Suiza 2017 - 23 JUL (dia 8)

Ahora sí que sí hay que cerrar bien las maletas y decir adiós a este fantástico viaje. Se nos ha pasado el tiempo rapidísimo y, como todo buen descanso vacacional, nos ha servido para estar muy desconectados de la rutina diaria. Objetivo más que cumplido.

Hemos dejado el coche en el aeropuerto (no sin antes descubrir que las gasolineras que están más cerca de éste son las más caras con diferencia de todo el país, ejem!) y luego hemos pillado el shuttle hasta el edificio terminal. Todo ha sido muy rápido. Quizá demasiado. Y por un momento he echado de menos esa tranquilidad que ofrece siempre la excursión por la montaña, a tu ritmo y disfrutando de cada paso. 

Si. Va a ser duro volver esta semana al trabajo.

Cosas que vamos a echar de menos:

- Las vistas del Cervino desde la ventana de la habitación... snif, snif...
- El Peak Pass... (por favor, hay que tener uno de estos de nuevo ya!)
- Vertical Radio (!!!) - nuestra compañera indiscutible en los trayectos de coche. Que buena música! (el dichoso reaggetón aquí ni se conoce!! Larga vida al Rock!)
- Las simpáticas "Leopoldas" yendo de un lado para otro.
- Los bocadillos de Fuchs... ñam ñam!
- Llenar de agua frequita las botellas todas las mañanas en "la fuente de las marmotas"

Y, aunque me cueste decirlo,...

- Esa imagen a las 6 de la mañana de tropecientos chinos en el puente de Kirchstrasse, todos cámara en mano, intentando sacarle una foto al Cervino. Y daba igual si estaba cubierto, si llovía, si tenía una nube tapándolo todo. Tremendo.

Hasta la próxima, Alpes Suizos.
Volveremos!!


"Climb every mountain
Ford every stream
Follow every rainbow
'Till you find your dream"

:)

Suiza 2017 - 22 JUL (dia 7)

Cerca de Montreux se encuentra la famosa fábrica de chocolate de Cailler. Hace 5 años no conseguimos verla porque llegamos por la tarde y las visitas ya estaban casi completas (creo recordar que se hacían por idiomas). Pero parece ser que desde hace un año o así han conseguido un poco más de orden y fluidez gracias al invento de la foto: la "chocoguía". 

Lo sé. El nombre es de risa, pero es un sistema genial y mejor que una audioguía tradicional. El aparato en cuestión tiene un sensor y cuando se aproxima a uno de los pequeños cuadrados emisores colocados estratégicamente a lo largo del recorrido, se activa y empieza la narración en el idioma seleccionado inicialmente. Una vez más, tener auriculares facilita muchísimo ver bien todo y hacer fotos, jeje!

Por cierto, que la visita (regulada obligatoriamente en pequeños grupos) empieza con una breve historia del chocolate, del señor Cailler, sus diversas alianzas para sobrevivir y su implicación en el mercado nacional e internacional. Después llegan las explicaciones sobre la elaboración del chocolate y la degustación (te enseñan cómo saborearlo estupendamente con una porción). Finalmente, tras ver un poco la cadena de montaje, llega el momento que todo chocolatero está esperando: "la gran cata". Y es que sobre un gran mostrador, hay unas 6 ó 7 bandejas de pequeñas porciones listas para ser devoradas (y si a alguien no le gusta, no pasa nada, porque ya vendrá otro detrás a ocupar ese hueco vacío!).

Hemos tenido suerte yendo a primera hora, porque la parte interactiva se disfruta muchísimo más siendo pocos (en nuestro grupo éramos 5), pero cuando estábamos en la parte final ya nos han alcanzado varios grupos posteriores que, entiendo, se habrán saltado paneles interactivos (incluso los tranquilos pasos de cómo se hace una degustación) para ir directamente al final. Una pena, porque se ha formado un tapón de gente un tanto incómodo delante del mostrador y aquello ya no era lo mismo. Así que queda claro que, para esta visita, lo mejor es estar allí a la hora de apertura... y, si se puede, fuera de fin de semana.

Con tanta historia se nos ha pasado la mañana volando y, aprovechando que la fábrica se encuentra a pocos kilómetros de Gruyères, nos hemos acercado allí a comer. 

Esta vez nos ha tocado dejar el coche en el parking 1, el más lejano (al módico precio de 5CHF) y subir por tanto la cuesta entera. No está nada mal, teniendo en cuenta que ya habíamos visto el pueblo en su día... y así llegábamos con más ganas para tomar la imprescindible fondue local. En Le Chalet de Gruyères nos han servido una riquísima y, a sugerencia de la camarera, sólo hemos tomado agua al comienzo, para evitar la clásica pesadez de este plato. Genial, oiga!

Como no podía ser de otra manera, el café nos lo hemos tomado en el bar del Museo HR Giger. No sé si es que hemos llegado a la hora perfecta, pero hemos conseguido sitio fácilmente en la barra. Además de pedir un "Alien Coffee" y un "Giger Coffee", nos hemos divertido muchísimo haciéndonos fotos y más fotos. 

Nota: Hemos encontrado una mejora importante con respecto a la vez anterior. Ahora, hay más sitios disponibles en general en todo el local. Incluso junto a los sillones de la barra han puesto unos taburetes del mismo color (que no desentonan para nada!). Bien por el visionario de turno!

