. Por cierto, esta tienda es de esas modernas "mega-ecológicas" y demás, así que al final comes mientras piensas que eres el más colaborador y sostenible medioambientalmente hablando. Pues nada, ahí queda nuestro granito de arena.
Hoy hemos estado entretenidísimos en la zona del Space Needle. Para ir hasta alli, hemos montado en el Monorail - que, al igual que la torre, también se construyó en 1962 para la Exposición Universal "Siglo XXI" -. El trayecto ida y vuelta cuesta 4,50$ y merece la pena si se quiere optimizar bien el tiempo (20/25 minutos andando se convierten en 2 minutos casi instantáneos, sin atascos ni semáforos).
Los billetes se compran justo en la taquilla de acceso a la via (en la 5ª Avenida con Pine St)
La llegada al Space Needle ha sido una gozada: no hemos tenido que esperar nada! Y una vez dentro, en la parte inferior, hay una pequeña exposición sobre la construcción e historia de la torre. Merece la pena mirar con detenimiento los paneles (algunos tienen material interactivo para complementar la visita) porque es muy interesante. Por cierto, la mítica serie de dibujos animados "Los Supersónicos" también se estrenó coincidiendo con la Exposición Universal (las casas y la estética que se ven en la serie recuerdan un poco al Space Needle, y la acción transcurre en un hipotético 2062, justo un siglo después de la inauguración!)
El ascensor hasta el mirador tarda unos 45 segundos y desde arriba se tiene una buena perspectiva de la ciudad, aunque tras la construcción del Columbia Center (donde estuvimos anoche) ha perdido un poco de protagonismo como mirador preferido.
Por cierto, una curiosidad: dicen que los arquitectos escriben sus notas y grandes ideas en servilletas de papel. Pues bien, lo que se ve en esta FOTO es la servilleta que dió origen a la torre: Edward Carlson, hombre de negocios que consiguió llevar la Exposición Universal a Seattle, fue el visionario que cambiaría el skyline de la ciudad para siempre. Que chulo, eh?
Junto a la torre se encuentran los Chihuly Gardens. Su autor, Dale Chihuly, es un especialista en vidrio soplado cuyas fantásticas obras están repartidas por todo el mundo. Nosotros ya habíamos visto un par de ellas (en Londres - Museo V&A - y en Las Vegas - Hotel Bellagio), pero aquí el autor se recrea hasta límites insospechados y ofrece un espectáculo total. El museo incluye piezas tanto en interior como en exterior y se puede comprar la entrada junto con la de la torre.
Muy recomendable.
Muy cerca se encuentra el EMP Museum, un lugar imprescindible para los amantes de la música (en especial rock&roll). Además de sus zonas únicas dedicadas a Jimi Hendrix y Nirvana (bien!!), se puede tener la oportunidad de imitar a un profesional tocando instrumentos de verdad, tal y como lo hacen en los estudios de grabación. El tiempo máximo en cada box es de 10 minutos (ojo que si te pasas, los instrumentos dejan de sonar). Nosotros nos hemos metido en uno en el que había batería, guitarra y teclado, y nos lo hemos pasado como enanos haciendo fotos y videos para la posteridad (qué atrevida es la ignorancia, jaja!)
En el mismo museo hay otras zonas dedicadas a la ciencia ficción, a la cultura pop y a la fantasía. Precisamente en esta última hemos visto trajes y armas originales usados en diferentes películas: "El Señor de los Anillos", "El Mago de Oz", "Los Inmortales", "Las Crónicas de Narnia", la saga de Harry Potter, "La Princesa Prometida"... y ahora mismo no recuerdo si había alguna mas. Muy chulo todo. Aquí se pueden hacer fotos (al igual que en el resto del museo) pero sin flash. Y mejor que sea así, tanto por conservación como por resultado (quién quiere una foto de recuerdo estropeada por un destello blanco??)
Tras una parada técnica en el hotel, hemos ido a cenar al Brooklyn, un restaurante especializado en pescados y mariscos. Hemos comido estupendamente, aunque destaco sin duda el chinook (salmón rey) de Alaska. Estaba muy bueno, con un toque final ahumado fantástico.
De vuelta al hotel hemos empezado a recordar algunos momentos de este viaje - hoy es nuestra última noche y mañana nos espera un largo camino de vuelta a casa -. Qué pena! Y qué rápido se ha pasado!!
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Vamos por partes muchachos, la foto que más me ha gustado es la de ¡¡¡los bollitos!!! en grande están de muerte! Ha sido genial este último dia de la singladura washintona, os habeis quitado de encima un montón de años!!!
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