Maine 2017 - 24 SEP (dia 7)

Como comentaba ayer, toda esta zona estuvo cubierta en su día por un gigantesco glaciar. En cualquier momento, mirando sobre los enormes bloques y formaciones de granito rosa de la zona, se pueden ver las hendiduras brutales que, a modo de punzón, produjeron las rocas y los restos atrapados en la masa de hielo. Y dentro de este paisaje, aparecen también enormes rocas redondeadas que, cuando llegó el deshielo, se quedaron en los sitios mas insospechados. Lo que se ve en la foto es la roca más famosa del parque. Se la conoce como Bubble Rock y los geólogos creen que procede de la zona del Lago Phillips, a unos 30 km al norte del parque. La fuerza del glaciar la arrastró sin piedad hacia el sur y así hoy podemos verla al borde del precipicio de lo más alto de South Bubble. Por cierto, aunque parezca inestable, según dicen es casi imposible que se caiga. Así que todo el mundo, para hacer la gracia, se hace la foto como si quisiera tirarla. 

Cuando bajábamos hacia el parking, hemos visto de nuevo el cartel indicando el camino hacia North Bubble, el monte gemelo. Aparentemente tenía la misma distancia hacia la cima y, como no nos había costado mucho lo que acabábamos de hacer, nos hemos animado sin dudarlo. Pero a los pocos minutos hemos descubierto que esta subida no tenía nada que ver con la anterior: estaba todo lleno de rocas y la inclinación era mayor. Aún así lo hemos conseguido y con un premio espectacular: las mejores vistas del Jordan Pond. Qué maravilla.

De nuevo en la encrucijada de caminos, nos hemos animado a seguir lo que estaba indicado como "Bubbles Divide" que, según lo que veíamos en nuestros mapas, parecía la manera más corta de llegar a la laguna. A los pocos metros se presentaba ante nosotros una bajada sólo apta para los más intrépidos, con rocas, rocas y más rocas. Aunque no es complicado, requiere tener buenas rodillas y equilibrio, porque esto es como bajar unos grandes escalones alocados e irregulares. Nosotros hemos tardado unos 20 minutos, yendo muy tranquilos y sin incidencias. 

Una vez junto al camino que rodea la laguna, hemos ido hacia la derecha, buscando la zona de las pasarelas de madera que vimos el otro día, para terminar en el restaurante y hacer de nuevo la famosa foto de los montes donde acabábamos de estar, The Bubbles

Después de picar algo, hemos analizado bien el mapa de la zona y afortunadamente no hacía falta volver al parking por el mismo camino de piedras. Existe otra subida, bien señalizada y más llevadera, justo unos metros antes de llegar a la South Bubble. Mejor. Mucho mejor.

Dicen que el mejor amanecer del parque se ve desde Cadillac Mountain. Es posible que sea cierto, porque lo que hemos visto desde ahí (ya horas más tarde) era impresionante. Es el lugar más elevado de la isla y, en un día despejado, seguro que esto es una pasada. 

Por cierto, aunque el parking es grande y amplio, suele estar lleno casi todo el rato, porque (obviamente) es otro de los sitios de obligada visita. Imagino que en verano los miles y miles de turistas que vienen todos los días a la isla pasan por ahí al menos una vez.

También desde Cadillac Mountain se pueden hacer unas fotos espectaculares del cielo por la noche. Nosotros no tenemos una de esas supercámaras de profesionales, pero ni falta que hace. Mejor cenar y pasear después, viendo las estrellas (no tan nítidas como desde lo alto) pero igual de bonitas. He intentado hacer varias fotos desde la orilla y, aunque no ha quedado perfecta, al menos se puede apreciar lo que pueden ser los cielos en estas latitudes. 

Una pena que unas horas nos tengamos que marchar de aqui. Pero qué suerte haber podido disfrutar de ello.

Buenas noches!!

1 comentario:

  1. Esa piedra la puso ahi Pablo Mármol el dia que hizo una apuesta con su amigo Pedro picapiedra ¡ tiene truco!

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