Ya en carretera nos hemos dirigido hacia la que será nuestra última parada del viaje: Lausanne. Que se pronuncia /LóZaN/ (ni "LAUsán" ni "LáuSSaNE"), aunque esa "o" acentuada se hace tan cerrada que a veces suena un poco como "u"). Filologadas aparte, la ciudad nos ha sorprendido gratamente. Aún conserva bien las pequeñas y empinadas calles de su casco histórico, incluso tiene esos tejaditos "anti-mal tiempo" tan monos sobre las escaleras que suben hasta la parte de arriba. Y, una vez alli, uno puede disfrutar de la visita a la catedral y de la subida a su torre (que con 224 escalones, se hace en varios tramos y no es nada pesada). 

Pero si por algo es conocida Lausanne, es por ser la sede del Comité Olímpico Internacional (COI) y, por tanto, considerada como la "Capital Olímpica" por excelencia. 

Aquí se encuentran también el Museo Olímpico (no hemos podido verlo por falta de tiempo) y el Parque Olímpico. Ha sido en este último donde hemos hecho varias fotos temáticas con sus esculturas y estatuas modernas (algunas "demasiado" modernas) hasta que han aparecido las primeras gotas de lluvia. 

La verdad es que hemos agradecido mucho que descargaran las nubes. La humedad en esta zona hace que el cuerpo esté más agotado de lo normal. Definitivamente estábamos mejor en las montañas - pero muchísimo mejor!! -. 

El postre de esta noche (a modo ya de despedida) ha sido un helado especial de Mövenpick. No podíamos irnos de otra manera. En unas horas toca hacer bien la maleta y necesitamos mucha energía para ello, jeje!

Qué rápido se nos ha pasado el viaje. 

Buenas noches!

Suiza 2017 - 21 JUL (dia 6)

No había nada de prisa por salir del hotel esta mañana. Ni ganas. Pero no queda más remedio que continuar el viaje (y las vacaciones, oiga!, que aún nos quedan unos dias más, jeje)

Al hacer el check-out nos han ofrecido transporte gratuito a la estación de tren y, tras pensarlo bien, lo hemos aceptado. Así que, después de tantos días viendo "Leopoldas" de un lado para otro, por fin tenemos una a nuestra disposición. Y es toda una experiencia!!

** NOTA: llamamos "Leopolda" genéricamente a todo micro-autobús que vemos desde el viaje a Florencia donde, todos los días nos cruzábamos con uno que tenía el cartel "LEOPOLDA" puesto encima. Nos hizo tantísima gracia que decidimos incorporarlo a nuestra pequeña jerga diaria.

El tren nos ha dejado de vuelta en Täsch y, tras pagar el parking de estos días, hemos ido hasta el coche. Y ahí seguía tan majete, al lado del pedazo de Corvette del cantón de St Gallen, como si fuera su hermano pobre. 

En cuanto hemos salido de valle, la temperatura ha empezado a subir estrepitosamente, llegando casi a los 30ºC. Que calorrrr!!! Es más, cuando hemos parado a comer en un área de descanso cerca de Sion, hacía tanto calor que casi nos da algo. Por cierto, al estar tan cerca de zonas de viñedo, el propio área tenía mesas y taburetes al más puro estilo Picapiedra y una parras a modo de toldo natural. Chulisimo!!!

Las nubes que empezábamos a ver al salir del área de descanso nos estaban esperando en Montreux. Eso sí: han tenido la amabilidad de dejarnos aparcar y entrar con las maletas en el hotel sin mojarnos. Incluso nos han dejado pasear un poco por la zona del lago. Pero justo cuando llegábamos hasta la Place du Marché ha empezado a diluviar como si no hubiera un mañana. Impresionante. Nos hemos metido sin dudarlo bajo el techo del mercado junto con otros incautos que, como nosotros, estaban disfrutando del calor húmedo del día. Y en cuanto ha empezado a perder fuerza el agua, hemos salido corriendo a hacer fotos junto a la estatua de Freddie Mercury. Qué gran momento!! Porque alli hemos estado casi 5 minutos gloriosos como si se tratara de un reportaje, disparando fotos bajo el paraguas mientras la estatua seguía siendo sólo para nosotros. Quién dijo que la lluvia era un incordio?? Poco después ha dejado de llover y, como si se tratara de una estampida de búfalos, ha salido gente de todos sitios y la estatua ha vuelto a estar tan concurrida como siempre. De hecho, aquí ya estuvimos hace 5 años y fue imposible hacer una foto decente. Gracias lluvia, gracias!!

Montreux ofrece también una pequeña sorpresa para los que disfrutamos con la música de Freddie Mercury y su grupo: dentro del casino Barrière, se encuentra The Queen Studio Experience. Según entras por la puerta giratoria principal, hay que ir hacia la izquierda y a pocos metros ya se ven los carteles de la exposición. El folleto explicativo cuesta 1CHF y dentro se pueden ver objetos de merchandising, recortes, papeles con letras de canciones, fotos, trajes de Freddie que usaba en los conciertos... y hasta puedes escuchar videos. He disfrutado especialmente con el video de "Bohemian Rhapsody". Ohhh...


