Hemos dejado para hoy lunes la visita al archiconocidisimo Monte Rushmore para evitar, entre otras cosas, las multitudes de turno. El monumento está bien preparado para ello, con varias zonas de parking bien señalizadas (al módico precio de 10$ por coche/día) y zonas amplias por todos lados. Vamos, no me quiero ni imaginar lo que tiene que ser esto en fines de semana, festivos o verano.
Una vez dentro, pasado el centro de información y después la tienda de regalos y cafeteria, se llega a la Avenida de las Banderas. Como es la primera parada para hacer fotos, tooooodo el mundo se apelotona allí. Es difícil conseguir una toma sin gente. Por eso lo mejor es seguir hasta el fondo, junto el anfiteatro, y allí no habrá problemas.
Recordatorio: mejor la visita por la mañana para que las fotos no tengan sombras indeseables y se vean bien las caras.
Bajando por las escaleras de la derecha se llega al Scultor’s Studio, donde cada hora hay una pequeña charla sobre la construcción del monumento. Se puede ver una maqueta enorme de cómo iba a ser el proyecto final - también descubres que la falta de dinero y las malas condiciones de las rocas pusieron punto y final a los trabajos -. Y saliendo del edificio empieza una subida con varios tramos de escaleras correspondientes al Presidential Trail. Los carteles de aviso de “subida extenuante” (como ya vamos viendo en todos lados) son bastante exagerados: se puede hacer perfectamente, parando en diferentes momentos para hacer fotos. Por cierto, el camino es circular asi que, si alguien no se ve con fuerzas o no le apetece subir escaleras, podría hacerlo en sentido contrario y terminar bajándolas.
Después de comer (y la obligada parada en la tienda de regalos) nos hemos acercado hasta Crazy Horse Memorial, el impresionante monumento dedicado al gran guerrero Caballo Loco que pretende ser la respuesta al Monte Rushmore por parte de los nativos americanos. A principio de los años 40 el jefe indio Henry Standing Bear se puso en contacto con el escultor Korczak Ziolkowski (que había ganado varios premios y había trabajado también en el Monte Rushmore). No sería hasta 1947 cuando por fin comenzaron las primeras voladuras en la montaña elegida. Y hasta la fecha los trabajos van muy lentos porque, entre otras cosas, los primeros 9 años era un proyecto en solitario y porque sólo se financia con aportaciones privadas y donaciones.
La entrada al recinto depende de los pasajeros de cada coche. Nosotros hemos pagado 35$ por ser cuatro. Y lo primero que se ve es un video explicativo muy interesante sobre el proyecto. Tras terminarlo, se puede visitar la enorme exposición de cultura y artesanía perteneciente a los nativos americanos. Los sentimientos encontrados hacia todo lo ocurrido en estas tierras empiezan a florecer bastante rápido pero los que hoy estamos aquí no somos los culpables obviamente.
Me da pena pero dudo mucho que pueda ver alguna vez esta escultura terminada. Quizá en varias generaciones se consiga y así se pueda completar la visión que tuvo el gran jefe Lakota Henry Standing Bear.
En fin, terminamos el día en un restaurante que, sinceramente, deberíamos haber probado antes porque nos ha dejado muy buena impresión: Sage Creek Grille. Hemos probado varios pescados y todos estaban espectaculares. No han faltado las risas y los chascarrillos diarios, así que no está mal para coronar este día tan intenso.
A ver qué tal se porta hoy el jet lag pero… como siga así, mejor mantenerlo porque no me va a quedar margen para recuperarme!
Buenas noches!
Zzzz…
¡Lástima no haber pillado algo del tesoro escondido por esos lares!
ResponderEliminarHe subido por las escaleras y me he quedado tan "extenuante" que me faltan palabras para decir ¡ que emocionante!
ResponderEliminar