Para el almuerzo de hoy hemos comprado unos bocatas en una panadería de la calle principal que tenía una pinta estupenda. Y luego, hemos pillado el tren cremallera hasta Rotenboden, donde íbamos a empezar nuestra maravillosa excursión del día (Riffelseeweg).
Nos las prometíamos muy felices, con nuestras mochilas y cámaras en mano, pero cuando hemos bajado en la estación nos hemos encontrado demasiada gente.
Y es que un grupo ENORME de chinos comenzaba su día de excursión a la misma hora que nosotros. Todos en fila, siguiendo al guía, han ido hasta el lago. Obviamente, ante tal avalancha asiática de móviles con palo-selfie y cámaras, nos hemos quedado mucho más atrás y les hemos dado un tiempo para que al llegar nosotros tuviéramos las vistas despejadas. Lo hemos conseguido sin problema (ellos son rápidos y nosotros teníamos tiempo de sobra), y la prueba está en esta foto del lago: en primera fila y sin molestias.
Claro que tampoco íbamos a tener mucho tiempo en soledad: a los pocos minutos, otro grupo ENORME de japoneses lo ha colapsado todo. Aunque, a diferencia de los primeros, aquí todo era más tranquilo y sin tanto ruido, con mucha educación y guardando el turno como campeones. Ni punto de comparación.
Por fortuna, nuestra ruta incluía un desvío que ninguno de estos dos grupos ha tomado, así que tras alejarnos de la zona del lago, todo ha sido tranquilidad y disfrute en paz por el campo, rodeados por la maravillosa compañia de los cuatromiles del vecindario. Precioso!
La excursión terminaba en Riffelberg (2.582m). Cuando nos estábamos acercando hemos visto un montón de gente esperando el tren cremallera de bajada (chinos y japoneses, fijo!), pero nosotros hemos preferido bajar en telecabina hasta Furi, porque nuestros planes continuaban algo lejos de Zermatt. De hecho, después hemos pillado otro de subida hasta Schwarzsee (2.583m) y desde allí uno más hasta Trockener (2.939m).
Es aquí donde nos ha dado ya hambre y teníamos intención de comer en un lugar tranquilo con buenas vistas al Cervino.
Pero al intentar salir de la estación de esquí, hacía un viento bastante fuerte y se notaba que la temperatura había bajado un montón, así que mirando por los pasillos interiores hemos encontrado unos bancos muy apañados donde poder sentarnos a comer el bocata.
No han pasado ni 5 minutos cuando un par de chinas nos han descubierto y se han sentado en el banco perpendicular al nuestro. Nos hemos saludado mutuamente con la cabeza y hasta ahí todo iba bien. Pero es que a los pocos minutos han llegado otras dos y se han sentado junto a estas. Y al rato otra, en solitario, justo a mi lado. Y cuando nos hemos querido dar cuenta, teníamos casi montada la sede del Banco Popular de China. Jiji. Literal!!! Es entonces cuando hemos dejado de ser espectadores interesados a ser ese interesante objeto de todas las miradas rasgadas. Tremendo!! Aunque más tremendo ha sido cuando absolutamente todas las excursionistas han sacado su tupper de comida oriental, sus palillos y su té. Nuestra cara tenía que ser un auténtico poema. Pero es que cómo no íbamos a alucinar con tuppers y palillos metálicos (!!!) - por favor, que eso pesa un montón!!! -. Me he quedado con ganas de grabar un video, pero lo único que he podido hacer es esta discreta foto a los pies. Madre mia.
El último tramo en telecabina ha sido espectacular. Quizá el trayecto más impactante que podíamos hacer en estas fechas veraniegas. Porque la subida hasta el Klein Matterhorn nos ha dejado a 3.883m y con una temperatura de 2ºC. Ahí es nada. Y las vistas no tienen precio. Hemos pasado por encima del Unterer Theodulgletscher (Glaciar Theodul inferior), que es justo lo que se ve en la foto, y nos hemos quedado sin palabras. Que pasada.
Una vez arriba, se puede acceder a la terraza - mirador 360º y disfrutar de las mejores vistas de la zona. Eso si, mejor que no haya muchas nubes o el esfuerzo quedará un tanto deslucido. En nuestro caso, como llevamos todo el día con el Cervino medio oculto, nos ha dado un poco igual, pero imagino que puede ser frustrante tanto trayecto para no conseguir el objetivo al 100%. Por cierto, hemos visto una expedición coronando el Breithorn (4.164m), justo la montaña que se ve a la izquierda de la foto.
Ya en el valle de nuevo, hemos aprovechado que el telecabina nos dejaba casi en las afueras de Zermatt para acercarnos hasta Gornerschlucht, una garganta natural creada durante siglos gracias a la impresionante fuerza del agua.
La entrada cuesta 5CHF y sólo aceptan pago en metálico. El recorrido puede durar unos 20 minutos mas o menos y, aunque sea de doble sentido, en algunos tramos es bastante complicado cruzar con otra persona. Los tramos de escalera de madera tienen los peldaños muy pequeños, así que no queda mas remedio que subir y bajar de espaldas por seguridad. Como hemos llegado a última hora de la tarde había muy poca gente y hemos podido movernos y hacer fotos sin problema.
La ducha de esta tarde nos ha sentado a gloria. Hoy se nota el cansancio mucho más: subir y bajar escaleras es casi un reto!!
Para reponer fuerzas nos hemos ido a comer al
Da Nico, un italiano que nos habían recomendado en el hotel. Irónicamente, no hemos pedido ni pizza ni pasta, sino una parrillada de pescado que estaba de escándalo. Quien lo diría, eh?
Por cierto, han empezado a caer las primeras gotas de lluvia durante el trayecto al restaurante y durante la cena. Parece que la previsión empieza a cambiar, tal y como habían dicho. Esperemos que mañana nos de un pequeño respiro, al menos por la mañana.
En fin, a dormir y a descansar... que creo que lo necesitamos urgentemente!!!