Toda la exposición se encuentra en los antiguos estudios de grabación Mountain que los componentes de Queen compraron en su día y en el que grabaron sus últimos 7 discos. Y en una sala (donde se puede aprender cómo funciona una mesa de mezclas) han puesto una placa en el suelo justo en el último sitio donde estuvo Freddie grabando antes de pasar a mejor vida.

En fin, una visita MUY recomendable para los Queen-eros!

Cuando hemos terminado de ver todo estaba lloviendo fuerte de nuevo. El pueblo tampoco es que tenga una oferta tremenda en servicios al turista, así que como ya iba siendo hora de tomar algo, nos hemos ido al Barrel Oak, un pub irlandés enorme y con vistas al lago donde han caido un par de hamburguesas con patatas y una rica cerveza tostada. 

De vuelta al hotel hemos comprobado por qué nos gusta más el ambiente de montaña. No es este el sitio para ponerme a explicar mis gustos, pero digamos que aquí no existe ese código no escrito de normas de respeto hacia el otro huésped. En fin... paciencia.

Y, buenas noches!

Suiza 2017 - 20 JUL (dia 5)

Creo que viene bien comentar que, además de los paneles electrónicos de la estaciones del pueblo (ver FOTO), es fundamental consultar todos los días la página oficial de Zermatt para planificar bien los trayectos.


Entre otras cosas, ahí se puede ver la previsión meteorológica, la intensidad del viento, la situación de los enlaces entre las diferentes zonas (telecabinas, tren cremallera, etc), y unas cuantas webcams para saber qué puedes esperar ahí arriba. Muy MUY útil. De hecho, hoy nos ha ayudado mucho a decidirnos, porque aquí ha amanecido todo gris y lluvioso.

Cuando he visto la webcam no me lo podía crer: que vamos a volver a Rothorn!!! Sí, sí... justo donde nos quedamos ayer atrapados por culpa de la tormenta. 

Éramos muy pocos en el funicular, así que imagino que hoy el grupo de asiáticos se habrá quedado en el hotel tomando té o jugando al go. A saber. Y, como se puede ver en la foto, a mitad de camino hemos salido de nubes tal y como esperábamos. Yuju!!!

Animados por el buen tiempo, hemos parado un poco en Blauherd para hacer fotos desde el mirador. Quién diría que con nubes el entorno luce aún mejor (y eso que el Cervino casi no se ha podido ver en tooooodo el dia!)

Y justo a pocos metros de la salida, había un pequeño rebaño de ovejas de hocico negro de Valais (Valais Black Sheep). Estas simpáticas ovejas son originarias de esta zona y tanto machos como hembras tienen cuernos. No sé cómo serán otros rebaños pero justo éste debe de estar muy acostumbrado al contacto con turistas. Sirva como ejemplo la oveja de esta foto. En cuanto me ha visto, ha empezado a acercarse poco a poco, pero en cuanto he sacado la cámara para hacer la foto... se ha parado en seco (!!!) como si supiera de alguna manera que así sale mejor. Tremendo.

Hacía bastante frío en Rothorn - ojo, que ya estamos a 3.100m - pero eso no ha impedido que hagamos un pequeño paseo panorámico (la famosa "ruta de los picos") para disfrutar de las impresionantes vistas que teníamos alrededor.

Además de los carteles informativos (en inglés, frances, alemán y japones) con el nombre de cada pico, quién lo coronó por primera vez, una piedra del mismo que lo simboliza y una frase a modo de inspiración, también hay unas vistas buenísimas del Glaciar Findel (Findelgletscher).

La Blumenweg (o "trail de las flores") es una ruta muy bonita especialmente indicada en verano para los amantes de las flores. Es precisamente en esta época cuando todo se llena de colores y mariposas, y uno ya no sabe ni donde mirar para encontrar la flor que aparece en el panel explicativo de turno (sí, hay bastantes y son todos muy interesantes - y vienen muy bien para las fotos, jeje!). Lo que se ve en la foto es un Aster de los Alpes (bueno, y una polilla diurna, que se llama Six-spot burnet moth ó Ziygena de seis puntos). Y por si alguien tenía curiosidad, que sepa que no hemos encontrado ninguna Edelweiss. Lo hemos intentado buscando atentamente pero nada de nada.

NOTA: aunque los carteles indiquen un tiempo estimado para hacer la ruta, hay que tener en cuenta que los tiempos se alargan irremediablemente porque hay mucho que fotografiar y disfrutar.

Y aquí, como en cualquier otra ruta, siempre hay que estar atentos al mundo animal, porque en cualquier momento puede aparecer algo interesante. De hecho, hemos visto una marmota cruzando lo que en invierno tiene que ser una pista de ski. Estaba un poco lejos para hacer una foto decente, pero lo que sí hemos visto relativamente bien es un pequeño grupo de cabras de cuello negro (también originarias de esta región de Valais). No las había visto en mi vida - bueno, las recordaba de los créditos finales de Heidi, la serie de dibujos animados japonesa, pero poco más.

Si alguien quiere recordar el "moshimó - chiisana...", aquí dejo el video, jeje!!


Qué recuerdosss!!!

