Japon 2017 - 21 NOV (dia 8)

Con sus más de 39 millones de habitantes (sí, si, "millones"), Tokyo es esa mezcla raruna entre lo clásico y lo moderno, lo ruidoso y lo callado, lo estridente y lo casi invisible. Por eso, en medio de cuatro calles y rodeado de edificios, te puedes encontrar con un templo budista como el de Senso-ji. El único problema es que con la cantidad de gente que pulula por aquí, es complicadísimo sacar una foto decente y, por supuesto, también es una prueba de fuego atravesar el ejército de pequeñas tiendas junto al templo y no comprar (ni comer) nada. Todo te atrae y todo es fotografiable, así que, al igual que en la zona de Kiyomizudera de Kyoto, unos pocos metros se convierten en horas empleadas en mirar y rebuscar. 

Si los cantos de sirena pueden con uno y finalmente decides probar comida rara y nueva, cualquier puesto te vale. Nosotros hemos tomado mitarashi dango, unas bolitas dulces de arroz que  estaban muy ricas y, como no se puede comer mientras caminas, nos hemos quedado un ratito en un pequeño rincón adaptado para ello dentro de la caseta de comida (en la foto, se ve a una pareja al fondo comiendo precisamente en este sitio). Después, en las callecitas de Asakusa, ya si hemos entrado en un restaurante (muy viejo, como sacado de los años 50), donde hemos tomado pescado y gambas con ensalada, sopa miso y arroz por un precio de menú del día en España. Estupendo, oiga!

Por la tarde hemos estado un poco en Akihabara, el barrio de la electrónica, manga, y muchas frikadas. Aquí cada tienda es un universo en sí mismo y, como no tengas muy claro lo que estás buscando, se te pasará el día sin enterarte. Hay tiendas con tantas cosas y con pasillos tan estrechos, que tienes que andar por los pasillos casi de lado y con cuidado para no golpear cosas con la mochila o el bolso. Impresionante, de verdad. Nosotros no teníamos mucho tiempo (tampoco era éste el viaje para ello) y sólo hemos podido ver un poco por encima la calle principal, pero el entramado de callecitas que se esconden justo detrás parece que promete y queda ya apuntado para un futuro siguiente viaje.

Y hemos pasado las últimas horas en Tokyo cenando en Sushi Aoyagi. Hemos probado uno de sus menús especiales y ha sido toda una experiencia: local silencioso, servicio muy atento, presentación fantástica y sabores nuevos (algunos ha sido imposible quedarse con el nombre). Destaco, quizá por su presentación y sorpresa, el plato que se ve en la foto, con dos trozos de pescado (salmón y caballa), con unas pequeñas palomitas de trigo (!!!) presentadas en su tallo. Es genial!!

La cena, además de estupenda, ha supuesto mi reconciliación con el sushi en este país y también el broche final del viaje. En escasas horas saldremos del hotel y pillaremos el Narita Express (N'Ex) hasta el aeropuerto, donde nos espera un laaaaargo viaje de regreso a casa. Esperemos no tener incidencias.

Buenas noches, konbanwa!

1 comentario:

  1. Queridos C y P ...perdonad pero me extrañaría muchísimo que no hubiérais comprado algo enchufable, configurables, conectable y hasta amable! Con lo q os gustan las cosas q tienen lucecicas y hacen ruidos! Cantad claro! 😜😜😜😘😘
    Otro viaje precioso y, una vez mas, nos habéis trasladado en cierto modo al pais de "chihiro a la delecha tengo que milal polque aquí se conduce Pol la izquielda" 😜😜😜

    En serio, ha sido precioso. Gracias! 💕💕😘😘

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