Maine 2017 - 21 SEP (dia 4)

FO-TA-ZA. Vaya FO-TA-ZA. 

Seguro que lo estábais pensando también ahora. Y es que esta mañana se nos han quitado todos los males de lluvia y cielo gris. Nos hemos despertado prontísimo por culpa del jetlag, pero al descorrer las cortinas... sorpresa!! Se confirma que los mejores amaneceres de este país se ven desde aquí. Madre mía, qué espectáculo. Sólo por haber podido ver esto ya ha merecido la pena el esfuerzo y la espera. Bien!!

No lo había dicho hasta ahora, pero en este viaje vamos a ver un pequeño parque nacional que se encuentra en esta isla de Mount Desert. Se llama Acadia y su creación no habría sido posible sin el esfuerzo de George Dorr, que consiguió parar las ansias especulativas de los adinerados de la capital y se gastó toda su fortuna en preservación y adquisición de nuevos terrenos para el parque.  Su familia solía pasar los veranos en Bar Harbor y desde el primer momento algo le dijo que si no hacía algo, la isla quedaría invadida de gente y casas, destruyendo el entorno natural para siempre. Aunque el hombre muriese con 90 años y casi arruinado, creo que su labor es algo que todos deberíamos agradecer enormemente. 

Viendo la cantidad de gente con la que hemos coincidido en el desayuno, hemos salido pronto hacia el centro de visitantes de Hull Cove. Allí nos han dado un mapa y la cartulina verde que te permite moverte por todo el recinto sin problemas. 

Con mucha emoción hemos comenzado conduciendo por la ruta clásica del parque, la Park Loop Road. Desde hace ya muchos años, y para evitar atascos innecesarios, sólo se permite conducir en un sentido, con lo que puedes ir parando más o menos cuando quieras, dejando el coche en el margen derecho de la carretera. Hasta aquí todo bien. El problema está en que casi no hay carteles que te indiquen dónde están las cosas que hay que ver (!!!), así que o tienes buena guía o tienes buen ojo para encontrar los enclaves interesantes. En este aspecto, el parque necesita mejorar (ya hemos visto unos cuantos y esto no nos había pasado nunca).

De lo que hemos visto, destaco Beaver Dam Pond (un estanque muy bonito donde se suelen ver castores al amanecer y anochecer), Sand Beach (que creo que es el único sitio con arena junto al mar de toda la isla), Thunder Hole (una fisura enorme entre las rocas donde los días de viento el mar rompe con una fuerza brutal - y uno de los sitios donde más gente se concentra por milímetro cuadrado, especialmente desde dos horas antes de la marea alta -), Otter Point (las fotos con marea alta son preciosas desde aquí) y Little Hunters Beach (una playa llena de guijarros enormes donde las olas rompen con fuerza y hacen un efecto sonoro como el que tuvimos el año pasado en Ruby Beach del Olympic Park. Muy bonito todo.

La hora de comer nos ha pillado cerca de Jordan Pond. Esta preciosa laguna se encuentra en un enclave único, con un par de formaciones redondeadas al fondo (las famosas "bubbles"!) que quedan perfectas en las fotos. Su agua es potable y es tan clara que se puede ver hasta 14 metros de profundidad sin problema. Sobra decir que es la formación de agua más transparente de todo el estado y que aquí NO se permite nadar. 

Por su situación y por su tranquilidad, esto suele estar muy concurrido, así que creo que si uno lo tiene claro, aquí hay que venir a primera hora, para poder dejar el coche sin problemas en el parking.

Nosotros hemos tenido la feliz idea de no comprar bocata y arriesgarnos a comer en hora punta en el único restaurante de todo el parque, Jordan Pond House, que está obviamente junto a esta laguna. Y claro, así nos ha tocado estar dando vueltas entre los dos parkings del restaurante. 

Hasta que hemos dado con la solución (ver FOTO): dejarlo a medio camino (mitad de ruedas dentro, mitad de ruedas en tierra) aprovechando el espacio que había en una especie de curva, jejeje! Seguro que más de uno habrá pensado eso de "cómo no se me había ocurrido a mí antes?" (pues porque no estarías tan agobiado o desesperado como nosotros).

Una de las razones de éste "órdago a la grande sin bocata" es precisamente lo que se ve en la foto de la izquierda. Se llama "popover" y se sirve como acompañamiento a la hora del lunch y del té. Se trata de una masa de harina, huevo y leche, que se mete al horno en moldes parecidos a los de las magdalenas y que, llegado el momento, el aire atrapado en la masa hace que ésta se expanda como si fuera una palomita de maíz, dejando la parte interior hueca y la exterior casi crujiente. Se sirve con mermelada y mantequilla y la verdad es que están muy buenos. Según dicen, son los mejores de toda la isla - y es que esta tradición tiene mucho rodaje y más de 100 años de historia, que ya se dice pronto -.

Después de comer hemos hecho una pequeña ruta por la zona de la laguna. No había mucho agobio de gente, así que hemos estado muy tranquilos. Aunque hay dos partes diferenciadas en este paseo: empezando por la derecha, en sentido contrario a las agujas del reloj, se trata de un camino más o menos llano, sencillo y sin mucha complicación. Pero desde la mitad del trayecto la cosa se complica, con rocas grandes y terreno bastante irregular. No es díficil de hacer, pero ya no vale para todos los públicos. Por cierto, lo mejor de esta segunda parte es que durante un buen rato el paseo transcurre entre grandes tablones de madera que son una delicia para todo entusiasta de la fotografía. Aunque si lo que se quiere es tener fotos despejadas de gente, hay que acelerar bien el paso antes para llegar el primero a esta zona (a nosotros nos ha funcionado!)

Tras volver al hotel y picar algo rico, nos hemos sentado de nuevo en los bancos de Main St, mientras veíamos pasar gente y algunos coches. Al otro lado de la calle, junto a una heladería, estaba un violinista tocando canciones populares americanas. La verdad es que se puede respirar tranquilidad por todas las esquinas de este sitio. Pero bueno, casi es la tendencia de este viaje. Estos pequeños pueblos de costa son una maravilla para reencontrarse con la vida sencilla, sin más agobios que levantarse con los mejores amaneceres del país, comer sano y disfrutar de la vida. Viva Maine!!

P.D: habría estado bien que el violinista nos sorprendiera con canciones tan chulas como la que aparece en la BSO de "Regreso al Futuro 3", jeje!



:)

1 comentario:

  1. Realmente preciosas las fotos pero la del "popover"es insuperable ¡ te dan unas ganas de tirarle un bocado, qué pinta tiene" . me ha dado un hambre! Inclúyelo como favorito en tu proxima lista P&Cñamñam

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