De vuelta ya en Zermatt hemos visitado el Matterhorn Museum, un sitio muy interesante para aprender cómo era la vida en el pueblo en los años de las primeras expediciones a la famosa montaña. Es genial poder visitar este pequeño pueblo del pasado, con sus casitas, aperos, el primer gran hotel (donde estuvieron importantes personalidades como Churchill o T. Roosevelt), la iglesia, el establo, en fin, todo muy bien montado. También hay una zona donde hay diversas proyecciones en bucle (la del rescate en helicóptero es impresionante) y en la parte superior del museo hay una exposición sobre la primera vez que se coronó el Matterhorn y el fatídico accidente que se produjo en la bajada, donde 4 excursionistas perdieron la vida. Por cierto, que esto se organizó en 2015 con motivo del 150 aniversario de esa primera expedición y, debido al éxito, aún sigue prorrogada dos años después.

Mas info, AQUI y AQUI

De vuelta al hotel hemos colgado nuestra ropa de montaña por última vez en este viaje. Qué le vamos a hacer.

Y ya duchaditos y limpitos nos hemos ido a cenar al 1818, un restaurante modernillo donde hemos tomado un "menu sorpresa". Esto significa que no tienes ni idea de lo que vas a comer y beber, aunque eso sí antes te preguntas si no te gusta algo o tienes alguna alergia. En nuestro caso, hemos tenido lubina con espinacas y arroz negro, después ternera y rollitos de tiras de cerdo acompañado con polenta y verduras, y de postre variado con helado de fresa. Todo muy rico!!

Cuando hemos salido del restaurante había un jolgorio tremendo en la calle principal. Uno de los bares tenía altavoces que daban al exterior y la gente estaba bailando y pasándoselo muy bien, mientras unos puestos servían queso caliente, sangría y alguna cosilla mas. Supongo que esto tendrá relación con el cartel de "FIESTA ESPAÑOLA EL DIA 20" que vimos frente a la estación de tren nada más llegar a Zermatt. Si es que lo nuestro no entiende de fronteras, jaja!!

Buenas noches, Macarenaaaa... ayyy!!!


Suiza 2017 - 19 JUL (dia 4)

En la vida siempre hay que esperar lo inesperado. Por eso, cuando vas a primera hora a pillar el telecabina y te encuentras a tropecientos esquiadores en modo acampada, ya puedes esperar fijo alguna sorpresa. Podíamos haber preguntado qué pasaba, pero es que teníamos algo de prisa por llegar hasta el mirador del Klein Matterhorn cuanto antes (iba a estar todo despejadísimo hasta mediodía) y al ver el telecabina moverse, nos hemos adelantado hasta los tornos de entrada y hemos subido sin miramientos. 

Pero era todo un poco extraño, porque casi nadie parecía enojarse al vernos entrar y los de la entrada ni se han molestado en pararnos. Para colmo veíamos mochileros bajar en los otros telecabinas y no parecían muy emocionados con la idea. 

Cuando hemos llegado a Trockener, el último enlace hasta la cima, hemos descubierto el misterio: la tormenta de anoche había estropeado algunos sistemas eléctricos y, entre otras cosas, el telecabina estaba fuera de servicio. Como teníamos 30 minutos de espera hasta saber más noticias (porque obviamente todo parecía indicar que pronto estaría funcionando de nuevo), nos hemos metido en una sala especial que han montado para presentar el futuro super-telecabina que podrá transportar a mucha mas gente hasta lo alto del Klein Matterhorn. La sala tiene varias pantallas y paneles muy interesantes, pero lo mejor de todo son estas gafas de realidad virtual donde uno puede verse metido literalmente en la futura cabina que estará en funcionamiento en poco más de año y medio. Una chulada. Estoy convencida de que en nada tendremos más cascos de estos invadiéndolo todo. Temblad iphones del mundo!!

A las 9:30am han dado por buena la reparación y el telecabina ha salido finalmente hasta la cima. Bien!! O no tan bien... porque allí también había hecho estragos la tormenta. Y justo el ascensor que llevaba hasta el mirador estaba cerrado. Tampoco funcionaban las instalaciones de las pistas de ski, ni la zona de skateboard. Pero sí estaba abierto el Glacier Experience. Así que en un visto y no visto nos hemos adentrado en el glaciar y nos lo hemos pasado genial en los túneles excavados dentro del mismo. Además de varias salas con estatuas de hielo, hay un pequeño túnel a modo de tobogán donde puedes deslizarte ayudado por una especie de almohadilla de plástico. No sé si esto será exclusivamente de niños, pero como alli no había nadie más que nosotros y un par de parejas de adultos, todos lo hemos probado sin dudarlo... jejeje!!!

Cuando hemos terminado nuestro momento de risas y fotos, hemos subido hasta la planta principal para descubrir que el mirador seguía cerrado. Hemos salido entonces a hacer fotos en la nieve. Muchisimos escaladores salían a hacer sus rutas diarias mientras que otros como nosotros seguían haciendo tiempo esperando que el mirador volviera a estar disponible. 

Pero no. No ha podido ser. A las 11:30am, cansados de tanta incertidumbre, nos hemos bajado a Trockener. Y justo a mitad de camino, mientras estábamos entretenidísimos haciendo fotos al Cervino, el operario nos avisa que "debido a un fallo técnico" los telecabinas pequeños no funcionan y nos toca bajar en uno grande hasta Furi. Vaya con la tormenta.

Lejos de alterarnos, hemos cambiado un poco de planes y nos hemos ido a tomar el bocata a Gornergrat. Las vistas eran espectaculares, aunque ya el Cervino estaba medio cubierto y una sospechosa masa de nubes avanzaba sigilosamente a lo lejos. Sin embargo, nosotros estábamos a lo nuestro, comiendo y compartiendo zona de bancos con un grupo de chicas vietnamitas. Chicas que, al igual que las chinas de ayer, se habían llevado su tupper y palillos. Para no perder el ritmo, supongo (jeje!). En un momento dado, una se ha levantado con la comida en mano y le han hecho una foto para inmortalizar el momento. Ya me estoy imaginando a sus amigas a la vuelta: "pero tía... ¿cómo has sobrevivido tantos días con esa comida occidental tan raruna? - Boh, pero si yo sólo he probado mi propia comida; hasta me la he llevado a lo más alto!"

Lo que se ve en la foto es el cielo de las 3pm aproximadamente visto desde Rothorn. Para entonces ya habíamos bajado y subido de nuevo con la intención de dar un paseo por esta zona. Pero no ha podido ser. De hecho, a la subida nos hemos quedado parados casi un minuto porque había caído un rayo por algún sitio cercano. Además el telecabina ha hecho un balanceo un tanto extraño y el pobre operario nos ha dicho que lo mismo ésta sería la última subida del día. Cuando nos hemos bajado se ha puesto a llover bastante fuerte, con truenos... y granizo (!!!). Porque aquello no era una simple lluvia, sino una tormenta de montaña en condiciones.

Los 15 turistas de turno nos hemos quedado bastante contrariados con la situación. Teníamos unos 20 minutos hasta que saliera de nuevo el telecabina, pero aquello no pintaba nada bien. Hemos salido a hacer unas cuantas fotos rápidas y en nada ya estábamos sentados en el mismo sitio. 

A pocos minutos de la hora señalada, ha aparecido el operario: hay que esperar a que pase un poco tormenta. Luego nos ha metido en su oficina a esperar. No es que allí hubiera mucho sitio pero por lo menos estábamos protegidos. Durante casi una hora hemos estado viéndonos los caretos sin saber muy bien qué decirnos. La que mejor se lo ha tomado ha sido la madre japonesa que, haciendo honor a la fama que tienen en su país de dormirse en cualquier sitio público - inemuri -, ha cerrado los ojos y se ha evadido de todo. Impresionante. 

Cuando hemos salido del funicular no nos lo creíamos. Vaya experiencia. Y vaya día. 

Nos hemos empapado de camino al hotel, pero ya nos daba igual. La ducha ha conseguido calmar los ánimos y al poco ya estábamos listos para salir a cenar. 

No dejo esta vez foto de la comida (otro schnitzel, por supuesto!) sino de nuestra puerta. Es la primera vez que veo este extraño "felpudo tipo trámex" a la entrada para evitar que se ensucie el suelo de madera de la habitación. No me digáis que no tiene su encanto!

Ahora si, a dormir y a cerrar los ojos cuanto antes, no sea que alguna otra sorpresa ocurra antes de que finalice el día, jeje!

Buenas noches!!

Suiza 2017 - 18 JUL (dia 3)

Para el almuerzo de hoy hemos comprado unos bocatas en una panadería de la calle principal que tenía una pinta estupenda. Y luego, hemos pillado el tren cremallera hasta Rotenboden, donde íbamos a empezar nuestra maravillosa excursión del día (Riffelseeweg). 

Nos las prometíamos muy felices, con nuestras mochilas y cámaras en mano, pero cuando hemos bajado en la estación nos hemos encontrado demasiada gente.

Y es que un grupo ENORME de chinos comenzaba su día de excursión a la misma hora que nosotros. Todos en fila, siguiendo al guía, han ido hasta el lago. Obviamente, ante tal avalancha asiática de móviles con palo-selfie y cámaras, nos hemos quedado mucho más atrás y les hemos dado un tiempo para que al llegar nosotros tuviéramos las vistas despejadas. Lo hemos conseguido sin problema (ellos son rápidos y nosotros teníamos tiempo de sobra), y la prueba está en esta foto del lago: en primera fila y sin molestias. 

Claro que tampoco íbamos a tener mucho tiempo en soledad: a los pocos minutos, otro grupo ENORME de japoneses lo ha colapsado todo. Aunque, a diferencia de los primeros, aquí todo era más tranquilo y sin tanto ruido, con mucha educación y guardando el turno como campeones. Ni punto de comparación.

Por fortuna, nuestra ruta incluía un desvío que ninguno de estos dos grupos ha tomado, así que tras alejarnos de la zona del lago, todo ha sido tranquilidad y disfrute en paz por el campo, rodeados por la maravillosa compañia de los cuatromiles del vecindario. Precioso!

La excursión terminaba en Riffelberg (2.582m). Cuando nos estábamos acercando hemos visto un montón de gente esperando el tren cremallera de bajada (chinos y japoneses, fijo!), pero nosotros hemos preferido bajar en telecabina hasta Furi, porque nuestros planes continuaban algo lejos de Zermatt. De hecho, después hemos pillado otro de subida hasta Schwarzsee (2.583m) y desde allí uno más hasta Trockener (2.939m). 

Es aquí donde nos ha dado ya hambre y teníamos intención de comer en un lugar tranquilo con buenas vistas al Cervino.

Pero al intentar salir de la estación de esquí, hacía un viento bastante fuerte y se notaba que la temperatura había bajado un montón, así que mirando por los pasillos interiores hemos encontrado unos bancos muy apañados donde poder sentarnos a comer el bocata. 

No han pasado ni 5 minutos cuando un par de chinas nos han descubierto y se han sentado en el banco perpendicular al nuestro. Nos hemos saludado mutuamente con la cabeza y hasta ahí todo iba bien. Pero es que a los pocos minutos han llegado otras dos y se han sentado junto a estas. Y al rato otra, en solitario, justo a mi lado. Y cuando nos hemos querido dar cuenta, teníamos casi montada la sede del Banco Popular de China. Jiji. Literal!!! Es entonces cuando hemos dejado de ser espectadores interesados a ser ese interesante objeto de todas las miradas rasgadas. Tremendo!! Aunque más tremendo ha sido cuando absolutamente todas las excursionistas han sacado su tupper de comida oriental, sus palillos y su té. Nuestra cara tenía que ser un auténtico poema. Pero es que cómo no íbamos a alucinar con tuppers y palillos metálicos (!!!) - por favor, que eso pesa un montón!!! -. Me he quedado con ganas de grabar un video, pero lo único que he podido hacer es esta discreta foto a los pies. Madre mia.

El último tramo en telecabina ha sido espectacular. Quizá el trayecto más impactante que podíamos hacer en estas fechas veraniegas. Porque la subida hasta el Klein Matterhorn nos ha dejado a 3.883m y con una temperatura de 2ºC. Ahí es nada. Y las vistas no tienen precio. Hemos pasado por encima del Unterer Theodulgletscher (Glaciar Theodul inferior), que es justo lo que se ve en la foto, y nos hemos quedado sin palabras. Que pasada.

Una vez arriba, se puede acceder a la terraza - mirador 360º y disfrutar de las mejores vistas de la zona. Eso si, mejor que no haya muchas nubes o el esfuerzo quedará un tanto deslucido. En nuestro caso, como llevamos todo el día con el Cervino medio oculto, nos ha dado un poco igual, pero imagino que puede ser frustrante tanto trayecto para no conseguir el objetivo al 100%. Por cierto, hemos visto una expedición coronando el Breithorn (4.164m), justo la montaña que se ve a la izquierda de la foto. 

Ya en el valle de nuevo, hemos aprovechado que el telecabina nos dejaba casi en las afueras de Zermatt para acercarnos hasta Gornerschlucht, una garganta natural creada durante siglos gracias a la impresionante fuerza del agua. 

La entrada cuesta 5CHF y sólo aceptan pago en metálico. El recorrido puede durar unos 20 minutos mas o menos y, aunque sea de doble sentido, en algunos tramos es bastante complicado cruzar con otra persona. Los tramos de escalera de madera tienen los peldaños muy pequeños, así que no queda mas remedio que subir y bajar de espaldas por seguridad. Como hemos llegado a última hora de la tarde había muy poca gente y hemos podido movernos y hacer fotos sin problema. 

La ducha de esta tarde nos ha sentado a gloria. Hoy se nota el cansancio mucho más: subir y bajar escaleras es casi un reto!!

Para reponer fuerzas nos hemos ido a comer al Da Nico, un italiano que nos habían recomendado en el hotel. Irónicamente, no hemos pedido ni pizza ni pasta, sino una parrillada de pescado que estaba de escándalo. Quien lo diría, eh?

Por cierto, han empezado a caer las primeras gotas de lluvia durante el trayecto al restaurante y durante la cena. Parece que la previsión empieza a cambiar, tal y como habían dicho. Esperemos que mañana nos de un pequeño respiro, al menos por la mañana.

En fin, a dormir y a descansar... que creo que lo necesitamos urgentemente!!!



Suiza 2017 - 17 JUL (dia 2)

"Two roads diverged in a wood and I,
I took the one less traveled by
and that has made all the difference"

(Robert Frost)

.....

El día ha comenzado muy despejado con unas vistas impresionantes del Cervino pero, - oh sorpresa -, no he podido fotografiarlo porque, por alguna extraña razón, la tarjeta de la cámara no entraba en su sitio. Tras varios intentos fallidos he descubierto que la propia tarjeta estaba dañada por uno de los lados, con un saliente muy raro. He conseguido quitarlo al final, pero... no ha servido de nada. Como podéis imaginar, estar en pleno viaje y sufrir algo así es como recibir un jarro gigante de agua fría. Qué mal, por favor. Afortunadamente, este pequeño pueblo tiene de todo y hemos encontrado otra tarjeta en una tienda que nos han recomendado en el hotel. 

Así que, con todo el jaleo que nos ha supuesto este inconveniente, casi hemos perdido un montón de tiempo hasta que nos hemos puesto en camino. Cosas que pasan, verdad?

Un funicular y un telecabina después, nos hemos plantado en Blauherd para hacer "El camino de los 5 lagos", una de las excursiones más populares. La mitad del camino no supone ninguna dificultad, pero a partir del 3er y 4º lago hay que tener en cuenta una bajada empinada con rocas y una subida con una pendiente bastante interesante (de hecho, hemos visto a una persona mayor sufrir lo suyo porque no podía subir ni con los bastones...).

Nosotros hemos estado casi toda la mañana muy entretenidos haciendo fotos, aunque como hacía algo de viento no hemos podido pillar bien el reflejo en el lago. Quizá si hubiéramos subido antes podríamos haberlo conseguido pero nunca se sabe.

Lo que sí hemos pillado (y esto es una auténtica suerte) es a una marmota (!!!!!) dándose un paseo por las rocas inferiores del Stellisee. Hemos estado muy quietos mientras ella se movía y, aunque las fotos y videos no sean de muy buena calidad, creo que se puede ver más o menos bien, jeje!

Por cierto, quiero dejar anotado algo importante con respecto a este camino de los lagos. Aquí hay demasiadas indicaciones en todos los postes, así que si uno quiere hacer esta ruta... debe seguir el cartel "5-Seenweg" y no el cartel del nombre del siguiente lago. Esto que parece tan simple en realidad puede no serlo. En nuestro caso, tras ver el primer lago, Stellisee, hemos visto un cartel en el que se indicaba nuestra siguiente parada, Grindjisee, y nos hemos ido en una dirección distinta al cartel de la ruta general. Esto nos ha supuesto una bajada escarpada y varios momentos de duda (entonces no sabíamos lo que pongo aquí ahora). Irónicamente, este camino es mucho más bonito e indicado para hacer fotos del Cervino, pero claro, cuando no lo sabes, casi estás más contrariado por haber tomado el desvío que atento a las super-vistas). Cómo me he acordado de la frase de Frost que he puesto al principio!

Tras bajar a Zermatt (y aprovechando que tenemos el Peak Pass con acceso a todo transporte de la zona), hemos ido a la estación para pillar el tren de Gornergrat. Durante la media hora que dura el ascenso, además de las vistas del valle y el Cervino, se puede ver una cascada preciosa que queda en el lado derecho. Tiene su propia parada incluso (Findelbach). Pero nosotros queríamos un poco de emoción y cuando nos hemos bajado en la parada final... en fin, sobran las palabras cuando tienes tanta nieve y unos cuantos glaciares alrededor. Qué pasada. Creo que nunca nos habíamos tomado unas cervezas tan ricas a 3.100 metros!!!

Bajar de nuevo a Zermatt casi nos supone un colapso: qué calor!! Nos hemos dado una buena ducha para ir con fuerzas al Schäferstube Grill, un pequeño y precioso restaurante de la zona donde nos hemos tomado una fondue de cordero. La verdad es que lo hemos elegido porque nos parecía curioso y pensábamos que el cordero aparecería de otra manera. Pero cuando ha llegado el plato de carne cruda fileteada y un plato con varias salsas y condimentos... nos hemos quedado a cuadros. La camarera (y dueña) del local nos ha explicado cómo había que comer el plato (pinchar la carne, ponerla después unos segundos en el caldo caliente y después sacarla y condimentarla al gusto).

Qué bueno estaba todo!!!!!! Nos ha encantado el plato, la idea, y todo en general. Si. Es la primera vez que una fondue no nos satura y podemos salir del restaurante sin pesadez. Definitivamente, MUY MUY recomendable. 

A dormir ya. Que mañana nos espera otro día intenso por delante!

Suiza 2017 - 16 JUL (dia 1)

Hoy me he dado cuenta de algo: la idea de viajar en el tiempo seguro que se le ocurrió a alguien que llevaba una semana agotadora de trabajo y que, tras montar en un medio de transporte, se quedó profundamente dormido, con lo que su viaje pareció aparentemente instantáneo. Si. Seguro que sí. Porque eso es lo que me ha ocurrido a mí esta mañana cuando he abierto los ojos a pocos minutos de aterrizar en Ginebra. Qué cosas! Y, qué cansancio, por favor... 

Volvemos irremediablemente a este país porque tanto paisaje bonito nos tiene muy enganchados. Y esta vez tenemos que cruzar bien los dedos para que el tiempo acompañe, porque nuestras excursiones dependen mucho de ello.

En teoría, el comienzo de la semana no va a ser especialmente malo. Cielo sin muchas nubes y probabilidad de alguna tormenta por la tarde. Excepto hoy, claro. 

Saliendo de Ginebra hemos rodeado el lago Lemán y, mientras disfrutábamos de un cielo limpio sin contaminación, los cientos de radares que hemos visto nos tenían casi agobiados sin poder pasarnos ni un milímetro. Desde aquel viaje por los campos ingleses no nos habíamos encontrado con tantos. No se si harán mucha caja con los lugareños, pero con los extranjeros despistados fijo que sí, porque ni están anunciados ni están especialmente visibles. De repente, ves una pequeña caja gris a la izquierda de la carretera y... sorpresa, foto!!! 

En fín, nuestro destino final era Zermatt, pero si vas en coche te obligan a dejarlo (al menos) en el pueblo anterior, Täsch, porque los vehículos tienen PROHIBIDO el acceso. Sólo se puede acceder en tren!! Así que por el módico precio de 16 CHF tienes un i/v válido por un mes. Obviamente los trenes funcionan casi como una lanzadera y cada pocos minutos hay uno en camino. Y desde que bajas en el pueblo notas esa sensación rara de poder ir por el centro de la calle sólo escuchando gente, bicicletas y pájaros revoloteando. Creo que nos va a gustar mucho esto!

Pero también, en medio del barullo, de repente se ve un grupo de gente cámara en mano, que está medio hipnotizado con una enorme sonrisa, mientras disfruta de las maravillosas vistas del monte que lo domina todo: el Cervino ó Matterhorn. 

Impresionante. De verdad. Ves las fotos en un libro o en internet y ya te gusta, pero cuando lo tienes delante de tus narices, imponente, no hay palabras que lo describan. Nosotros lo hemos encontrado con muchas nubes y aún así nos hemos quedado casi como tontos. Ya sé que lo vamos a ver casi de contínuo, pero creo que no nos vamos a cansar ni un segundo!

Lo que casi nos ha durado un segundo es este schnitzel que nos han puesto en el restaurante Old Zermatt. Su tamaño impresiona, pero nada comparable a su sabor y textura. Creo que es el mejor que he probado en mi vida (y han sido ya muchos!). Ñam ñam ñam!!!!!

Cuando hemos terminado la cena, las vistas del Matterhorn ya estaban muy despejadas y nos hemos puesto a hacer miles de fotos, desde el puente y desde la habitación. 

Pero, como nos esperan unos días bastante monotemáticos, por hoy ya está bien de montaña, jeje!

A dormirrrr!!!

Londres 2017 - 2 JUL (dia 3)

Continuamos nuestro finde cultural visitando el Museo de Charles Dickens. En esta casa de Doughty St, el famoso escritor vivió durante un par de años y en ella escribió "Oliver Twist". La visita incluye audioguía y dura unos 45 minutos (aunque está todo tan bien explicado y tan bien presentado que todo se alarga mucho más). Se puede ver casi todo tal cual estaba en la época, aunque las habitaciones superiores (la de los niños y la de la criada / cocinera) no se han recreado al 100% y en su lugar hay paneles explicativos y citas de libros del autor. 

El museo está muy bien, especialmente recomendado para amantes de la lectura y conocedores de la obra de Dickens. 

Por cierto, desde hace un par de años, se encuentra expuesto el único traje conservado (casi en perfecto estado!) del autor. Lo donó la viuda del tataranieto de Dickens y es un traje de gala que se usó para una recepción con el correspondiente Principe de Gales en 1870.

En la planta baja del museo hay una pequeña cafetería que da al jardín posterior de la casa y donde se puede tomar un buen cafe o té mientras se disfruta de música relajante o del buen tiempo. Hoy ha hecho un día estupendo pero nosotros teníamos otros planes más interesantes.

De hecho, nuestra siguiente visita ha sido a Old St Pancras Church. Esta pequeña pero encantadora iglesia se encuentra relativamente cerca de la estación de tren del mismo nombre pero desde que uno entra en el recinto (o en esa especie de parque / cementerio amplio) se nota que no tiene absolutamente nada que ver con el bullicio de la estación. 

Es precisamente en este "pequeño parque" (voy a llamarlo así, pero hay que pensar en un recinto verde amplio perteneciente a la iglesia en sí) donde se pueden encontrar cosas muy interesantes. Para empezar, el mausoleo de la familia Soane (ver FOTO), cuyo diseño fue la inspiración para las famosas cabinas rojas de teléfono desde un concurso que se hizo en 1924. Que cosas, verdad?

Casi hacia la derecha del mausoleo, se encuentra un fresno bastante peculiar. Se le conoce popularmente como "The Hardy Tree" y su historia se remonta a las obras de ampliación de la estación de tren. Los terrenos pertenecientes a la parroquia de St Pancras eran mucho más amplios pero hubo que remover numerosas tumbas y lápidas para dejar paso a las vias del tren. Así que, inicialmente, decidieron poner las lápidas junto a un pequeño fresno. El encargado de aquel trabajo no fue otro que el futuro escritor Thomas Hardy. Lo que ya no se sabe es si fue él quien decidió dejar las lápidas tal cual o fue sugerencia de otra persona. En todo caso, tras más de 150 años de aquello, el fresno ha conseguido hacerse un hueco entre ellas y casi casi fusionarlas por completo. Impresionante. Una pena que la foto no haga justicia al conjunto.

En este parque también están enterrados William Godwin y Mary Wollstonecraft, que ya son famosos por los logros que consiguieron ellos mismos, pero que son aún más conocidos por ser los padres de la escritora Mary W. Shelley - la autora de Frankenstein -.

Pero si hay que hablar de famosos, sin duda hay que mencionar a Los Beatles. Precisamente aquí hicieron varias fotos dentro de su sesión fotográfica "Mad Day Out" de 1968. Una de ellas fue en este banco de madera y ahí mismo uno puede sentirse por unos instantes como un "pequeño aprendiz de Beatle" con ganas de darlo todo.

La verdad es que nos hubiéramos quedado aquí mucho más tiempo, pero nos esperaba un largo trayecto en metro hasta el aeropuerto y no podíamos retrasarlo más. Aunque tras haber descubierto este remanso de paz en medio de la ciudad es muy probable que volvamos a repetir la visita en un futuro no muy lejano. Después de todo, Londres siempre está impaciente por recibirnos y enseñarnos cosas nuevas en cada viaje. Cómo íbamos a rechazar la oferta de volver por aquí?

Gracias WIFI gratis de Heathrow. Ahora ya podemos tener un bonito viaje de vuelta a casa con los deberes hechos.

:)